El caso de Alan relacionándose con una supuesta extraterrestre

Son transmisiones en vivo hechas en noviembre del 2023 en youtube.

Enlaces:
Primera parte:
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Vídeo en youtube: https://youtube.com/live/z1MZ7ZOdY-M
Audio en ivoox: (próximamente quizá)
Segunda parte
Descarga del vídeo: (próximamente)
Descarga del audio: (próximamente)
Vídeo en youtube: https://youtube.com/live/UpbPIfcdUl8
Audio en ivoox: (próximamente quizá)

Estuvimos viendo una breve parte de un material* del «Jesús real» **.

Es el caso de Alan, que ya vimos un poco hace meses… en lo que enlazo aquí:
https://www.unplandivino.net/abortos-extraterrestres-adicciones/

Trata sobre el tema de las relaciones y adicciones emocionales, y por ejemplo sirve para ver el contraste entre los caminos espirituales del amor natural y este camino del amor de Dios, o divino.

___

* Enlace a lo que hemos visualizado de Divine Truth:
https://www.youtube.com/watch?v=Xavm8D2BnmU

** No existe la reencarnación generalizada (es muy escasa y reciente, como dijimos arriba ─ver información básica en esta web─).

Nuestra valía y el pecado intencional | Texto, y enlaces al audio

[Última actualización: 24 julio 2023: subido también el texto en formato pdf, además de formato web]

Índice
– Introducción (y enlaces al audio y al pdf)
– El pecado intencional: refuerzo de las primeras heridas emocionales, en el sentido de invitar a «tomárselo personalmente»
– El pecado intencional y el «orden de prioridades»
– El pecado intencional hecho un niño/a: el perdón y el arrepentimiento; ejemplos básicos; prioridades; aborto
– Más sobre la valía y sentir personalmente los ataques
– Pecado intencional y control
– La familia y el aborto
– Más «utilización de pecadores»: la Nueva Era
– Notas
– Textos y audios relacionados

Introducción (y enlaces al audio y al pdf)

A continuación, en los apartados de abajo, va un texto leído en este audio:
Enlaces al audio: descarga // en ivoox // en spotify
Enlace al mismo texto de abajo, en formato pdf:  pdf   (versión 1.01. 24 julio 2023)

En realidad, antes de nada, es muy importante señalar que de este tema ─el del «pecado»─ lógicamente no queremos hablar a fondo y racionalmente, en general.

(Así, por cierto, de cierto modo le entregamos el tema del alma, y el tema de Dios, al «devenir dogmático» de las diversas religiones; o bien, entregamos el tema Dios a «espiritualidades» donde no necesariamente se distingue entre el amor de Dios y el amor natural… etc.)

Y entonces, veamos lo simple o incluso lo «fácil» que nos lo habría hecho o puesto «el universo» (si no se quiere hablar de «Dios», incluso ─podemos decir «el universo», «la vida», etc.─):

1. No hay casualidades.
2. Los eventos (incluyendo cómo nos tomamos los eventos) expresan la condición del alma.
3. Los eventos expresan dicha condición tanto individual como colectivamente.
4. Esa condición del alma (de cada cual) no es la condición óptima.
5. No es lo óptimo porque está en desarmonía con el destino del alma (y con su origen o estado inicial de pureza, es decir, de no estar condicionada por diseño a ser así o asá).
6. Lo que provoca esa desarmonía (entre el alma y su destino/origen) es algo concreto.
7. Ese algo concreto se llama «pecado».
(Lo podríamos llamar «error», pero parece sensato reservar la palabra «error» por ejemplo para casos como los de un aprendizaje digamos más «banal», cuando por ejemplo un niño, al aprender a andar, se tropieza y «yerra».
Pero el fenómeno sería esencialmente el mismo, porque siempre se puede conceptuar como «desobediencia a las leyes naturales».
Aprendiendo, el niño está así como «desobedeciendo» la ley de la gravedad. Esta ley sería simplemente «amorosa» ─si trabajamos en base al supuesto de que el universo no está hecho «a mala leche»─.
Así pues, la categoría de pecado podríamos hacer que sea más general, e incluya el caso no-intencional. Pero la mayoría de nuestros errores en realidad son más intencionales de lo que nos parece, o de lo que querríamos entender que son ─con más o menos fachada por nuestra parte, con más o menos disimule, máscara, e incluso fingimiento, etc.─.)

Entonces, la palabra «pecado» ha sido «muy mal empleada», en muchos sentidos de «mal» ─en «mal empleada»─.

Técnicamente, y dicho muy brevemente, pecado es simplemente:

– aquel comportamiento («comportamiento» aquí incluye deseos, intenciones, etc.) que está en desarmonía con el amor y la verdad,

– o la ausencia de un comportamiento que esté en armonía  con el amor y la verdad.

El pecado degrada el alma, y como dijimos, esa degradación tiene consecuencias individuales y colectivas ─pues el alma es «lo importante», lo que gobierna nuestra experiencia en muchos sentidos─.

Una clave aquí, entonces, es que el pecado es mucho más intencional de lo que quisiéramos creer, pues nuestro deseo de ignorancia acerca de sus consecuencias es en seguida cultivado por nosotros, como deseo, personalmente, en cuanto crecemos ─en cuanto maduramos más o menos─.

Es mucho más intencional de lo que nos gustaría creer, y ello por mucho que sea una cuestión muy de «mente-colmena», de «masas» humanas más o menos normalizadas, según la época… es decir, una cuestión de que «están bien vistos» ciertos comportamientos desamorosos y falaces, o la ausencia de comportamientos amorosos y francos.

Tal como aprendemos con Jesús, el pecado intencional recibido por nosotros nos causa a menudo mucho “auto-desamor”, en el sentido de causar o favorecer en nosotros un valor propio bajo, un bajo sentido o sensación de nuestra propia valía personal (a menudo muy bajo).

Pecados intencionales son por ejemplo evidentemente los golpes y gritos, realizados hacia otras personas; es decir, esas cosas que físicamente recibimos casi siempre como pecado cuando somos pequeños.

(Pero, muy importante (!): Ver el tema de «Los gritos a una madre como llamada al arrepentimiento de la madre«, aquí: unplandivino.net/ira-hijos-arrepentimiento/)

También son pecados la displicencia* y la condescendencia más o menos arrogante que reciben muchos niños ─o todos los niños─ a veces de forma continua, y que en general reciben los niños en casi todos los ámbitos donde se ven rodeados de adultos o en general de cualquier persona: madres, padres, compañeros «amigos», profesores, etc., pero también desencarnados (= «espíritus»).

Por un lado, por tanto, tenemos todas esas cosas intencionalmente hechas a los niños. Pero, por cierto, también tenemos el incesto emocional, que es aparentemente algo que podría parecernos «demasiado sutil», pero que también sería muy intenso y grave en tanto que pecado intencional, pues es una “intención herida proyectada” hacia nosotros, personalmente.

La fachada de buena madre y padre nos lleva a validarnos, a justificarnos a nosotros mismos como «conocedores de lo que es cuidar bien«, como conocedores de lo que es ser unos «mamás-papás buenos» (por ejemplo «sacrificados», sacrificados de algún modo… o «dadivosos», pero por adicciones emocionales más o menos bien vistas socialmente ─Navidad─, etc.).

Pero en estado de sueño sabemos que la fachada o máscara nos la solemos quitar ─o quitar bastante─ y por tanto solemos actuar «desde la herida» (en la fachada y sus adicciones emocionales).

Es decir, el pecado intencional hace que:

– la valía de nuestros «sometidos» (niños, etc.)

– quede enlazada a un «conocimiento del miedo» (en este caso, el miedo relativo al pecado de «incesto/abuso»).

Jesús nos comentaba cómo es que en la vida, en general, tenemos asociado nuestro sentido personal de valor, de valer, de valía, con un conocimiento que en general no está en armonía con el amor, sino con el miedo.

Es decir, en la vida pensamos ─con más o menos arrogancia─ que sabemos, que ya conocemos lo que es amar, cuidar (por ejemplo: ser buenos hijos, madres, padres, etc.), pero ese conocimiento suele estar muy en desarmonía con respecto a cómo ve Dios el amor y la verdad.

En la vida vamos arrastrando miedo desde los eventos pasados. Este miedo y muchas otras emociones se quedan dentro de nosotros sin procesar, así como bloqueadas (sin «llorar», etc.). Y eso va así como minando nuestra pureza, condicionándonos, armando en nosotros un «conocimiento» sobre el cual iremos basando nuestro comportamiento.

Y como la base de ese «conocimiento» es muy miedosa, el resultado de nuestro comportamiento nos mostrará en muchas ocasiones que estamos en desarmonía con el amor («sembraremos vientos, y recogeremos…«).

El «problema» añadido, aquí, es que usamos instituciones (empezando por el hogar ─y tradiciones, etc.─, que a veces son muy complejas) para justificarnos a la hora de sustentar todo esto (esta es en parte otra cuestión, aunque es completamente insoslayable y está inextricablemente enlazada).

Entonces, lo que son prácticas «normales de sacrificio», en la vida de vigilia, «de día» (unas prácticas «puntuadas» quizá por maltrato de algún tipo más flagrante, que «sirve» así como para que los padres, madres, etc., puedan desahogarse un poco)… eso, esas prácticas, son la cara A de una cara B que tiene lugar en estado de sueño, donde nuestra vida se convierte en pecado intencional más claramente ejercido (o sin tapujos, directo, el que por ejemplo es ejercido hacia los menores).

En el caso de que, además, las madres y padres sean muy claramente no tan «buenos» como lo querrían aparentar (mismamente en el caso de por ejemplo haber abortado, incluso espontáneamente), es lógico pensar ─y fácil de constatar, por lo que vi─ que «la fachada de buenos padres» se verá en general exacerbada, o paradójicamente más exacerbada.

Entonces, veíamos que ese incesto emocional es como una utilización energético-sexual de los niños por parte de madres, padres… etc.

Dicha utilización se daría:

– tanto en el estado de vigilia, con «proyecciones» o «bombeos energéticos», por así llamarlos, y que de algún modo confunden, mezclan, el tipo de amor «alma gemela» (del que todos tenemos anhelo, por diseño), con el amor en general (el «de amistad» en general, digamos)…
(y, claro está, a veces también ocurre simplemente con abusos físicos «reales», es decir, en este estado de vigilia).
(Ver algunas reflexiones sobre la amistad por ejemplo en: «Mi abuela: «salvada por el jamón serrano»… y aprovechamos para hablar de cómo es que «Dios es vegano»«: unplandivino.net/salvada-por-el-jamon/)

– así como esa utilización, ese incesto emocional, también ─o quizá sobre todo─ se daría en el estado de sueño, es decir, cuando vamos a dormir y salimos del cuerpo físico en el cuerpo-espíritu, pues nuestros actos en el cuerpo-espíritu pueden ser muy directamente abusivos hacia personas vistas como inferiores o que, debido a sus heridas emocionales, simplemente son más moldeables.
(Y lo que sucede en el estado de sueño sería igualmente real, ya que somos el alma que da vida tanto al cuerpo físico como al cuerpo-espíritu.)

Este incesto emocional, que sería generalizadamente «sólo» emocional (aunque, como dijimos, en estado de sueño estaría muy generalizado el «pasar al acto», en alguna medida ─según parece─)… este incesto emocional es, por tanto, otro pecado intencional recibido por nosotros como almas desde que somos pequeños.

Y, por lo que parece, por lógica, debido a toda esa “obsesión con los hijos” ─que constatamos─, y debido a todo ese “tabú de la madre” o «tabú familiar» en general ─que también constatamos─, resulta que este pecado del incesto emocional sería mucho más corriente de lo que pensamos que es. Es decir, ocurriría en una medida bastante abundante en casi todas las familias u hogares, tal como parece a todas luces cada vez más evidente.

Luego, en general, todo ese pecado intencional recibido desde pequeños, al no perdonarlo (al no sentir, al resistirnos a simplemente sentir y dejar fluir el dolor emocional acumulado por ello), estaremos resentidos, y nosotros mismos en seguida cometeremos actos más o menos desarmónicos, es decir, actos que estarán más o menos en armonía con el tipo de actos (pecados) que cometieron o tenían la intención de cometer los adultos (y/o los hermanos, etc.) de los que aprendimos a hacernos la fachada para no sanar el yo herido.

Son actos a veces muy desarmónicos, como el de instigar abortos, etc. Y, de entrada, podríamos verlos o sentirlos, en cierta medida, simplemente como una especie de «venganza ciega contra la vida».

El pecado intencional: refuerzo de las primeras heridas emocionales, en el sentido de invitar a «tomárselo personalmente» más o menos temprano en la vida

Un aspecto clave en estas cuestiones es el condicionamiento, pues todos tenemos heridas emocionales absorbidas desde nuestra estancia en el útero.

Aunque, cuidado: luego «el pecado es el pecado»; es decir, es un deseo o intención que tenemos de hacer eso, lo que sea (lo hagamos o no), y no podemos responsabilizar directamente a las heridas, muchas o pocas, que tengamos en el alma ─en tanto que emociones erradas─.

Es decir, las heridas son condicionamiento, sí; pero podemos y hemos de hacernos cargo del simple hecho de que el primer y principal motivo de que pequemos es que queremos hacerlo (en ese momento).

En el momento, aquí y ahora, hacemos o hicimos eso, y a nosotros nos toca responsabilizarnos de esa intención.

Y vale que en la vida vamos «como locos», es decir, vamos más o menos arrastrados por una vivencia en el yo herido más o menos confusa, más o menos aturdida… viviendo en ese «yo» o esa parte de nuestra alma ─con los bloqueos, etc.─ que Dios no puso, no hizo, en nosotros ─o si se quiere decir así: que «la vida», en su esencia, no puso en nosotros, si por ahora no se quiere creer en un Dios personal infinito, tal como muchos hemos comprobado que existe─.

Y vale que así, en ese yo herido, viviremos por tanto más o menos enfebrecidos, huyendo de sentir esas partes heridas de nosotros, y vale que en ese estado haremos ─o dejaremos de hacer─ cosas que en realidad alimentarán más el yo herido (pecados)… vale todo eso… pero, aun con todo, es a nosotros a quien nos toca sentir la intención de pecar y seguir pecando, reconocerla y sentirla humildemente, ya sea que la hayamos cultivado mucho o poco ya, ya sea que la hayamos recibido como «mal ejemplo» por parte de adultos, etc.

Es decir, para sanar hemos de desarrollar el carácter, sintiendo y soltando nuestras resistencias:
– resistencia al amor (es decir, a cambiar nuestra definición de amor empezando por reconocer y sentir la que tenemos, y reconociendo con honestidad cómo y cuánto queremos aprender sobre el amor «real»);
– resistencia a la fe (y así esa falta de fe o escasa fe, no puede generar deseo sincero);
– resistencia a la verdad (a la honestidad, etc.);
– resistencia a la humildad; es decir, resistencia a la hora de sentir el miedo, o cualquier emoción en general (positiva o negativa). Etc.

Los adultos transmitimos, pues, las heridas emocionales a los niños. Esto lo hacen madres, padres… Y, debido al gran rol emocional que tienen las madres biológicas, las heridas son pasadas en gran medida y al principio muy intensamente por la madres biológicas ─así como «sin querer queriendo»─.

Es decir, en el principio del traspaso de tales heridas por parte de los padres, aunque todo parezca ser «tan inconsciente» (y a la vez «transgeneracional»), siempre hay un matiz de intencionalidad, en el sentido de que si yo, cuando soy adulto/a, no sano mis heridas ─por ejemplo, como futura progenitora─, entonces, lo que ahora le sucede al niño/a ─al absorber éste, ésta, mi condición emocional herida─ cae o entra en gran medida bajo mi responsabilidad álmica, por el sencillo motivo de que yo, como adulto que ya tiene bastante autoconsciencia desarrollada, y bastante ejercicio del libre albedrío a sus espaldas… yo, no he sanado ni deseado sanar nada o casi nada en mi alma.

Sobre todo al principio de la vida del niño/a en el útero, muchas de esas emociones ─pero quizá no todas de entre esas emociones que vivo ahora como adulto y que están «sin sanar» (miedos, vergüenza sexual, etc.)─, muchas, son sentidas y absorbidas por las almas de los niños en el útero ─y son así vividas por ellos─.

Y esa absorción se da de tal forma que en principio parece que podríamos decir lo siguiente en general sobre ello: «no es algo que se dirija personalmente hacia o contra el niño/a«.

Pero, como dijimos, pese a eso, sí hay muchas emociones que serían dirigidas muy personalmente hacia la existencia misma del niño/a, como por ejemplo la incomodidad por el mero hecho del embarazo, del cambio que supone en la vida, etc. ─que es una emoción que frecuentemente lleva al aborto, es decir, al asesinato─.

Por cierto, y muy importante: también las emociones verdaderamente positivas entrarán ─por supuesto─ bajo mi responsabilidad álmica, como adulto ─y evidentemente «puntúan bien», digamos─.

Entonces, esos miedos, y esos miedos a sentir, que son miedos que todos tenemos, y también tiene la madre biológica al principio (es decir, esa falta de humildad, en tanto que la dificultad que todos tenemos en algún grado a la hora de patalear, temblar, sollozar… y liberarnos como niños pequeños, etc.), esas emociones erradas… esa resistencia a la humildad… todo eso es en seguida más o menos bombeado a menudo muy personalmente o cada vez más personalmente hacia la existencia del niño/a por nacer o del ya nacido.

En cuanto a los no-nacidos, es evidente que en muchos casos más o menos «molestan», perturban las vidas, inquietan por lo que pasará o no pasará en el futuro, pues las almas recién venidas al mundo ─o que están en el útero o probeta─ cambian la vida de los adultos ─tal como se suele decir─.

El pecado intencional y el «orden de prioridades»

Nuestro «sentido herido de nosotros mismos» nos hace que «nos dé igual todo» en algunos aspectos básicos, y no valoramos el arrepentimiento, etc., pues estaremos bastante a gusto con ciertos sacrificios que ya realizamos o que tenemos como «norma de vida», en el sentido de que «sacrificamos» el orden de prioridades natural en cuanto al amor.

Por ejemplo, al nosotros vivir en el yo herido, podemos tener y construirnos con el tiempo una «fachada de buena mamá» o de «buen papá», más o menos intensa como fachada. De ese modo estaremos sacrificando el amor por nosotros mismos por el «amor» a los demás (los niños) ─un «amor» entre comillas─. Es decir, justificaremos el sacrificio, con más o menos fachada.

Bien entendido ─pues esto puede darnos pie a confusión─ el orden de prioridades «en la vida» es que nosotros vamos primero en estas cuestiones del amor.

Eso se debe a que, si en el fondo, con lo que hacemos, nos sacrificamos, nos estaremos haciendo más infelices a nosotros mismos (ya sea a la larga o en el plazo más breve). Y si somos infelices irradiaremos eso y enseñaremos eso «al universo» ─una lección en realidad «falsa»─.

Claro está que no querremos entender que lo que hacemos es efectivamente sacrificio, sino que lo llamaremos «amor», «cuidados», etc. Pero la mayoría de cosas «en sociedad» (y en el hogar) suelen ser sacrificio, al simplemente no estar hechas totalmente «de corazón».

Y así, no podremos realmente beneficiar a nadie. Al final, en la situación, nadie saldrá realmente beneficiado, en el sentido de que el resultado no va a ser armónico de verdad con el desarrollo de todos los participantes. Es decir, no será armónico con un desarrollo real de los participantes como almas. Sí que podría satisfacerse un desarrollo por ejemplo como «cuerpos» y/o «mentes» que han de recibir una determinada educación para adecuarse a cierto sistema de creencias, cierto sistema social, etc.

Y, claro, pusimos entre comillas «amor» ─al hablar de «amor» por los demás─, porque en este caso, y como en el fondo ese supuesto amor es en realidad prácticamente sólo sacrificio, será como poco un «amor distorsionado» que a veces no tiene nada que ver con cómo Dios considera el amor.

El amor no sacrifica ni se sacrifica. El amor nos habilita a todos para ser realmente más felices, por ejemplo cuando nos habilita a sentir y practicar un verdadero altruismo, uno realmente espontáneo, un altruismo que nos salga de verdad de corazón.

El pecado intencional hecho un niño/a: el perdón y el arrepentimiento; ejemplos básicos; prioridades; aborto

El adulto que comete un acto que objetivamente degrada su alma y la del niño/a (pecado), a menudo va a querer que el niño no sienta hasta el final las emociones relativas al perdón de ese acto, o ni siquiera las empiece a sentir.

Es decir, un adulto que por ejemplo maltrata físicamente, a menudo no querrá (él u otros adultos cercanos) que el niño llore tras ser pegado.

La voluntad de que el niño no «suelte» el alma ─de que el niño no libere emociones─ es otro pecado que se añade al del maltrato físico, pues alienta al niño a no perdonar; es decir, le alienta a cometer un acto en desarmonía con una «ley básica del alma», la ley que nos dice que, para nosotros estar bien, hemos de liberar todas las emociones (y las relativas al perdón en la situación serán de «lloro», «duelo», por lo que el niño ha recibido como pecado de parte de sus progenitores o adultos cercanos).

Cuando el adulto maltrata, si a su vez sigue sin hacer su propio duelo, o sea, si sigue sin liberar de su alma las causas emocionales que hacen que tenga esa intención de pecar y que además la ejerza, ese adulto, inevitablemente, seguirá acumulando culpa ─la muy narcisista culpa─ y emociones similares superficiales de vergüenza, etc.

Hará eso en vez de afrontar las causas emocionales de sus actos; es decir, en vez de arrepentirse sinceramente y perdonar a su vez aquello que pueda surgir o descubrirse en el proceso (como causas emocionales profundas de nuestras intenciones de pecado, pues las causas serán en general resistencias a sentir emociones alojadas muy profundamente en nosotros, y que son relativas a las «cuestiones a perdonar», las cuestiones «a volver a sentir sin miedo»).

El adulto está, pues, viviendo en el miedo a sentir sus propias heridas emocionales, y esto lo puede hacer con más o menos fachada de «buena madre/padre»; o bien, obviamente puede trasladar esa actitud hacia el mundo exterior, para alimentar fachadas externas de todo tipo ─externas a la situación íntima en el hogar: fachada de buen profesional, buen ciudadano, jefa, jefe, político, etc.─.

Proteger el miedo es una desarmonía en el amor con uno mismo, viéndose «uno mismo» como alma (pues el alma no está hecha para albergar lo desarmónico con el amor, para bloquearse así).

Por tanto, ese comportamiento nos hará tener inevitablemente ─tener y vivir en─ conceptos distorsionados del amor a los demás.

Es decir, sacrificaremos el amor hacia nosotros mismos por un modo de tratar, cuidar, amar a los demás… por un modo de concebir como posibles ciertos modos de tratar a los demás, que están en desarmonía con la manera en que realmente es el amor ─la manera de Dios─.

En este caso de maltrato directo, simplemente se trata de lo que podríamos quizá denominar un pecado «directo», aunque podemos justificar nuestra intención de muchas maneras: «es que hay que pegar a los hijos por su bien» (sería la más evidente)… pero aquí ─y como fácilmente se comprueba─ hacemos todo tipo de malabares, es decir, de complejas maniobras justificatorias.

El caso del aborto también es muy simple de ver en este sentido, pues por nuestra comodidad estamos dispuestos a sacrificar una vida.

Entonces, somos resistentes, simplemente, al concepto de humildad que tiene Jesús: «deseo apasionado de sentir todo«, sea como sea la emoción, el deseo, etc. Esta falta de humildad, esto tan general, es una desarmonía en el amor a nosotros mismos. Y así, simplemente sucede que el motivo de muchas de las cosas que hacemos es para no tener que sentir por ejemplo esas incomodidades a las que acabo de aludir, y para no sentir las causas emocionales de por qué estamos dispuestos a cometer pecados y degradar así más nuestra alma.

Más sobre la valía y sentir personalmente los ataques

La valía, el sentido de «amor propio», en el niño, es una clave. Los niños siempre reciben ataques personales, aunque sólo sea maltrato emocional: displicencia más o menos arrogante, etc.

Esos ataques nos invitan a concebirnos malos en sí mismos. Es decir, cuando el ataque es personal, tenderemos a sentir, cuando seamos mayores, que lo que vivimos es un ataque personal.

Como vemos en los resúmenes sobre el tema del arrepentimiento y perdón (ver página aquí), de pequeños sentimos la intención del pecador (madre, padre, etc.), y eso crea en nosotros «sentimientos terribles si nuestra valía ya ha sido dañada«.

Y la valía ─en tanto que el sentido más básico que diríamos que «funda» el amor a uno mismo─ se ve potencialmente muy dañada desde que estamos en el útero absorbiendo muchas emociones heridas que luego no nos enseñarán a soltar, sino todo lo contrario.

En la vida habrá ocasiones en que sí podamos soltar esas emociones negativas tan tempranamente absorbidas, pero terminaremos haciéndonos una fachada a imagen de los adultos, y, por tanto, ya sea muy intenso o poco intenso el ataque personal recibido, este ataque nos hará tomarnos la vida en plan: «hay algo mal en mí» ─pues de hecho ya nos sentimos muy mal con nosotros mismos─.

En cuanto al ejemplo de la intención ejercida en un aborto, podemos preguntarnos: ¿es una intención personalmente dirigida hacia la persona, es decir, hacia la esencia única que está de hecho encarnada ya en el útero? Así lo parece, en el sentido de que a esa alma se le causa ese trauma (de violencia al cuerpo físico) por lo que ella es en sí misma: una vida concreta, aquí y ahora, pero que «no interesa».

Pecado intencional y control

La gente que tiene miedo a arrepentirse (es decir, en realidad todos nosotros, en algún grado) es más manipulable o controlable, pues en general tener cualquier tipo de miedo nos lleva ser así.

Entonces, por lógica, cuanto más cosas tengamos sobre las cuales arrepentirnos, más manipulables seremos.

Podemos ponernos en una especie de caso general extremo, y pensar en personas muy manipuladoras que, recordemos, si son así es a su vez por miedo, básicamente (es decir, debido a la resistencia a traspasar el miedo que ya tienen ─claro está─).

En los hogares hay personas con actitudes a veces muy controladoras o manipuladoras ─aunque todos los adultos somos un poco así en el ámbito más íntimo, familiar, etc.─.

Y luego, en algunas instituciones, vemos que prospera esa misma actitud como «actitud normal», o incluso como la actitud que es necesario cultivar para poder siquiera permanecer en esas instituciones y sobre todo en algunas posiciones dentro de ellas. (Obviamente aquí me refiero a instituciones como las militares y policiales, o todo tipo de cuerpos de seguridad y vigilancia, y en general escuelas, etc.)

En esos casos extremos la vida en realidad se vuelve literalmente perversa, pues toda la sustancia de los actos, del comportamiento, se podría resumir en «técnicas para controlar a pecadores», y justificarlos y/o enseñar a que se justifiquen a sí mismos.

¿Cómo nos justificamos en las diversas instituciones? Por ejemplo cultivando dogmatismos de todo tipo: religiosos, nacionales, familiares, etc. Y entonces, en todos esos lugares, para sostener todo eso, le ponemos un poco de sublimidad, o bien de «espíritu épico», de una epicidad más o menos «heroica», o de cierta «politicidad», o ponemos «ideales» diversos como aderezo… pero no deja de ser lo que es, por mucha «sal y pimienta ideales» que añadamos o queramos añadir: Son «escuelas de pecado», por decirlo rápidamente.

Jesús nos puso un ejemplo de «escuela militar» sacado de su vida en el primer siglo. Y es que su padre biológico, José, quería que Jesús cumpliera el rol de Mesías político-militar; y así, en su infancia, Jesús fue metido a una escuela sobre la guerra y todo lo relativo a ésta (incluyendo «guerra psicológica», pues por ejemplo tenían que realizar prácticas de abuso sexual; tenían que aprender a realizar ese ataque personal, y se lo hacían practicar a los niños desde muy pronto, perpetrándolo con niñas semiesclavas o esclavas, etc.).

Lógicamente, esas escuelas usan técnicas que explícitamente se aprovechan de las leyes básicas y simples sobre el alma, sobre el ánimo, sobre la dinámica emocional.

Como hemos dicho, una persona que tenga «muchos pecados» en su haber será más controlable, pues la persona tendrá más miedo a sentir todo lo que le ha hecho a los demás, cuando estuvo dañando así ─con todos esos pecados─ a los demás y a su propia alma en el proceso ─al cultivar esas intenciones desarmónicas con el amor─.

Esas intenciones no están en consonancia con el diseño o propósito del alma y las leyes naturales ─que son amorosas─; así que ya sólo el hecho de tener y mantener en el alma esas intenciones acarrea sus consecuencias ─ya no digamos las que acarrea el poner esas intenciones también en práctica─.

Podemos recordar un poco la actuación de la ley de atracción aquí, pues en general, «todo» dependerá de las heridas emocionales que ya están alojadas en el alma de los niños, y de cómo se vean los niños reforzados en su resistencia a soltar esas heridas ─a ser humildes con esas emociones─.

En las escuelas militares se verán muy reforzados ─y obligados─ a hacer eso. Y normalmente les será muy difícil resistirse a esos adultos que les quieren conducir tan mal. Si los niños siquiera pueden entrar en esas escuelas es porque ya vienen heridos desde el hogar, y, con el refuerzo recibido allí, podrán aceptar algún tiempo o incluso de por vida esas prácticas ─tras esas invitaciones tan macabras─. Podrán aceptar casi incluso de por vida esa supuesta «formación», ese «comulgar con ruedas de molino», normalizado como «educación militar», «educación patriótica», «educación religiosa», etc.

La familia y el aborto

Volviendo entonces al tema más familiar: El caso del aborto sería sólo un extremo de lo que ocurre con el sacrificio normalizado en las familias, ya que en gran parte éstas son una escuela de pecado, ya que en los hogares no paramos de usarnos entre nosotros para tapar miedos, para no tener que sentir vergüenzas, penas, soledad… Es decir, no paramos de cultivar el pecado de las adicciones emocionales.

Y, por cierto, claro está que el mayor problema para el alma parece ser el hecho de que enseñamos eso a «almas nuevas» que ni siquiera han hecho nada para merecérselo.

En general, madres y padres, «sin querer queriendo», y más o menos ayudados por la configuración de las instituciones (por la obligatoriedad de muchas instituciones bastante desarmónicas con el amor, por los chantajes emocionales sistémicos concomitantes al mero hecho de «tener hijos», etc.)… padres y madres, decíamos… transmiten ─y refuerzan─, en realidad intencionalmente, heridas emocionales a los niños. Eso repercute o condiciona el sentido de valía de los niños.

Más «utilización de pecadores»: la Nueva Era

Otro modo evidente de «usar pecadores» involucra la relación entre el mundo físico y el mundo espiritual, de la cual ya hemos hablado bastante.

Este uso se da mediante las creencias y tradiciones nuevas de la «Nueva Era», por ejemplo.

Un ejemplo de esto son las suplantaciones de Jesús, es decir, las suplantaciones o simulaciones de la esencia única personal de Jesús y María Magdalena, que se realizan o facilitan a través de cursos o libros como el curso de milagros, un curso de amor, la vía de la maestría, etc.

La gente nos vemos atraídos por «verdades a medias», y como no queremos arrepentirnos de lo nuestro y sentir a fondo toda nuestra alma (todo el dolor relativo a nuestros pecados, que muchas veces son el aborto, el aborto espontáneo, etc.), entonces, así, nos metemos más o menos ciegamente en cosas como «la Nueva Era» (pues además, resulta ser realmente muy atractivo, ya que sí que las novedades vehiculadas por libros así simulan partes importantes de lo que podemos llamar «la verdad divina» ─la verdad de Dios─).

Entonces, nuevamente, nos metemos de motu proprio, y a modo de «soldados del pecado», de «soldados del control», en esas «nuevas tradiciones», y literalmente estaremos entregando de una u otra manera el alma a espíritus más o menos controladores.

Esos espíritus (= desencarnados) tienen diversos grados de miedo a perder sus «posiciones» en el mundo espiritual, partes de la dimensión en la que estén, tradiciones, formas de vida, etc.

Es decir, este fenómeno demuestra que estamos en codependencia emocional con el mundo espiritual (igual que lo estamos con gente físicamente encarnada), debido a nuestros pecados y falta de arrepentimiento y de perdón. Y esos espíritus con los que nos «relacionamos» así, están a su vez protegiendo sus respectivos miedos, claro está.

Es decir, estamos en adicciones emocionales con el mundo espiritual (ese mundo adonde todos iremos, pues todos seremos «desencarnados»).

Así pues, somos manipulados al no desear arrepentirnos de nuestros asuntos, y al desear por tanto poner una fachada ─en este caso una fachada más o menos espiritual─ sobre ese deseo que es desarmónico con el amor: El deseo de no querer sentir el dolor relativo al arrepentimiento por ejemplo de los abortos espontáneos o físicamente violentos en los que nos hemos visto involucrados/as ─tanto por la parte de las mujeres así como de los hombres involucrados en ello─.

Notas

* Displicencia es: desagrado o indiferencia que mostramos en el trato que damos (ser tratados con displicencia).

Textos y audios relacionados

– «Humildad y valía«:
nplandivino.net/humildad-valia/

La nueva religión de masas: Animismo cientifista e intelectualista en la «tribu Tierra”

[Última actualización: 25 abril 2023]

Índice
– Introducción
– Enlaces a textos
– Índices de los textos
– Enlaces a posibles audios

Introducción

En esta entrada voy a enlazar:
– dos textos
– y quizá unos cuantos audios en torno a ellos.

Enlaces a los textos

Estos son los textos, en formato pdf (el 2 es de cierto modo complementario, y es un simple corolario, digamos, de lo que hemos visto en general, estos meses atrás):

pdf 1 (versión 1.04 – 25 abril 2023):
«La nueva religión de masas: Animismo cientifista e intelectualista en la “tribu Tierra”»

pdf 2 (versión 1.02 – 25 abril 2023):
«Dios es un virus ‘informático’: nuestra adicción al control es del todo imposible con el amor de Dios (al final) | Y una nota sobre ‘memoria corporal’»

Índices de los textos

índice texto 1
– Maldiciones televisadas, el miedo es el virus (como siempre se dijo): neotribalismo a escala planetaria
– Imitación del plan o diseño divino
– Dispositivos y mediación: el “guarda de tráfico tumbado”
– La escapada incluida en el dispositivo
– Anti-ilustración ilustradamente cientifista-intelectualista
– Responsabilidad y necesidad del gobierno: no es “anarquía y cerveza fría”, pero lo parece
– Utopías varias
– Hegemonía, y más sobre responsabilidad. Nota sobre Foucault

índice texto 2
– Vamos al grano: «Lo que esperas, no sale “bien”»… series y otras seriedades y situaciones en torno al eterno no-retorno
– Memoria corporal: analogía y observación sobre la memoria corporal: tocar un instrumento, “tocar la vida”

Enlaces a posibles audios

(…)

 

¿Por qué hablan de Nuevo Orden Mundial? Veámoslo un poco, a la luz de la verdad divina

Tras hacer una introducción, con un poco de contexto para lo que vamos a leer (a la luz de la verdad divina que hemos visto estos meses), en este audio leo una breve lista de eventos fechados (ver enlaces abajo) sobre la configuración de lo que llaman a veces «nuevo orden mundial», algunos de los mismos representantes de algunas «élites».

Enlaces al audio: en ivoox / descarga

Enlaces:

– Este es el texto que leo.
El autor da simplemente la lista de fechas y eventos que podríamos decir que son los que en parte van configurando el «planeta humano» como una relación entre poderes económicos y manejo de masas:

«Historia y composición del gobierno económico mundial en la sombra: 300 años forjando el capitalismo actual»:
http://pedernal.org/lacortinadehumo/historia-y-composicion-del-gobierno-economico-mundial-en-la-sombra-300-anos-forjando-el-capitalismo-actual/

– Un artículo que no leo, pero que nombro al final, es este donde se habla de la financiación del ascenso de Hitler y cosas similares:

«Los grandes enigmas sobre Adolf Hitler: La conexión Rothschild-Hitler – por Xavier Bartlett»:
https://redinternacional.net/2018/06/25/los-grandes-enigmas-sobre-adolf-hitler-la-conexion-rothschild-hitler-por-xavier-bartlett/

– Nombro de pasada también una bonita conferencia de Miguel Ayuso sobre la corrupción:
“La corrupción y sus causas” Miguel Ayuso Torres:
https://www.youtube.com/watch?v=SMzo1F9p034

«¿Qué he hecho yo para merecer esto?» La injusticia comparativa entre las almas, el «enfado intelectual» contra Dios y la vida

En este vídeo visualizamos en grupo* una interesante y muy común pregunta que le han hecho a Jesús muchas veces a lo largo de sus 2000 años de vida. Esta vez se la hacen en un encuentro en norteamérica.

Ver índice de temas y tiempos abajo.

La pregunta se podría parafrasear así: «¿Qué he hecho yo para merecer esto?» 🙂  .

El tema es la injusticia comparativa entre las almas; el «enfado intelectual» contra Dios y la vida.

Entonces, Jesús plantea la verdad sobre lo que sucedió en el planeta, que es simple, aunque seguramente difícil de creer, si no sentimos a Dios.

Como vimos, si nos abrimos de corazón a la verdad, esta tiene la capacidad de hacer que surjan nuestros errores, para que podamos sentirlos «traspasándolos», procesándolos emocionalmente, dejándolos «fluir»… para poder absorber nueva verdad acerca del tema con respecto al cual tenemos «error absorbido».

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* Hemos estado con Ana P. y Clau.
Canal de Clau:
https://www.youtube.com/channel/UCTx32q_QFCWi9Uq49F83fsA
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Índice
0:00 Introducción (saludo)
6:43 Introducción breve al tipo de encuentro del que vamos a ver una pregunta
13:30 VISUALIZACIÓN, empieza: pregunta sobre cómo es que se permite que las almas sigan encarnando en cuerpos en un planeta tan degradado en la condición álmica humana
15:54 COMENTAMOS solo la pregunta: permitirse sentir humildemente la rabia contra Dios, la vida, la creación. El «no comprender la verdad» Continuar leyendo ««¿Qué he hecho yo para merecer esto?» La injusticia comparativa entre las almas, el «enfado intelectual» contra Dios y la vida»

Cuatro puntos para recordar algo del contexto en el que vivimos (cada uno, por favor, puede matizar, etc.)

Al conocer lo que nos presenta Miller y al haberlo sentido plenamente (la existencia de muchos desencarnados influyendo en nuestras heridas emocionales de muchas maneras…)…
vamos a tener en cuenta ese dato básico de que también nos informaba de que hay muchos desencarnados negativos haciendo todo lo que pueden para mantener nuestra condición álmica baja…

Creo que por eso hay que examinar muy bien la intuición de la conexión que hay, en esta época, entre (por dar algunos ejemplos)…:

1) «Soltar» o alentar a que muchos desencarnados ataquen como nunca a la gente (ya sabéis, a través de nuestras heridas emocionales y malos hábitos, que favorecen un estado bajo (hongos, sedentarismo, no oxigenación, comida mala, desamor, etc.))…

2) Soltar sustancias e inocularlas, aumentando quizá la proliferación de ciertos hongos, toxicidad en general, etc., para exacerbar lo anterior, para deteriorar aún más los ecosistemas… y en conexión con el siguiente punto…

3) Aumentar radiaciones a lo bestia, e intentar ir «calentando» y estresando cada vez más a la gente, a los cuerpos físicos… en esa sucesión tecnológica, no controlada «democrática» ni médicamente:
sucesión de radiaciones, desde la 2G o la que fuera…  hasta 5G…  y proliferación de wifi’s…, etc.
Esto sería una especie de plan de crear una olla donde «calentarnos», una olla donde las «ranas» que somos nos pongamos en cocción por propia iniciativa…

4) Todo eso aderezado quizá con que parte del papel de las élites más negativas es acumular recursos como nunca antes («atracando» a los Estados corruptos, via impuestos, para pagar inoculaciones, pcr, etc.), y así, acumulando más aún, quizá, ante los posibles desastres naturales y crisis económicas que pueden venir en esta etapa de reseteo.

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😂 De reír por no de llorar… pues todo esto, como vimos, dice Jesús (Miller) que lo crea nuestro deseo de no ser humildes con el miedo y tristeza interiores, dentro del alma (y a menudo alojados como emociones bloqueantes desde que fuimos concebidos, antes de nacer…).

Continuar leyendo «Cuatro puntos para recordar algo del contexto en el que vivimos (cada uno, por favor, puede matizar, etc.)»

La «Nueva Era» como intento de anestesiar el alma humana contra Dios

Índice
– ¿Cómo se intenta cerrar la herida sin sanar, y se «anestesia» o se intenta anestesiar el alma en la humanidad?
¿“Pecados sin culpa”?
Cerrar la herida falsamente

[Texto en formato pdf junto los otros dos principales de agosto 2021: pdf]
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¿Cómo se intenta cerrar la herida sin sanar, y se «anestesia» o se intenta anestesiar el alma en la humanidad?

Esto que sigue a continuación, y que leo en el vídeo enlazado arriba, está inspirado en parte por el nombre de la empresa de Armando, con el que recientemente hice una conversación en audio aquí.

El nombre de la empresa es “Pecados sin culpa”, y se puede interpretar de muchas maneras… pero nos da pie para empezar a hablar de la anestesia humana sistemática, la anestesia del alma… una anestesia que en gran medida parece que buscan implantar los diversos grupos de controladores que querrían tener una humanidad controlable para poder seguir:

– adictos al poder,

– adictos a la idea de superioridad,

– adictos a sus heroísmos e historias varias tradicionales (culturales, políticas, religiosas… nacionalidades, sistemas diversos, instituciones y orgullos de todo tipo…)

– y adictos a cosas que son incluso mucho peores.

En general, a muchos tipos de grupos de personas desencarnadas les interesa en el fondo una humanidad «desalmada» para poder mantener intactas sus emociones no sanadas, en sus almas.

Son emociones relativas a la adicción al poder, al control, al sexo por el sexo, etc… y todo ello a veces dentro de creencias relativas a «ayudar a la humanidad», pero ayudando «sin Dios», es decir, con algún grado de «afán controlador», y, por lo tanto, egoístamente, es decir, protegiendo adicciones emocionales.

El tema del primer texto de agosto del 2021 es la conciencia, como órgano del alma para la verdad de Dios -para recibir la verdad de parte de Dios, sobre cualquier cosa-.

Lo titulé: “Desmitificando completamente a Dios”.

Ahí, siguiendo lo que hemos visto de la verdad divina por parte de Miller y Mary, insistí mucho en que podemos sentir, mucho más allá de lo intelectual… podemos sentir… cómo en la práctica y desde muy pequeños nosotros mismos apagamos o intentamos apagar la verdad de Dios.

Esta verdad se vuelve muy incómoda en un mundo donde casi todo va a la contra de ella:
– «verdades» de nuestra familia sobre el amor («verdades» que son creencias falsas casi todas…),
– «verdades» «sociales» sobre la vida, etc. (casi todas falsas…)…

La verdad de Dios se vuaelve incómoda, pero no es en sí misma incómoda, sino que nos libera (la verdad divina es lo que nos hace libres).

Así pues, lo que enlaza estos dos grandes temas a tratar en estos textos y vídeos de agosto es, claro está, esta cuestión de que “cerramos” o apagamos la verdad de Dios, o intentamos hacerlo… apagando el alma, apagando el hecho de ser almas.

La conciencia tiene directamente que ver con el control y el poder, al estar en el meollo de la posible “desigualación” de las almas.

El humano adicto, el humano emocionalmente adicto… “desiguala”.

¿»Desiguala»? ¿Qué quiere decir esto?

Si apagamos el alma… si apagamos el sentido y el sentir de ser almas… nos hacemos falsamente pequeñitos e innecesariamente «mediocres».

Por eso los adictos al poder y al control (en las élites humanas de los medios de «comunicación», empresas globales, etc…., y que están muy influidos por desencarnados que llevan milenios  igualmente adictos, e influyendo durante siglos y siglos en los humanos)… por eso esos adictos… buscan tanto que:

– nos veamos con miedo entre nosotros

– o provocan falsas polarizaciones y bandos absurdos para que nos entretengamos (izquierda/derecha)

– dentro de sistemas que están trucados para que los más corruptos lleguen al «poder»

– guerras absurdas fratricidas

– pandemias inventadas por los medios de comunicación, y que provoquen más conflictos que serán somatizados (el miedo mata, literalmente, desgasta el cuerpo…, etc.)…

– o noticias falsas de todo tipo que provoquen que surjan o resurjan conflictos subyacentes en el alma, para entonces medicalizarlos, tratarlos a su manera, hacer negocio… etc…

… y todo para que el humano mismo fomente una especie de «inferioridad» artificialmente creada y fomentada siglo tras siglo.

Por ejemplo, al parecer no es nada nuevo esto de asustar con pandemias.

Imaginaos el poder del miedo en las ciudades de hace siglos, donde no había alcantarillado por ejemplo… donde no había la misma capacidad de higiene… imaginemos el poder destructor que se podía tener sobre la humanidad al encerrarla en sus casas (eso también lo hacían hace siglos… ordenaban encierros asesinos… como sucedió igualmente hoy en día, esta vez, igualmente bajo órdenes de poderes no controlados democráticamente)… imaginaos esos encierros hechos hace siglos… decíamos… cuando la gente literalmente se tendría que comer sus desperdicios (al no haber ni siquiera alcantarillado en unas ciudades más inmundas aún que estas actuales en muchos casos).

Pero, como sabemos por la verdad divina, el alma es la más grande de las creaciones de Dios, y somos un alma (mitad de un alma, para ser más precisos, según nos cuenta la verdad divina).

¿“Pecados sin culpa”?

Eso de pecados sin culpa (según cómo lo interpretemos) parece ser el lema de cierto intento de la “nueva era” (la faceta digamos “engañosa” de lo que podríamos llamar «nueva era»).

Lo podemos entender así:

Una vez establecidas las adicciones emocionales y las adicciones en general (a la carne, por ejemplo), se cierra la herida, pero se cierra sin sentir la emoción causal que provocaba querer “matar para sobrevivir”.

Y es que, aunque parezca que no, la creencia que en parte subyace a la masiva ingestión de cadáveres de animales (animales enormemente maltratados durante sus vidas y también a la hora de conseguir su muerte)… esa creencia es, en parte, que «hay que matar para sobrevivir».

«Matar para sobrevivir» digamos que sería parcialmente lo que está detrás del simple comer carne, es decir, esa creencia falsa está detrás de ese acto al que nos hemos acostumbrado y que para muchos es casi «una religión».

Nuestros antepasados, tras la caída y tras los milenios subsiguientes donde vivieron en una condición álmica muy degradada… claro que “necesitaban” “matar para sobrevivir”. Pero no está «en los genes» :).

Cerrar la herida falsamente

Vamos al tema central, que es muy simple e «interesante»:

“Se cierra la herida”, decíamos arriba…

¿Cómo se cierra la herida pero sin sanarla… por ejemplo en este caso concreto?

Pues con carne sintética (ya está inventada hace mucho, y tiene propiedades muy «buenas»).

La carne sintética nos permite “pecar” (cometer algo degradante para el alma, pero que ya no lo es).

Entonces, claro está, en realidad no pecamos, es decir, ya no hacemos nada de eso que era tan degradante, en realidad, pues en el caso de la carne sintética ya no será degradante para el alma -no lo será por los mismos motivos-.

Es decir, la compensación negativa, en el alma, por comer carne (esta vez sintética), no va a provenir ya de la industria de la carne y de su bestialismo normalizado, automatizado y «hecho religión»…, sino, si acaso, va a provenir de todo el “cierre falso de la herida”, es decir, de una falta de humildad, como siempre (es decir, de una falta de deseo de querer sentir todo lo que está bloqueando el alma… en tanto que son emociones causales que provocan nuestra ley de la atracción, individual y colectivamente).

Esa locura en la que estamos, la locura de la falta de humildad, sería en parte lo que se expresa en una posible interpretación de la frase “pecados sin culpa». (Esto no quiere decir que la culpa sea necesaria ni buena, sino que hay que entenderlo bien; ver la página guía A.4 y los materiales allí, por ejemplo, etc.)

No sabemos hasta qué punto esa locura, por cierto, estará extendida hacia los planos espirituales (al plano o esfera primera, y a los planos de más arriba (?), pues en ellos viven muchos espíritus en los caminos del amor natural y que no quieren saber nada de la distinción amor natural / amor divino).

No sabemos hasta qué punto la locura estará extendida en el sentido de conseguir “tecnologizar” -también en las esferas espirituales- el cierre falso de las heridas emocionales… y consiguiendo así «sistematizar» de algún modo esa falta de humildad.

Recordemos: permitiendo que se dé este adormecimiento o amuermamiento de la humanidad…:

– nos alejamos más del alma (de la “igualdad álmica” -por eso hablábamos arriba de desigualar-)…

– y nos enredamos más en «sus inventos», en los inventos de los controladores (bandos absurdos, miedos «nuevos», sistemas trucados… guerras…)…

– y así somos más controlables, y esto, claro está, va en contra de la Manera de Dios, del camino de Dios… que consiste en permitirse sentir el alma y lo que contiene, para dejar fluir el error para que pueda disolverse y que así pueda entrar más verdad y, por lo tanto, más amor (y por lo tanto, poder ser realmente libres, es decir, ser el yo real, el alma).

Por cierto, el tema de “pecados sin culpa” se puede entonces enmarcar en lo que podríamos llamar paradigma conservacionista, donde el énfasis, en vez de en reparar o restaurar, está en «conservar» (hablando muy en general), como si lo que hay ahora fuera lo original o tuviera algo que ver con lo original, con el diseño original. (Ver en la página guía A.3, por ejemplo, los materiales sobre el entorno.)

Entonces, en esta Nueva Era “falsa”, «trucha»… la creencia falsa de que “el progreso conlleva degradación” se iría a hacer real y sistemática, en tanto que se cierra la herida sin sanar.

¿Qué conlleva que se cierre la herida emocional falsamente, es decir, sin sanar?

Pues parece que conlleva en parte que se haga “ley” la degradación del alma, o que se haga ley o se vuelva ley un cierto nivel de degradación del alma (aunque solo sea en lo relativo a “creerse dioses”, es decir, a todo lo que gira en torno a lo que se llama tradicionalmente «pecar contra el Espíritu Santo»)…

Entonces, se hace “ley”, decíamos… se hace “necesaria”… esa clase de degradación.

Ese cierre de la herida sin sanar también se ve en el engaño largamente preparado de virus y vacunas. (Un engaño ya desmontado científicamente, incluso, gracias al descubrimiento científico de Hamer y a muchas otras cosas y observaciones.)

Lo que habría atraído ese engaño es un conjunto de emociones bloqueadas en las almas, como siempre (sumadas individuo a individuo, y leídas por las leyes de Dios para que se puedan sanar mediante la ley de la atracción, etc.).

Y si se convive y se sistematiza la vida conviviendo con emociones así… con emociones que no terminan de ser «sanadas» y cuya «no sanación» es normalizada… sistematizada… entonces se normaliza la mentira y se intenta imposibilitar «para siempre» la disolución de esos errores emocionales que bloquean nuestra consciencia de ser almas (la más grande de las creaciones).

Volviendo a «la herida de comer carne»:

Se “cierra sin sanar”, o para que su “sanación” sea si acaso lenta… se haga lentamente (por las vías o caminos del amor natural).

Y así, entonces, se intentaría sellar -en ese y en muchos aspectos (parece)- el “autodepender”, la dependencia de uno mismo, la autodependencia que caracteriza los caminos del amor natural (entre los cuales hay mucha variedad y muchos tipos de fanatismos «conservacionistas»: católicos radicales que quieren conservar sus instituciones en esos planos espirituales elevados… o lo mismo pero los musulmanes, judíos, budistas, etc… todas las tradiciones, más o menos fanatizadas… con diversos grados de proselitismo más o menos agresivo, etc.).

Todos estos gestos contribuyen y se suman para ir “cerrando” lo humano a la guía celestial, contra la guía celestial (es decir, la guía que proviene de más allá del plano 6, de parte de espíritus que han transformado su alma y están en los estados de unidad con Dios… y que es una guía mucho menos intrusiva, es decir, que realmente siente el libre albedrío y su importancia… la importancia de ser almas, etc.).

Fijémonos entonces en cómo el ambiente mental no está en «reparar» ni en el arrepentimiento, es decir, no está puesto en reparar la relación con Dios y con el entorno (incluso ni aunque se asevere que sí).

El énfasis a menudo está en un modo de enfocarse en la tecnología como un paso más de “hacerlo por nuestra cuenta” (con esa actitud de la que hemos hablado, relativa a una suma de «dependencias sistematizadas» en algo «humano demasiado humano»).

Y es que, cuando uno lo piensa (llegándose quizá a agobiar…), parece evidente que es muy difícil salir de esto “con Dios” (ecología, etc.) y parece evidente que se necesita un ingenio «solo» humano… o trucos «solo» humanos para poder seguir en la marcha o inercia de “ir por nuestra cuenta” (teniendo en cuenta la enorme cantidad de humanos que hay, es decir, que tenemos que convivir en la Tierra (pues no se trata de simplemente matarnos, aunque en parte sí)… y que no somos en general casi nada sensibles a los principios de Dios, etc.).

Digo “evidente”, porque descubrir (redescubrir) nuevas formas de energía, leyes físicas, etc.., esos descubrimientos… no son eventos que parezca que vayan a estar directamente encajados en un “paradigma reparador”.

Vimos hace semanas esa idea de que quizá las vacunas sirvan para “desconectar”, “por genética”, o para intentar desconectar el cuerpo espiritual del físico (en algún sentido de “desconectar”). Es decir, puede que sirva para que por defecto haya cosas artificialmente instaladas en lo físico, y que vayan en contra de la verdad divina.

En concreto, que vayan contra la verdad de que:

– por un lado, tenemos ese cuerpo espiritual ya,

– es el cuerpo con el que seguiremos vivos tras «morir»,

– y, por otro lado, contra la verdad o el hecho de que ya, ahora mismo, podemos ser naturalmente conscientes de las experiencias en ese cuerpo.

Hacer esa separación entre alma y cuerpo espiritual/físico (o intentar hacerla en un mayor grado) es como que nos animaliza, a nosotros los humanos, en el sentido de que aleja más al alma de la posibilidad de discernirla, de serla, de vivirla o “entenderla”. (Y si le añadimos que las vacunas vienen de “vaca”, de ganado… entonces está todo dicho; el “ganado” animalizado es más fácilmente controlable; el hecho de que el mismo «ganado» acudamos en masa a ponernos cualquier tipo de vacuna (todos lo hemos hecho en algún momento, o casi todos) es el “sueño” de todo ganadero, es decir: no solo sus ovejas acuden solas al redil tras pastar donde les dijo que pastara el ganadero…, sino también van solas a vacunarse, al matadero, etc.)

Con esta crisis mediática de las vacunas, las pandemias mediáticas, etc., se ve de cierto modo la “verdad” del mundo, la verdad de la oscura condición álmica humana, muy asesina (condición del mundo y del alma humana)… se ve, en tanto que en general las guerras no eran entre bandos sino para crear caos y control, y contra la humanidad, el alma, Dios… (Lo digo, claro, porque esto sería como una especie de guerra.)

Lógicamente la verdad divina es lo más opuesto al paradigma de superioridad o control, y por eso buscaron atenuar los efectos de la encarnación de los 14 (entre ellos María Magdalena y Jesús) dando por ejemplo versiones o paradigmas de “comprensión espiritual” donde se confunden el amor natural y el amor divino, como vimos en las canalizaciones que suplantan la figura de Jesús, en esas canalizaciones impostoras o distorsionadoras, de muchos tipos -aparte de todas las demás maniobras u operaciones que son, digamos, más “físicas”, y que intoxican de muchas maneras el ambiente físico o mental-.

Entonces, el aspecto tecnológico de lo que está pasando y va a pasar tiene que ver con cierta “naturalización de la tecnología” y esto tiene que ver con que no se vaya a poder hacer distinción entre el amor natural y el amor divino.

La naturalización de la tecnología quiere decir que parece «llovida del cielo», natural… en un devenir donde el humano de cierta manera pasa a servir para la individualización de las tecnologías, o incluso pasa a ser un aplique de la tecnología, un añadido a ella, para servicio de ella y del control que ejerce sobre las motivaciones humanas (la tecnología y las grandes empresas globales que dejan «caer del cielo» las novedades controladoras, más o menos subrepticiamente totalitarias).

También hay «tecnologías ideológicas», que llevan mucho tiempo vivas en nuestras mentes. En todas las ideologías hay aspectos que pueden ser liberadores, al afrontar ciertas verdades; pero también hay aspectos que automatizan este «deseo de ignorancia» que está detrás de la automatización del control, etc., que estamos viviendo.

Por ejemplo, en el caso de los liberales, es decir, de lo que algunos llaman «ideología liberal»… ahí podemos hablar de muchos aspectos que podrían ser benficiosos… pero también podemos ver cómo en parte se naturalizaría ideológicamente el mundo humano.

El mundo realmente está basado en el «pecado», y por lo tanto, basarnos en ello pero sin darnos cuenta y encima con «deseo de ignorancia», es decir, sin querer darnos cuenta… es ilógico, insensato, pues si nos basamos en el pecado sin entender que eso causa dolor y sufrimiento, y sin querer entenderlo… entonces nos volvemos irracionales, al no entender que somos los causantes de nuestras desgracias.

Nuestras «desgracias», nuestras «caídas de la gracia», derivan de actuar desarmónicamente con respecto a los principios y leyes de Dios.

Es decir, creamos nuestro dolor -recordemos- al actuar o desear en desarmonía con respecto a cómo son realmente el amor y la verdad, es decir, con respecto a cómo son estos dos, amor y verdad, para el creador de nuestras almas.

Este mundo está en completo desajuste con respecto al diseño original de la Tierra y al propósito original de que encarnen almas en estos planetas… almas con un destino de elegir potencialmente eternizarse.

Por cierto, también hemos hablado a veces de… o bien, está en el aire el tema de… la «cosecha» de almas, y ahora quizá podemos aportar por fin cierta claridad simple que nos faltaba hace unos meses.

Y es que nos decía Miller que al final de los ciclos terrestres hay una mayor receptividad por parte de la humanidad al contacto con desencarnados.

Y así, justo esto es lo que vemos desde hace más de un siglo (recordemos el punto álgido que es Padgett, etc.), aunque haya sido gestionado digamos que “monopolísticamente” con fines de acumulación de poder y de «amaestrar» a la humanidad, subrepticiamente.

Esto nos va a servir para introducir el tercer texto o tercer tema de agosto, donde veremos lo que parece paradigmáticamente un buen ejemplo «político» para reunir estos temas más colectivos:
– veremos qué parece suceder con el país de Israel, su creación,
– la polarización buscada (el fomento del conflicto con los musulmanes, etc.),
– los desencarnados adictos a la superioridad y al control, que se sirven del conflicto y del miedo para seguir en su adicción emocional
– y hablaremos de que, lógicamente, la historia, la política y la antropología, para ser realmente «científicas», han de contar con la existencia y los actos de las personas que están en los planos superiores y en el plano primero… es decir, personas sin cuerpo físico, pero igualmente almas como nosotros.

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Una idea final que puede ser un «clic» importante, para sentir algo que quizá es básico para contextualizar lo que nos pasa aquí, y contextualizar la distorsión inmensa en que vivimos:

Podemos asociar la idea de humildad, también, con el hecho de que sucede como si el alma, a través de la “experiencia” del cuerpo espiritual, estuviera como entregada a los devenires del cuerpo físico, del mundo físico.

Principios de deseo y voluntad, y ejemplo en la distinción redención humana / redención divina

Tras hacer unos vídeos sobre preguntas en torno a estos principios relativos a la voluntad y al deseo, vemos aquí las propuestas de Jesús sobre cómo expresar qué siente Dios, es decir, qué revelan de Dios estos principios que están impregnando sus leyes. Vemos también un ejemplo que da el mismo Jesús (Miller). Abajo pongo los tiempos en que tratamos cada cosa.

En el ejemplo que vemos dado por Miller, se habla de cosas concretas sobre los espíritus de la sexta esfera y la relación con Dios, y es muy ilustrativo (el ejemplo comienza a partir del minuto 34:08).

Es muy ilustrativo en concreto sobre la desarmonía en que consiste no contar con Dios, y querer meter a otras personas en eso; es decir, es eso que se llama «pecado contra el Espíritu Santo». Eso es lo que están haciendo muchos espíritus de diversas esferas más elevadas en amor, pero que no quieren recibir amor divino, por ahora. Este tema es central por lo tanto para entender lo que pasa en torno a «la Nueva Era», revelaciones que suplantan a Jesús, etc.
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El vídeo anterior del que depende en parte todo esto es este:
– «El cambio es imposible si tu voluntad y tu deseo están en armonía entre sí (en tu alma)»:

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El texto que vemos hoy, con los dos esquemas es:
https://www.unplandivino.net/wp-content/uploads/2021/07/ppios-voluntad-deseo.pdf
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0:00 Introducción
2:24 Definición de los principios
4:49 Ejemplo, ley de la atracción
11:29 Volvemos a la definición
20:00 Objetivos
30:55 Redención del alma humana y divina: leemos el esbozo en torno a este minuto
34:08 Visualizamos el ejemplo de la redención en el vídeo de Jesús, Miller (no sé qué pasó que esta vez se oye menos su voz que en otras grabaciones o llamadas que hicimos)
1:23:00 Fin de la visualización del ejemplo y continuación de los comentarios nuestros
1:23:38 Desarrollo del alma humana
1:28:15 Volvemos a ver los objetivos de estos principios
1:41:35 Lo que los principios revelan acerca de Dios
1:44:48 Repasamos el diagrama del universo
1:51:20 Anunciamos el siguiente vídeo, más breve, y en un tono más desenfadado, donde veremos cómo reaccionamos «desde la verdad divina» 🙂 a un vídeo que fue viral donde habla un hombre de forma procaz, descarada…

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Se trata de un encuentro de Miller (Jesús), Mary y demás amigos* (enlaces abajo a materiales de Divine Truth). Continuar leyendo «Principios de deseo y voluntad, y ejemplo en la distinción redención humana / redención divina»

El divulgador Íker: Ni disidencia, ni descontrolada… y quizá sí «illuminati»

Índice
– Introducción
– Punto principal
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(Nota previa: en el vídeo arriba enlazado leo y comento un poco este artículo)

Introducción

Últimamente ha habido una especie de intercambio intenso entre el mundo youtuber* y el mundo «televisiones decadentes», las televisiones «normales» o atontantes, que promueven de forma simplona el miedo, etc.

Por una parte, un grupo de youtuber’s* (que es clave a la hora de hablar de libertad y democracia, aunque falta -por ejemplo- una pieza clave, una pieza que podría no parecerlo, y que es Félix Rodrigo Mora)… ese grupo, decía… ha acudido a las televisiones normales y caducas por primera vez.

Por otro lado está Íker, que pertenece a ambos mundos, tv y youtube, y que es muy conocido en España -y creo que ya en el mundo «hispano» en general- por ser divulgador «del mundo del misterio» (en España ni siquiera hace falta decir su apellido).

Íker ha hecho intervenciones recientes en esos mismos diversos canales de youtube y en el suyo para hablar de las mismas cosas (relativas esta vez a política, poder y economía).

Antes del punto principal, o reflexión más «en crudo» que haré abajo del todo (que es lo que me llevó a poner el título que tiene este texto), tengo que que aclarar de qué trataremos aquí.

Se trata del tema de los medios y de la hegemonía cultural.

Esta hegemonía es la relativa a:

1) Las manipulaciones en torno a un tema que seguro que va a ser muy importante en el futuro, y que es este:

cómo gestionar el hecho, la verdad, de que, como almas, somos todos igual de valiosos (y que de hecho somos almas, nuestro yo real es ese)…

Este tema tiene que ver con al menos dos cosas que aquí tenemos que tratar brevemente, para dar contexto:

– la evolución del alma por diversos planos o dimensiones,

– y también con el hecho -o distorsión- de todo lo llamado «extraterrestre», que es algo que vivimos en la humanidad -o que, básicamente quizá más bien «sufrimos»-.

Estos dos aspectos se relacionan así.

Después de:

– tantas vivencias de tanta gente (que yo también he tenido, claramente, de fenómenos interdimensionales que algunas personas dirían «extraterrestres»),

– después de tanta película de ciencia ficción y otros materiales así,

– y después de tanta propaganda y divulgación aparentemente «ilustre y desinteresada» de gente como Íker…

…el hecho de que se traten esas dimensiones o planos de evolución álmica primero y ante todo como algo «extraterrestre»… puede servir para hacer o intentar hacer -al final y claramente- una manipulación brutal. Continuar leyendo «El divulgador Íker: Ni disidencia, ni descontrolada… y quizá sí «illuminati»»

El cobixo, o cómo permitimos que el sistema caduco muera matando: un ejemplo

Como dijimos antes aquí, la alianza Estados-farmacéuticas funciona como una especie de mafia ladrona y asesina (aunque la gran mayoría de sus componentes no sabe claramente lo que hace) para aprovecharse de la ignorancia de la humanidad sobre la enfermedad y sus verdaderas causas*.

Mientras, como sabréis, nos tenían entretenidos con todo lo politiquero… con «izquierdas y derechas», redes clientelares, corrupción, revoluciones estatistas (adoradoras del Estado), etc.

Esta situación que vivimos -con las podridas maquinarias estatales- es altamente «diabólica»; es una especie de pesadilla en la que vivimos tan metidos, que ni la vemos.

Por lo que parece, en la Tierra no vamos a poder seguir sosteniendo mucho más tiempo nuestra «ignorancia espiritual».

Es decir, esa mafia, esa «élite» podrida** ya no va a poder seguir mucho tiempo con eso ni con otras de las muchas cosas horrorosas que permitimos que sucedan, así es que en este tiempo que quizá es de transición, se exageran los rasgos más dementes de esa maquinaria que promueve el miedo, la dependencia asesina, el control, etc.

Con la excusa de la pandemia promovida durante meses por televisión antes de que «llegara», se ha favorecido que la gente se bloquee mucho más, emocionalmente, en sus deseos, etc.

Y así, entre otras cosas, se pueden exacerbar nuestros rasgos, síntomas, etc… y con ello, dentro de este estado policial y de alerta irracional, la mafia instaurada puede sacar provecho, como buitres (que me perdonen los buitres) en esta acción que hoy parece que se realiza: atribuir casi todo a una misma causa (cobixo), y con unos mismos protocolos que al parecer «le salen muy caros» al Estado (es decir, el robo de la alianza maquiavélica Estados-farmacéuticas es el de siempre, como por ejemplo pasa con los cánceres y los tratamientos delirantes y carísimos).

El ejemplo concreto que podemos poner, que podría ser de la vida real, es este:

en algunos hombres, cuando -por lo que sea- estos suprimen rasgos de masculinidad… se dan unos síntomas que por ejemplo pueden consistir en que en la parte derecha de la cara disminuyen mucho las funciones, y en parte se colapsa, oscureciéndose, e incluso afectando a nervios cerebrales, con mucho dolor, etc.***

Entonces, alguien que llegara a este «evento» (o crisis de delirio y tortura psicológica de masas…)… alguien que llegara a este tiempo con mucho acumulado en cuanto a esa supresión de rasgos masculinos, podría presentar esos síntomas y, si se presta a ello, ser catalogado automáticamente como que «tiene cobixo», pues creo que encaja (como muchas cosas encajan en su «cobixo»).

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Causas que tienen que ver con el bloqueo de emociones en niveles profundos, es decir, con el bloqueo de energía, pues las emociones no son más que eso, energía (y a ser posible, energía en movimiento).

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Mafia elitista podrida… que es altamente adicta al poder y a la superioridad… y que la humanidad hemos permitido que se vea infestada de semiposesiones por parte de desencarnados muy negativos (debido a nuestra cultivada ignorancia acerca de lo que verdaderamente está pasando en el planeta).

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A esto hay que añadir algo de lo que ya hemos hablado mucho en esta etapa última de la web y de los canales, y es que nuestras heridas emocionales (básicamente en el alma) actúan como atractores de desencarnados (que hay más que personas, perdidos por la Tierra), desencarnados… que a menudo refuerzan la apertura de esas heridas, refuerzan la continuidad de esa apertura y del proceso sintomático.

Estos desencarnados intercambian con nosotros pensamientos, emociones (energía en movimiento), a través del cuerpo espiritual… en base a los agujeros que este presenta debido a las «heridas álmicas».