«Echar raíces» (3): Las necesidades del alma de «orden» y «libertad» (Simone Weil). Y vemos también una charla sobre qué es realmente «liberalismo» (por Miguel Ayuso)

En este audio, tras  el anterior en la serie, seguimos con este libro de Simone (a la luz de la verdad divina, que estamos asimilando).

Enlaces al audio: en ivoox / descarga

Esta vez es un audio mucho más largo porque, tras introducir todo, tras repasar lo anterior un poco, y tras leer y comentar las dos primeras «necesidades del alma» que señala Simone en su texto (orden, libertad), añado, al final, el relato literal de una charla básica dada por Miguel Ayuso (un tradicionalista… aunque aquí no somos «tradicionalistas» en sí), en youtube, titulada:

«¿Es el liberalismo contrario al orden natural?«: https://www.youtube.com/watch?v=t8igFfdfKzg

Relacionamos todo esto en la medida de lo que podemos, y veo que, esta vez al menos, al traer este tema controvertido del «liberalismo», se aclaran muchas cosas.

Para todo lo hecho de Simone Weil en esta web (audios, etc.), ver este enlace con el hilo (etiqueta o «tag» Simone Weil):
https://www.unplandivino.net/tag/simone-weil/

 

La raíz espiritual de las conflictividades políticas

Para disolver la primitiva «conflictividad política ambiental»,
en la que parecemos movernos…
parece que viene bien… o que es evidente… hablar de estas cosas ↓ :

Quizá todo son equilibrios delicados, que en cierta medida dependen de que, en el fondo, no se puede burocratizar la solidaridad.

Es decir, parece evidente que se necesita despejar la nube o la borrasca mental que IMPIDE que la supuesta mentalidad «de izquierdas» ENTIENDA que los IMPUESTOS son un «concepto» ATERRADOR.

De hecho, este parece ser el problema más práctico y más metafísico a la vez… que pueda existir… ya que parece que cubre tanto lo personal como lo colectivo.

¿Por qué? Quizá porque en gran medida nuestro «único problema» es que asociamos, demasiado frecuentemente…:

– amor (bondad, etc.)…

– con obligación.

Esto de «imponer» es si acaso un «mal menor» (pero es un mal)… por así decirlo.

Es un «mal» el hecho de que un Estado (es decir, algo con el monopolio de la fuerza)
tenga que OBLIGAR a pagar impuestos…
es decir, tenga que imponer algo (bajo la amenaza de usar su fuerza si no lo cumples)…
PARA QUE LA GENTE SEA BUENA Y QUIERA REDISTRIBUIR
(para asegurar que la gente tiene cada vez más igualdad de oportunidades, etc.).

Es un horror el populismo (en Europa o donde sea…)…
el populismo que se apropia «inocentemente» (o inconscientemente… quizá porque no saben lo que hacen… o simplemente «porque el camino al infierno está sembradito de buenas intenciones»)…
se apropia inconscientemente… decíamos…
de la máquina estatal…
e ideologiza y personaliza todo lo que puede ese mismo «horror mecánico» en el que está metiendo al «pueblo»… es decir, limpia la cara a este hecho tan miserable (espiritualmente miserable):

el hecho de QUE HAYA QUE IMPONER LA BONDAD
(es decir, la dañina asociación sistemática entre amor y obligación).

El fascismo tiene que ver con no distinguir entre Nación y Estado… entre sociedad civil y Estado.

Los partidos, o los grupúsculos más o menos mafiosos que erróneamente se arremolinan en torno a las maquinarias burocráticas de los Estados…
esos partidos o grupos…
consiguen en gran parte la meta del fascismo.

¿Que es cuál?

La meta de integrar a las masas en el Estado
(indistinguiendo así la Nación del Estado,
es decir, realizando una especie de «endiosamiento»…
endiosándose unos cuantos cabecillas, o una familia de políticos… con sus redes clientelares más o menos ideologizadas…
y que, cual Césares, se vuelven o pretenden volverse a la vez «la esencia de la Sociedad Civil», de la Nación, del Estado, de la Justicia, etc.).

El Estado, si crecemos como personas…

(es decir, si sabemos cada vez mejor valorar el concepto de servicio, si ensalzamos las instituciones fundamentales de la humanidad….)

… el Estado… decíamos… parece que entonces tendría que ser (o bien tenderá a ser) una maquinaria lo más invisible posible… simplificando leyes… adelgazando las imposiciones y regulaciones…
…para facilitar los intercambios, la alegre y pacífica vida comercial y la redistribución que surge realmente del ánimo cada vez más personal de unos ciudadanos cada vez más educados en la cooperación, la paz… y todo cada vez lo más sanamente posible
(sin ensalzar a ningún diosecillo que populistamente se encarga de tapar el horror conceptual que contiene el hecho de que «los impuestos molen», y ese tipo de cosas)…
o sea,
cada vez con menos imposiciones… con más «sociedad civil libre» que construye, trabaja, crea…
que crece personalmente y hasta se siente orgullosa en general de servir… incluso de trabajar limpiando la calle.

Dos grandes manipulaciones tóxicas mediáticas (políticas, culturales)… que no parecen manipulaciones de la humanidad

foto de flor(Este texto es un potpurrí con diversas ideas en torno a algunas manipulaciones)

En general, tenemos dos grandes manipulaciones mediáticas tóxicas, culturales, que van en paralelo :

∆. Feminismo supuestamente liberador, pero que funciona para fomentar la GUERRA de SEXOS (lo cual también funciona en contra de las mujeres).

Lo que queda fuera y menospreciado o destruido aquí, es la complementariedad entre los dos polos álmicos humanos… y la necesidad común y asimétrica de cuidar la crianza inicial de los niños en HOGARES.

∆. Confusión en torno a la CORRUPCIÓN política, pues la corrupción, esencialmente, no es corrupción de personas aisladas, sino un fenómeno intrínseco al sistema.

La corrupción existe debido a que:

• no hay separación de poderes (judicial, legislativo y ejecutivo)

• los políticos están perdidos en una especie de función profesionalizada de semi-reyes…
cuando en el fondo son servidores –y a mucha honra–…
… y, por lo tanto, no deberían existir como sector profesional separado… pues ya existen muchos funcionarios públicos de carrera…

• así, una gran parte de los políticos no representa a la gente… o a los problemas… sino que representan a un Partido (en una especie de Corte del Jefe/Jefa-Rey/Reina del Partido)

• y por lo tanto no se deben a… o no rinden cuentas a –de forma concreta y controlable–…
…sus votantes…
… o a cierto sector profesional representado…
…o a la problemática «x» representada.

Así,
como vemos,
vivimos y fomentamos una toxicidad…
… muy paradójicamente,
pues esta toxicidad, destructiva, se fomenta desde algunas autoridades o también «poderes»
(como el de los medios de comunicación)…
…y esta destrucción se realiza contra unas instituciones que son fundamentales en la civilización:

• el hogar, por un lado,

• y el gobierno… como medio potencial para ir resolviendo problemas y armonizando conflictos de intereses…, etc.

Para explicarme un poco más el primer tema (feminismo tóxico), hace poco tuve que ver que ha ocurrido lo siguiente:

En España hace poco tiempo, primero se introdujo en el lenguaje el hablar de «manadas»:

«manadas» de hombres.

(Autodenigrando así a la especie… como pasaba cuando se denigraba a los judíos, etc.)

Y ahora, una vez acostumbrados a esto, resulta que algunas de las siguientes manadas de violadores están compuestas de inmigrantes.

Entonces, «manadas de inmigrantes» es algo que ya suena peor… peor todavía.

Así vemos cómo funciona la manipulación de las masas, donde los «fascistas» en realidad son -muy en general- los mismos medios de comunicación y los mismos políticos corruptos… de todos los partidos (incluyendo a los de Podemos, en España… a quienes más se les llena la boca cuando insultan a los demás llamándolos «fascistas»)…
…así como también son «fascistas» las feministas asustaviejas…
las feministas y el ejército de eternas adolescentes hormonadas… que tan justificada y emotivamente insultaban a los odiados españoles de La Manada de Pamplona

(que, por cierto, ese grupo de españoles no cometió una «violación salvaje» al uso, como las que ha habido tantas, después de aquel día en sanfermines… pues la chica de Pamplona al parecer se fue porque quiso con cinco energúmenos que a todas luces estaban salidos y «tocaos»).

Y por cierto: ¿Cuál es la razón de que no se hable tanto, ni haya tanta manipulación «feminista» con las «manadas» de inmigrantes violadores?

Parece que es evidente:

y es que algunos de esos inmigrantes son muy racistas;
es decir, no solo violan a mujeres porque son mujeres* y ellos unos descerebrados que hacen las cosas por el simple motivo de que «pueden hacerlas»…
…sino que se ven justificados porque las personas* violadas son de otra cultura/religión/«raza» (más blanca, etc.).

Todo esto es así en parte para que la inmensa manipulación mediática «progre» demagógica (y adicta a los impuestos y al enchufismo) no se vea claramente destapada, ya que si fueran coherentes deberían salir en gigantescas manifestaciones antirracistas (y no solo feministas), contra estas pandillas de incivilizados bestiales.

(Es curioso, porque estas bandas de inmigrantes violadores racistas son parecidas o análogas a las bandas violentas de neonazis exaltados… y a veces estos inmigrantes son personas «subvencionadas» con el dinero de los impuestos de los países de donde son originarias las víctimas violadas.)

Así pues, y también añadiendo un poco más de reflexión quizá evidente… en este asunto donde vemos una cierta «adoración de las víctimas», adoración de la idea de víctima («mujeres», «inmigrantes», etc.)….

…en esta adoración (o sacralización más bien) de «la víctima»…
parece consistir hoy el «satanismo ambiente» que fomentan muchos medios de comunicación, «políticos», etc.

(es decir, el satanismo como ofrecimiento de tentaciones al «pueblo», para que el «pueblo» piquemos como lerdos… con nuestros propios egos-separadores, es decir: «satánicos», victimistas, ignorantes… etc.).

Volviendo al «problema» con el feminismo:
es muy sencillo, y tiene que ver con el amor y los hijos…
…tiene que ver con que no se hable de eso.
 
Los poderes públicos
(distorsionados, pues no son autoridades, sino personas oportunistas)…
explotan el resentimiento lógico que provoca la diferencia sexual básica (ahora vemos en qué se basa ese resentimiento, que es lógico que las mujeres tengan contra la sociedad).
 
Así,
con esa confusión…:
• el Estado
• las pantallas y la tecnología
• y la Inteligencia Artificial…
pueden cobrar cada vez más protagonismo en la crianza infantil, en la crianza básica y fundamental de los primeros años humanos.
 
La distorsión en torno a este asunto exacerba emocionalmente el conflicto para sacar provecho de la confusión («a río revuelto, ganancia de pescadores»).
 
Y eso ocurre…
en un mundo donde…
cada vez más…
parece que los hogares, los trabajos, el significado de la vida…
son cosas depauperadas, pequeñas y/o desagradables.
 
Entonces,
¿resentimiento lógico?
Sí.
Hay una asimetría (y complementariedad) entre hombres y mujeres, relativa al amor…
pues el amor maternal/paternal (mayor en las mujeres), hace que las mujeres NO puedan tener las mismas opciones en cuanto a sus «carreras profesionales», «tiempos», etc.
 
Entonces,
decíamos…
los «poderes públicos» explotan el resentimiento lógico que provoca la diferencia sexual básica…
 
(los medios de comunicación casi «satánicos»…
los políticos oportunistas –erróneamente profesionalizados como políticos–, etc.)…
 
… ellos, «inconscientemente», agitan el conflicto, etc…
 
… para justificar las inercias de turno (demagogia barata, etc.).
 
Así pues,
se hace eso,
eso, en vez de poner el AMOR y la COMPLEMENTARIEDAD en un primer plano.
 
Y se hace en vez de, por ejemplo, resaltar todo lo que ya se ha avanzado en cuanto a compensar el «problema» social que provoca la maravillosa fortuna de que NO seamos iguales
 
(ni cada personalidad es igual, evidentemente…
ni los sexos son iguales para nada;
si acaso solo somos iguales como «personalidades espirituales potenciales»**, nada más;

en el resto, somos totalmente diferentes –casi como «especies» diferentes–).

Finalmente…:
no hay nada que discutir, una vez que aceptamos como normal que el Estado se meta ahí… una vez que se vea «sano» que la educación sexual «ha de proveerse en las escuelas».

Es una locura «estatista» tal… a la que hemos llegado… que me da vergüenza ajena «verme»…
es decir, ver lo ignorante que yo era antes…

Y a estas alturas me da también vergüencilla leer frases que a mucha gente les parecen maravillosas y que les suenan a música celestial (cuando se trata de ideología de género).

Eso de ideologizar a la infancia es un «atentado» tan grande contra la libertad de los hogares… de los padres…

A menudo, tras esta «estatización» de lo sexual, parece haber tanto odio a la familia y al hogar (de lo que nos previno el libro de Urantia)… que a veces hasta parece raro tener que escribir esto.

Muchos de los ideólogos de estas cosas son personas que literalmente te hablan de su odio a la familia (literal).

No ha habido realmente una educación heteropatriarcal; ojalá la hubiera habido más.

Y, por ejemplo, la preparación para el hogar, para el hecho de que «nacen nuevas almas»…
la preparación para el matrimonio….
¡ojalá eso hubiera sido algo que penetrara en toda la sociedad civil… autónomamente!
¡más allá de dogmas!


No ha habido, al parecer, educación sobre eso (fuera de los ámbitos religiosos más o menos dogmáticos).

No habría habido una educación donde realmente se hable del increíble hecho de «traer una nueva alma al mundo»… visto en perspectiva espiritual, por así llamar…
una «educación» sobre todo lo que eso supone,
sobre la institución del hogar…
(el hogar que hoy básicamente es realizado por la forma familiar… etc.).

Así que sobre todo esto… quizá os dé también pereza rebatir, pues al final son evidencias de cada cual.

Es para mí una evidencia que tras las bonitas palabras que se puedan decir, en el ámbito del «género»…
hay a menudo un odio despiadado contra la institución más fundamental de la humanidad, el hogar.

Esta institución, como todas, no es «natural», y parece que no se «cultiva» lo suficiente… Y, además, se permite…
y se paga para…
que adultos resentidos, frustrados y a menudo obsesionados con el sexo, empiecen a realizar «juegos intelectuales» con las mentes de los niños en formación.


Cuanto más sepamos apreciar el tema del hogar, y contextualizarlo todo en el asunto absolutamente fundamental que es la crianza… la educación (por «ósmosis») en el hogar (con por ejemplo ayudas básicas como el libro de Urantia como base)… me parece que mejor será.

Por ejemplo: todo lo ideológico, como ya comentamos un día, es por definición dañino en el fondo.

Y por ejemplo: «masculino / femenino» no son simples «viejas concepciones».

Lo sexual roza con cosas muy importantes del «tema espiritual».
Es aberrante que veamos normal cederle al Estado más y más cosas.

 
Sobre la educación, la de fuera del hogar, yo entiendo, por mi propia experiencia, que debería focalizarse enormemente, y con mucha preocupación… muy intensamente…
…. en hacer felizmente activos e independientes a los niños
(con todos los saberes y oficios, actividades, prácticas, etc., para los cuales se les puedan proporcionar herramientas de descubrimiento y de independencia)…
 
… independientes y activos… en todo lo que les surja realizar a los niños… (claro que para eso hace falta mucha imaginación y a veces muchos recursos)…
brindando herramientas para que descubran el mundo increíblemente variado que tenemos
(de oficios, saberes, prácticas más allá de lo intelectual, naturaleza, etc.).
 
Y entonces, y en parte debido quizá a la notable falta de recursos y de ganas de hacer eso,
(es decir, para realmente facilitar la realización de individuos independientes y felices desde lo material)…,
en vez de eso…
parece que vamos a entronizar la «ideología de género»…
ya entronizada en algunos países…
metiendo (en parte por simple aburrimiento) a unos adultos frustrados entre cuatro paredes, con muchos niños..
unos adultos bien pagados para «ideologizar» mentes infantiles que:
 
– ni siquiera han descubierto ni asimilado realmente lo que significa «sexo» para un adulto…
 
– que no pueden apreciar la inmensidad de lo que significa un hogar como lugar de «recibida de la posibilidad de una nueva alma en el mundo» («hogar» que es, o quizá deberíamos hacer que fuera…. realmente, el contexto para lo sexual)…
 
– y que no han experimentado casi nada de la increíble maravillosa variedad de actividades que se pueden realizar en el mundo (oficios prácticos, y la inmensa satisfacción de hacerte tus propias cosas y casas… música… técnicas de manejo corporal donde aprender de forma sensible sobre articulaciones del cuerpo, etc…., donde aprender a liberar y ejercitar el cuerpo… etc.).
 
Y así, si nos ponemos en este contexto, a veces todo esto simplemente da asco, literalmente.
 
___

* También quizá habréis visto el caso de no solo mujeres violadas… sino que ha habido, por cierto, un caso de violación a un hombre (por parte de una pandilla similar de inmigrantes).

**
Empleando aquí el lenguaje del libro de Urantia («personalidad espiritual potencial»).

La lógica desmotivación de los políticos: tener que "hablar de nada" al final descorazona a cualquiera (y al final no saber -o no poder- pensar en nada)

imagen de gente(donde por ejemplo se invita a descubrir la diferencia entre ideología e ideal…, y se dan breves pinceladas sobre elementos que nos van a ir sirviendo para seguir 🙂 )
En estos textos vamos a hablar sobre reencantar el mundo, cosa que ya habíamos tratado un poco al hablar sobre Bruno Latour y sobre la nueva y sencilla forma de pensar el concepto de «constitución» que planteaba él.
Nos hemos movido hasta ahora en un mundo movidos por una metafísica que reparte el mundo entre «hechos» y «valores» de una manera torticera, de una manera que no nos deja hablar bien, ni comunicar entre sí, los diferentes «mundos» donde se cuece de hecho todo aquello que al final dará con la inevitable ilusión de un «mundo común», y con la otra inevitable ilusión del «bien común», que siempre es algo a reconstruir y a redescubrir conjuntamente con aquel «mundo común».
¿Por qué estamos en una especie de nueva era humana? Esta contiene cosas como:

– el ecologismo (como impulso a la aceptación de la Unidad de toda la humanidad y toda la tierra…, en relación incluso con todo el universo…, y la necesidad de sentir y repensar eso constantemente…, y de con ello repensar lo que somos),
– una especie de crisis (y de reconocimiento de que las crisis, en su aspecto económico, que es el que vemos que «gobierna»… las crisis… de cierto modo son permitidas y alentadas)… una especie de crisis… decíamos, y de cambio de época… donde extrañamente no podemos hablar de valores, y donde quizá se requeriría un verdadero acuerdo sobre cómo hablar de ellos de una forma lo más universal posible…, y de una forma digamos «delgada», aunque a la vez poderosa,
– y cosas como el sano impulso por una democracia y una transparencia ampliadas, impulso que hoy vemos tan efervescente y que tiene a su disposición tantas herramientas para poder implementar sistemas muy sanos de regulación en esta Tierra global -en un futuro «cósmica»- que somos.

El primer tema, antes de nada, es que más bien tendríamos que ante todo poder compadecernos -en el buen sentido de “compadecerse”- de todos los políticos que están ahí, representando en gran medida el papel de monigotes.
Es como si tuviéramos un marco institucional (muy digno por cierto, algo que debemos cuidar y conservar a toda costa, y que para siempre es algo “universal” mientras dure esta etapa de la civilización, tan amenazada todavía), pero un marco cuyo cuadro, cuyo contenido, está digamos que vacío, vacío de contenido, es decir, de ideales… y lleno de gente, de «mafia».
Entonces, al no llenarse dicho marco de elementos que potencien los ideales -frente a las ideologías– se motiva así la “des-realización” de las personas y de los nobles fines del servicio público.
En general, parece que los ideales motivan y unen a gentes que aparentemente podrían tener objetivos muy dispares… y las ideologías parecen más bien subvertir y socavar lo efectivamente conseguido por los ideales (ya que estos siempre están ahí, por mucho que nos degrademos).
De cierta forma, las ideologías podríamos entenderlas como mecanismos que consiguen facilitar la extracción y el consumo de «lo invisible»… el consumo de algo como los valores, como los ideales, los ideales ya conseguidos en un determinado campo social.
Los ideales mantienen vivas las tensiones fundamentales que dinamizan los colectivos que hay en esta civilización… las tensiones entre libertad e igualdad, etc.
Las ideologías dan la impresión de poder más bien paralizar dichas tensiones, y con diversos fines, para quizá, con esa subversión de las tensiones, lograr ciertos objetivos materiales o de otro tipo por parte de ciertas élites que a veces no son muy reconocidas públicamente.
Quizá de los ideales podríamos decir que son capaces de alimentar esa «conexión interior humana», casi esa mera confianza… que es manifestada en la motivación de la vida normal, compartida en confianza y en una especie de servicio colectivo…, dentro de un colectivo que por ejemplo podría estar anclado más o menos en alguna tradición de largo calado, y que no requeriría de muchas leyes formales.
Sobre esto podríamos quizá intentar hablar de un ejemplo (quien sepa más), a cuento del estado de motivación y de descorazonamiento (de «moralidad») personal, que ahora quizá tenga la población rusa tras el paso del «tanque» de aquella ideología que utilizó el campo social tradicional, anterior a la dictadura comunista… para extender ese nuevo «nomadismo» actual que sería el capitalismo industrial (que, en vez de caballos, montan cuentas bancarias al servicio de la concentración de poder en manos de unas pocas multinacionales, y cuyas flechas conquistadoras son las crisis y demás técnicas de extracción global y saqueo -dicho sin acritud, pues simplemente son digamos que «los nuevos bárbaros», instalados en el gobierno secreto mundial).
«El comunismo» habría sido en parte la excusa para simplemente poder implantar más o menos forzosamente un «más de lo mismo», en esa especie de «dictadura» global que tenemos de esos nuevos «nómadas guerreros» secretos de la economía… que gobiernan mediante «la guerra económica», una guerra que ahora sería algo generalizado por «lo económico»… donde todo el planeta ha de ser movilizado para esta guerra. Así que ahí los tenemos, a esos nuevos nómadas «conquistadores» bajo la forma de industriales, de economistas… y de todos los demás ingenieros, etc., que los acompañan necesariamente.
Así, a bote pronto, entre tantas divisiones que tenemos (sobre todo el muy desastroso enfrentamiento entre filosofía y religión), parece que echamos de menos quizá un lenguaje y un sentido de la tradición donde poder hablar con cierta eficacia sobre «los valores», sobre qué son estos, sobre cómo de hecho nuestro sistema funciona «comiendo valores» -tal y como comentábamos en La necesidad de hablar sobre los invisibles valores.
Así que ya hablaremos más de lo que acaba de salir como tema, y que es fundamental: la superación del enfrentamiento entre filosofía (ética) y religión, por muy motivado que esté ahora tal enfrentamiento, o que lo haya estado en el pasado, debido en parte a los usos que ha tenido la religión institucionalizada.
Este enfrentamiento es ridículo.
La religión en general parece estar muy pervertida por «el poder». Pese a eso, su verdadero fin se cumple a veces, y se podría cumplir más, y es ridículo el enfrentamiento que hemos en parte representado en el teatro social… el enfrentamiento entre el bando de la ética y el de lo religioso.
¿Cuál es ese «verdadero fin» de la religión? El de nutrir la «base espiritual», una base que es lo que para empezar nos permite siquiera poder tener y justificar las «ganas de ser mejores»… las ganas de mantener la tensión de los ideales… las ganas, pues, de siquiera hablar de ética… de «valores».
Recordemos que, pese a la aparente perversión de lo religioso, a veces hay mucha gente que se siente bendecida en el marco institucional de las diversas religiones en las que expresan su cambio, que a veces es una auténtica resurrección… su cambio desde un:

– «servirse a sí mismos», al yo separado,
– hacia un «servir a Dios» para encontrar su Sí Mismo en Unidad… para encontrarse a Sí Mismos.

La religión sería idealmente la institución destinada a precisamente preservar:

la llama de los valores,

– la pureza y amplitud de ese «fin», de esa meta final o de «resurrección»…, que es el permitirnos acabar con aquel movimiento del «yo separado», ese movimiento del «servirnos a nosotros mismos»… para poder vivir el otro «servir a algo más grande»…

– preservar y activar la fe viviente, por tanto, la fe en eso que, dentro del corazón de cada ser humano, justifica nuestra atracción por la verdad, la bondad y la belleza supremas… que son esos «atractores» que, desde siempre y de hecho tenemos dentro, como Mentes creadas por Dios (y no creadas por nosotros mismos, pues, para nuestra desgracia 🙂 , no nos hemos creado a nosotros mismos en tanto que Mente/Consciencia que proyecta universo).

La religión sería pues la institución destinada a precisamente permitirse «hablar» sobre los valores y las tensiones de los ideales…, y nutrir (más allá de las palabras) esos valores y su cuidado… para así poder nutrir a una sociedad dada con tal cuidado y con tales formas de «hablar» -que están más allá de las palabras.
Podemos inquietarnos (y tener más motivos para activar esas guerras que tanto interesan, por mera lógica, a los banqueros y sus amigos que negocian a la vez con todos los países), podríamos inquietarnos en países como España, donde el asunto de la religión está todavía tan fuertemente ideologizado, polarizado… donde parece haber tanto odio en varios bandos.
Las ideologías, frente a los ideales, interesan por tanto de cierto modo a gente que a su vez está más directamente interesada (por sus negocios y juegos de poder) en ver una humanidad en conflicto, en shock, separada.
Generalizando: esa separación a gran escala digamos que interesaría «más» a los banqueros y demás dueños de los grandes negocios que se van concentrando en pocas manos, y que «siempre ganan»…, que siempre terminan haciendo dinero y concentrando más poder a partir de la polarización e ideologización del ser humano a nivel mundial y local -mediante por ejemplo la venta de armas, de cuerpos, o a partir de las crisis, etc.
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La importancia que puede tener hablar de «valores», y la política económica como máquina para destruirlos y literalmente comérselos (una nota simple con un poco de «historia política» de actualidad: las preferentes)

A una flor, le atribuimos por ejemplo su color -digamos «amarillo».
Y decimos -según creo- que esto es «una cualidad».
Esta cualidad se dice «cualidad DE la flor», y es expresada con ese color… y con todos los matices que queramos del amarillo.
En realidad, para empezar no es una cualidad «de la flor», sino de LA RELACIÓN que tenemos «con ella»… en ciertas condiciones generales  * .
En este caso, nos estamos fijando en una relación que llamaríamos «física», pues estamos hablando de «colores».
Y aquí hay una extraña obviedad, que va a ser muy importante, y que es esta:

la relación en el fondo no se ve, está ahí en una especie de «fondo»…, como en el fondo del ser… dando lugar (en este aspecto «físico», ya que hablamos de «cualidades físicas»)… dando lugar a cuerpos…, a «ondas electromagnéticas», a células, a «reacciones químicas»…

Todos esos ingredientes… individuados… vienen así como «después», y no están en realidad separados… nada de todo eso lo está… nada en el fondo estaría separado (si bien lo parece en la superficie, no es así en el fondo).
Así, la Relación termina dando la posibilidad de hablar de «cualidades», en este caso físicas: el amarillo «DE» una flor… que podríamos decir de otra manera:

el amarillo que presenta la relación «cuerpo / flor / luz blanca».

¿Qué más le atribuimos a la relación en general?
¿Qué cualidades hay atribuibles a la relación, y que son cosas que en este caso no se «ven»?
Por ejemplo, la cualidad de «la confianza».
¿Cómo hace nuestro sistema sociopolítico, este nuestro mundo tan agudamente «dualista», para comer confianza, para literalmente alimentarse de ella y de otros «valores», de otras cualidades de relación?
¿Por qué se critica al «capitalismo» como algo que no respeta ciertos «valores» fundamentales… criticándose esto tanto por parte de por ejemplo «la Iglesia» así como desde lo que tradicionalmente llamábamos «la izquierda»?
¿Cómo «se come» la confianza «en sociedad»… aunque a la confianza no se la vea ni se la venda directamente por ejemplo en internet… sino que sea esa cierta «base» sobre la cual pueden luego «crecer» las cosas, las empresas, etc.?
Mmm, qué curioso, «la base sobre la cual pueden crecer cosas»… A eso apuntaba nuestra anterior observación: a la relación como «fondo»…, fondo dador de «vida relacional superficial». Continuar leyendo «La importancia que puede tener hablar de «valores», y la política económica como máquina para destruirlos y literalmente comérselos (una nota simple con un poco de «historia política» de actualidad: las preferentes)»