Por qué Jesús no es Dios (un repaso muy básico)

No se trataría de «dar a cambio» la inteligencia, de «entregarla» por «la felicidad», sino de desarrollar cierto sentido reflexivo y a la vez emocional acerca de las prioridades… y poner las cosas en una perspectiva cada vez más «universal», real, acorde al diseño real.

Si nos damos cuenta, por ejemplo, sucede que en la vida de todos, lo primero es eso, la vida. Antes que lo que llamamos «inteligencia» estaría el hecho de estar vivos, animados («anima─» / alma).

Todo esto en torno a «lo espiritual» en realidad es «muy lógico» también, pero hay mucha distorsión en las diversas denominaciones o religiones.

De ahí que cuando a veces la gente dice tener problemas con las «cuestiones metafísicas» de una religión (como por ejemplo con el tema de «Jesús es Dios»), vemos en realidad el signo de una «cordura fundamental», que parece que nunca debería ser descartada, sino puesta en perspectiva (lo cual a veces lo consigue hacer el mero «paso del tiempo»… si nos abrimos).

Por ejemplo, un dato clave es que entramos en la vida sin saber pensar y, sin embargo, hacemos las cosas «más difíciles» (aprender la lengua materna, caminar, etc.). Para hacerlas nos vemos impulsados simplemente por el ánimo, el «deseo de vivir», de conseguir cosas sanas… e impulsados por el ejemplo de lo posible, que en este caso lo vemos ahí, fuera de nuestro cuerpo físico: gente hablando, caminando…

Las «cuestiones metafísicas» (como lo de «Jesús es Dios», etc.) serían interpretaciones posteriores, en torno a las que lamentablemente mostramos además nuestras bajezas de tipo «espíritu partidista».

Jesús no estaría directamente detrás de la doctrina o dogma que se inició por motivos en gran medida «políticos». Y en todos los tipos de cristianismo quedarían distorsiones que vienen de la época en que se inició «lo doctrinal» (y en otras religiones pasarían cosas parecidas).

Desde el mundo espiritual se nos ha dicho a veces que hay muchas interpolaciones y añadidos en la Biblia, y en cualquier texto antiguo «religioso», por mucho que se sacralicen los textos.

Esto de sacralizar cosas sería, por cierto, altamente contradictorio, pues se está sacralizando algo que no es Dios, es decir, en algún grado se está priorizando algo que es artificio humano, ya que Dios no habla directamente con palabras. Continuar leyendo «Por qué Jesús no es Dios (un repaso muy básico)»

1/9:10-11) 9. La expiación (siguientes dos mensajes) | El verdadero evangelio – Revelado de nuevo por Jesús | Vol. 1. / 9:10-11

Índice
─ Introducción y enlace al audio
─ Versión en español
─ Versión en inglés 

___

 

Introducción

─ Enlace al audio: en ivoox // enlace descarga

A continuación vamos a ver parte del apartado:

9) La expiación

Vemos los siguientes dos mensajes contenidos en el tema 9.

El tema es la expiación («atonement»).

Para ver la lista con todos los enlaces a los textos y audios ver:

unplandivino.net/padgett/

Forma parte de un libro que es el primer volumen de los mensajes recibidos a principios del siglo XX por James E. Padgett de parte de varios desencarnados, entre otros, Jesús de Nazaret.

Estos volúmenes fueron preparados o compartidos así por Divine Truth (entre otras personas).

El primer volumen incluye los siguientes temas y apartados (los 11 temas numerados sirven para organizar temáticamente los mensajes):

a) ─ Retrato de James E. Padgett
b) ─ Mi testimonio (por Leslie R. Stone)
c) ─ Foto espiritual de Mary Kennedy con su alma gemela, el Dr. Stone.

           d) ─ La verdadera misión de Jesús

I. Jesús y su relación con Dios.
II. Dios y el alma humana.
III. El problema del pecado.
IV. Redención del pecado.

─ 1. Los mensajes
─ 2. Ámbitos celestiales
La oración
─ 3. Inmortalidad
─ 4. ¿Quién y qué es Dios?
─ 5. Espíritu Santo
─ 6. Resurrección
─ 7. El alma
─ 8. Perdón
─ 9. Expiación [estamos aquí: Vemos los dos siguientes mensajes en este apartado 9]
─ 10. Infierno
─ 11. Expiación vicaria
e) ─ Mensajes adicionales

Versión en español
9. La expiación (cont.)

El Cielo es un lugar y también una condición del alma (A. G. Riddle – Espíritu Celestial)

Permíteme escribirte brevemente esta noche, pues veo que estás ansioso por recibir noticias de algunos de tus amigos en el mundo espiritual. Llevo mucho tiempo sin escribir, aunque deseaba hacerlo, pero esta noche solo te diré unas palabras sobre mi progreso y felicidad en mi condición de Espíritu Celestial, pues ahora estoy en los Ámbitos Celestiales y conozco la verdad de muchas cosas que os han trasladado en estos escritos. Continuar leyendo «1/9:10-11) 9. La expiación (siguientes dos mensajes) | El verdadero evangelio – Revelado de nuevo por Jesús | Vol. 1. / 9:10-11»

Matt Powers: regeneración del suelo

https://youtu.be/ZPEKVA3bGnM
https://www.youtube.com/watch?v=w0Lo6R4cjRI

Matt Powers, hasta donde veo, es un fantástico y divertido divulgador e investigador sobre estos problemas (y soluciones) que hemos generado al destruir el suelo del planeta, sobre todo con la agricultura concebida tal como la hemos concebido.

Parece que siempre viene bien concienciarnos sobre los «pecados» en los que participamos en nuestra «vida industrial» cómodamente mortífera, ya que, pese a que el movimiento de la agroecología (y el «conocimiento» de ello) puede que muchos lo tengamos desde hace tiempo… se requiere, como siempre, sentir por qué nos es tan difícil dejar las excusas, etc.

Como ya vimos un poco (al mirar el tema de la bomba biótica…), resulta que es muy importante la destrucción del increíble ecosistema que es el suelo.

En esa destrucción terminamos erosionando y haciendo que mueran incluso las plantas de la costa marina, etc. Tal como vemos con Matt Powers y otros divulgadores de lo regenerativo / permacultural / ecológico…, todo lo que gira en torno al suelo y su biología nos da ideas y sorpresas de conocimiento, fundamentales, para ver por ejemplo realmente el manejo distorsionado y manipulativo que hacemos en torno al real problema del «cambio climático».

Nos mantenemos individualmente en esta dependencia inercial de mecanismos económico industriales que en el fondo son antieconómicos… y contribuyendo a cada paso en esos mecanismos parece que sólo podremos «curar nuestra alma» hasta cierto punto…

https://youtu.be/ZPEKVA3bGnM
https://www.youtube.com/watch?v=w0Lo6R4cjRI

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Matt en acción analizando a su manera compost’s:
https://www.youtube.com/watch?v=ckSEk-eyTBA

1/9:5-9) 9. La expiación (siguientes cinco mensajes) | El verdadero evangelio – Revelado de nuevo por Jesús | Vol. 1. / 9:5-9

Índice
─ Introducción y enlace al audio
─ Versión en español
─ Versión en inglés 

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Introducción

─ Enlace al audio: en ivoox // enlace descarga

A continuación vamos a ver parte del apartado:

9) La expiación

Vemos los siguientes cinco mensajes contenidos en el tema 9.

El tema es la expiación («atonement»).

Para ver la lista con todos los enlaces a los textos y audios ver:

unplandivino.net/padgett/

Forma parte de un libro que es el primer volumen de los mensajes recibidos a principios del siglo XX por James E. Padgett de parte de varios desencarnados, entre otros, Jesús de Nazaret.

Estos volúmenes fueron preparados o compartidos así por Divine Truth (entre otras personas).

El primer volumen incluye los siguientes temas y apartados (los 11 temas numerados sirven para organizar temáticamente los mensajes):

a) ─ Retrato de James E. Padgett
b) ─ Mi testimonio (por Leslie R. Stone)
c) ─ Foto espiritual de Mary Kennedy con su alma gemela, el Dr. Stone.

           d) ─ La verdadera misión de Jesús

I. Jesús y su relación con Dios.
II. Dios y el alma humana.
III. El problema del pecado.
IV. Redención del pecado.

─ 1. Los mensajes
─ 2. Ámbitos celestiales
La oración
─ 3. Inmortalidad
─ 4. ¿Quién y qué es Dios?
─ 5. Espíritu Santo
─ 6. Resurrección
─ 7. El alma
─ 8. Perdón
─ 9. Expiación [estamos aquí: Vemos los siguientes cinco mensajes en este apartado 9]
─ 10. Infierno
─ 11. Expiación vicaria
e) ─ Mensajes adicionales

Versión en español
9. La expiación (cont.)

Los celestiales deben trabajar hasta que se cierre el Reino Celestial (San Juan, apóstol de Jesús) (15 marzo 1917)

Somos espíritus celestiales del orden más elevado, pero eso no nos impide darnos cuenta de la necesidad de salvar al hombre, y aunque tengamos que venir a la Tierra para llevar a cabo esta salvación trabajando y asociándonos con los espíritus del plano terrenal, se trata de una labor de amor, y la humildad es la piedra angular que nos aporta felicidad en nuestro trabajo.

No, estamos con vosotros a menudo y en estrecha asociación, y no seríamos compañeros de trabajo del Maestro si por un momento tuviéramos la sensación de que, debido a nuestra elevada condición, no deberíamos entrar en relación y asociación útil con los mortales pecadores, y nuestro trabajo va a continuar mientras el Padre requiera que se enseñen sus grandes verdades y se salven las almas de los hombres del efecto de la gran caída, y se conviertan en Ángeles de la Divinidad. Pero algún día nuestro trabajo en la Tierra, así como en las esferas espirituales, cesará, y entonces nuestros hogares en las esferas celestiales serán nuestros únicos lugares de trabajo y amor.

El Reino se completará, la puerta del Reino Celestial se cerrará y los trabajadores angelicales se separarán del hombre espiritual o perfecto. Tal es el decreto.

Y como el Padre desea que todos los hombres se unan a Él en Su Divinidad de Amor, debemos trabajar hasta que llegue el gran día de la consumación del Reino, y los espíritus que no tengan el traje de boda sufrirán la condenación de la segunda muerte.

Y cuando Jesús dijo: «Trabajad mientras es de día, porque la noche viene, cuando nadie puede trabajar» [ref.], quiso decir que mientras el Reino esté abierto para que los hombres entren en él, debemos trabajar, porque cuando sus puertas se cierren, el trabajo de los trabajadores angelicales deberá cesar, y los hombres y los espíritus quedarán abandonados a una eternidad en las esferas espirituales.

Y así trabajamos, y así debéis trabajar vosotros hasta el momento de la separación, y como dijo el Maestro, se debe permitir que el trigo y la cizaña crezcan juntos hasta que llegue el gran momento de la cosecha.

Pero hasta entonces debemos mezclarnos, trabajar y orar sin cesar.

Tu hermano en Cristo,
Juan

Describe la diferencia entre los espíritus de las esferas celestiales y las espirituales, y su felicidad (San Juan, apóstol de Jesús) (25 septiembre 1915)

Estoy aquí, San Juan (apóstol de Jesús).

Vengo esta noche para escribir brevemente sobre las verdades de las esferas celestiales en las que vivo y disfruto de la felicidad que mi Padre me da.

Como sabes, estas esferas celestiales están por encima de las espirituales, y sólo están habitadas por espíritus que han recibido el nuevo nacimiento y que creen en las verdades enseñadas por Jesús. A ningún otro espíritu se le permite entrar en estas esferas, y ningún otro espíritu podría encontrar felicidad en ellas, ya que el Amor Divino está tan desarrollado en las almas de los espíritus que allí viven, que cualquier espíritu que no tenga ese Amor se encontraría en una atmósfera totalmente ajena a sus cualidades y sería muy infeliz. Pero, como digo, ningún espíritu que no tenga ese Amor Divino del que os hablamos puede entrar en estas esferas. Los muros de demarcación son tan sólidos e intimidantes como los de vuestras prisiones en la Tierra con respecto al mundo exterior.

Vivo en una ciudad que es maravillosa por su belleza y magnificencia, y está llena de estructuras que superan cualquier cosa que puedas imaginar.

Esta ciudad está habitada por espíritus que tienen un maravilloso desarrollo del alma y son capaces de comprender las profundas verdades de Dios, que no se revelan a los mortales ni a los espíritus de las esferas espirituales.

Esto puede parecerte un poco extraño, pero es cierto; pues a los espíritus de estas esferas inferiores, o a los mortales, les resultaría totalmente imposible comprender estas verdades superiores. No pueden ser comprendidas con lo que llamáis facultades intelectuales o mente, sino que solo pueden ser comprendidas por las percepciones del alma, desarrolladas hasta tal punto que nada que participe de lo puramente material puede hacer morada permanente en esa alma.

La mente debe detener su progreso en la sexta esfera, y tras eso, sólo puede progresar el alma. Pero esto no significa que el espíritu que hace tal progreso en los Ámbitos Celestiales no aumente en conocimiento y comprensión, pues lo hace en mayor medida de lo que sería posible para la mera mente progresar; pero este progreso de un espíritu en conocimiento y comprensión es un progreso de las percepciones del alma, de las que hablo. Las facultades del alma son tan superiores y están tan por encima de las facultades de lo que llamáis la mente como los cielos están por encima de la tierra.

Así pues, veis que el alma no solo abarca los afectos y el amor de un espíritu, sino también cualidades que le permiten comprender y desarrollar las cualidades del conocimiento en un lugar donde cesa el progreso de la mente. Es difícil explicarte esto o que comprendas su significado, pero comprenderás que, a medida que el alma progresa en el desarrollo de sus percepciones, aumenta el conocimiento y la comprensión de todas las cosas relacionadas con el Mundo Celestial.

Cuando lo consideres adecuadamente, descubrirás que esta es una maravillosa provisión del amor y la gracia del Padre.

Qué importante es el alma, tanto para los mortales como para los espíritus. Puede pasar hambre en la tierra y también en el mundo espiritual; y, por otro lado, puede desarrollarse tanto en la tierra como en el mundo espiritual. Si los mortales comprendieran tan solo que, en lo que respecta a la eternidad, el alma es lo más importante que poseen y que se le debe prestar más atención y desarrollo que a cualquier otra parte del ser humano…

Quizás vuelva pronto y profundice más en una declaración sobre el alma, sus funciones y su importancia.

Esta noche no escribiré más.
Con mi amor y mis bendiciones, soy
tu hermano en Cristo,
Juan

Condición de los espíritus ─y sus experiencias y creencias─ que están por debajo de los ámbitos celestiales; cómo se congregan (Santiago, apóstol de Jesús) (25 septiembre 1915)

Permíteme contarte algunas cosas sobre el mundo espiritual, es decir, el mundo que se encuentra por debajo de los Ámbitos Celestiales, acerca de los que escribió Juan.

En las diversas esferas, que son siete en total, hay muchos planos, habitados por espíritus de muchas naciones y razas de la humanidad, y estas diversas razas tienen, en cierta medida, las costumbres y creencias que tenían cuando estaban en la Tierra. Las líneas de demarcación están tan estrictamente trazadas como las de las diversas naciones de la Tierra. El resultado de esto es que muchos espíritus que viven de esta manera exclusiva no aprenden nunca nada más que lo que les dicen sus propios líderes y lo que les enseñan sus diversos libros sagrados.

El mahometano sigue siendo mahometano, al igual que los seguidores de Zoroastro, de Buda, de Confucio, y de todos los diversos fundadores de sectas religiosas.

A veces, en sus andanzas, estos espíritus se encuentran con espíritus de otras razas distintas a la suya e intercambian pensamientos, pero muy rara vez discuten asuntos relativos a sus respectivas creencias.

Sin duda, hay verdades en los escritos sagrados y las creencias de todas estas razas de espíritus, y en la medida en que estas verdades se enseñan y se comprenden, estos espíritus se benefician. Y ahora me refiero a verdades espirituales, pues en cuanto a las meras verdades pertenecientes al mundo natural o material, todos tienen la misma oportunidad de investigarlas y comprenderlas. No hay raza, credo o creencias y enseñanzas doctrinales en cuanto a estas verdades que afectan a lo material, y con esto me refiero a lo material tal como existe tanto en el mundo espiritual como en el terrenal.

Pero, como digo, cada una de estas razas o sectas tiene sus propias ideas y doctrinas sobre la verdad, y no puede progresar más allá de los límites que estas ideas le permitan.

Ningún fundador de ninguna raza o secta ha enseñado jamás el Nuevo Nacimiento, o la afluencia del Amor Divino en contraposición al amor natural. Y las enseñanzas de Jesús son las únicas que revelan al hombre la existencia de este Amor Divino y cómo obtenerlo. Así que ya ves la importancia de que esta Verdad llegue al hombre. Debo decir aquí que sin la posesión de este Amor ningún espíritu puede entrar en las Esferas Celestiales.

Las enseñanzas de los otros fundadores mostrarán a los hombres el camino hacia una vida de felicidad y hacia lo que ellos suponen que es una existencia continua. Pero las enseñanzas de Jesús son las únicas que declaran y conducen a los hombres a la comprensión de la verdadera inmortalidad del alma.

Ya he escrito demasiado y debo detenerme.
Tu hermano en Cristo,
Santiago
Y sí, soy ese Santiago. Y no, lo de «santo» solo se utiliza como medio de identificación, no tiene ningún significado en nuestro mundo espiritual.

Habla de sus creencias cuando estaba en la Tierra. Sacrificio al diablo (Inaladocie, espíritu antiguo)

Soy un espíritu que nunca te ha escrito antes y que no lo haría ahora si no fuera porque tengo la oportunidad de contarte algunas cosas que quizá no sepas.

Soy un espíritu que vivió como hombre cuando la Tierra era joven y los hombres no estaban tan llenos de pecado, error y todas esas cosas malas que causan tanta infelicidad en la Tierra.

En mi época, los hombres no tenían esa ambición y esa codicia por acumular posesiones mundanas que tienen ahora y, en consecuencia, la valía [worth] ─la valía interior individual─ determinaba la posición de un hombre en nuestra comunidad y su verdadero carácter ante nosotros.

No quiero escribir mucho en esta mi primera visita, ya que deseo volver y escribir más. No soy capaz de decirte cuántos miles de años hace que viví, pero fue antes de la época de la descripción bíblica de la creación.

Ahora vivo en las Esferas Celestiales, ya que soy cristiano y seguidor de Jesús.

Era indio y vivía en la región montañosa del Himalaya, muy lejos de donde ahora se encuentran vuestras grandes ciudades. Éramos un pueblo pastoril y cazador.

Seguíamos nuestras propias doctrinas, que no eran las de ninguna secta o pueblo que vosotros conozcáis. Mi raza ya no existe, y las enseñanzas de nuestros videntes nunca se han conservado.

Mi nombre era Inaladocie.

Era el gobernante de mi pueblo cuando vivía en la Tierra. Creíamos en un solo Dios y en hacer justicia a nuestros semejantes. No creíamos en ninguna expiación por sangre [blood atonement] ni en ningún Mesías que viniera a salvarnos con su muerte y sus sufrimientos.

También teníamos nuestros credos, ceremonias elaboradas e incluso sacrificios, pero estos no se realizaban para evitar la ira de ningún Dios enfadado, sino para protegernos de las malas influencias y del daño del Diablo. Amábamos a Dios, pero temíamos al Diablo.

Ahora sé que el plan de salvación no enseña tal doctrina del sacrificio y la expiación vicaria.

Debo terminar ya, así que buenas noches.
Inaladocie

Diversas experiencias de los espíritus cuando llegan al mundo espiritual (Profesor Salyards – Espíritu Celestial)

Estoy aquí, Prof. Salyards. (Espíritu Celestial)

Bueno, estoy muy contento y deseo escribiros sobre algunas fases de la vida espiritual que he observado en mi experiencia de progreso.

Cuando el espíritu llega por primera vez a esta vida, he notado que a menudo se encuentra en una condición de oscuridad, sin darse cuenta de dónde está ni cuál es su entorno, y en muchos casos le lleva bastante tiempo darse cuenta de que ya no está en la Tierra. Pero en muchos casos esta no es la condición del espíritu, ya que parece comprender de inmediato su condición y su entorno. Atribuyo la primera condición mencionada al hecho de que, cuando estaba en la Tierra, ese mortal no tenía una creencia definida sobre lo que podría ser la vida futura; y en muchos casos creía que el alma iba a la tumba con el cuerpo, para esperar el gran día de la resurrección.

Algunas de vuestras confesiones religiosas predican ahora esa doctrina, y la consecuencia será que todos los que crean tal cosa experimentarán la condición de oscuridad y la falta de conocimiento de la continuidad de la vida de la que he hablado.

La segunda clase de espíritus, o aquellos que parecen darse cuenta inmediatamente de que han pasado de la vida terrenal a la espiritual, son aquellos que mientras estaban en la Tierra creían que el espíritu, al abandonar el cuerpo, pasaba inmediatamente a las esferas celestiales, o al lugar opuesto, es decir, al lugar de los malvados. Sé que muchos de esta clase difícilmente se habrán dado cuenta de que estuvieran en el cielo o en el infierno durante algún tiempo después de su entrada en la vida espiritual.

Bueno, tan pronto como los espíritus se dan cuenta plenamente de que ya no están en la Tierra, comienzan a preguntar dónde están, y muchos de ellos hacen preguntas que indican su decepción por no haberse cumplido las expectativas que tenían mientras estaban en la Tierra. A veces es muy difícil convencerlos de que no hay tales lugares como el cielo y el infierno, tal como son enseñados por las iglesias; pues, aunque nuestro mundo espiritual pueda ser un cielo o un infierno para ellos, el cielo o el infierno que esperan encontrar no se encuentra aquí.

Por el contrario, otros parecen no comprender que realmente han abandonado la Tierra, pues, según ellos, si hubiéramos abandonado la vida terrenal, no sabríamos nada ─citando a Job y a algunos de los predicadores─: «Los muertos no saben nada».

He estado muy interesado en observar estas diferentes fases de las creencias y pensamientos de los espíritus difuntos. Todo esto demuestra la absoluta necesidad de que los mortales comprendan las verdades relativas a la vida y la muerte.

Esto ofrece un argumento muy sólido de por qué el espiritualismo [Spiritualism] debería enseñarse de forma más amplia y sincera a los mortales, y por qué las falsas doctrinas de aquellos que enseñan que los muertos no saben nada, o que el espíritu difunto va al cielo o al infierno en el sentido ortodoxo, deberían exponerse no solo como una creencia falsa, sino también como perjudicial para la humanidad.

Que los creyentes y maestros del espiritualismo hagan esfuerzos mayores y más enérgicos para refutar estas enseñanzas dañinas, y entonces estarán haciendo un gran bien para la causa de la verdad y de la felicidad del hombre.

No solo me interesan estas fases, sino todas las demás, que muestran que los espíritus, incluso después de darse cuenta de que siguen vivos y que deben vivir como espíritus, continúan demostrando que sus enseñanzas ortodoxas son falsas. Algunos dicen que aún pueden volver al cuerpo y esperar el gran día de la resurrección para la liberación, y dicen que pronto verán a Dios y que Él los llevará a Sus cielos, donde encontrarán el descanso y la paz eternos que les enseñaron a esperar cuando estaban en la Tierra; e incluso los malvados temen que algún demonio venga y los lleve a los infiernos, donde creen que les espera la tortura más terrible.

De todo esto se desprende que nosotros, los espíritus que conocemos la verdad, tenemos una gran labor que realizar para que estos espíritus oscurecidos comprendan y crean que sus falsas esperanzas y sus terribles temores no tienen fundamento en la verdad y nunca se harán realidad.

Muchos espíritus se dedican a esta labor, y estos espíritus no son necesariamente de los más elevados, ya que muchos espíritus que ocupan el plano terrestre y no tienen una verdadera iluminación espiritual se dedican a esta labor.

Yo no me dedico ahora a hacer que estos espíritus oscuros vean la verdad, ya que he progresado hacia cosas más elevadas y mi misión es enseñar las verdades de la vida superior, que me han sido enseñadas por espíritus que viven en esferas más elevadas.

Para mí, este trabajo no sólo es interesante, sino que me proporciona una gran felicidad, al darme cuenta de que he sido el medio para guiar a un espíritu a aprender a amar a Dios y a recibir la felicidad que el amor de Dios da a los espíritus. Os digo que esta enseñanza es la más grandiosa en la que he participado en toda mi vida. Cuando estaba en la Tierra, mientras enseñaba y veía cómo se desarrollaba la mente juvenil, encontraba mucha felicidad en saber que estaba haciendo algo bueno; pero aquí, en mis enseñanzas, cuando veo cómo se desarrolla un alma, me doy cuenta de que estoy haciendo el mayor bien posible a un espíritu al llevarlo a unirse en amor con el Padre; y la felicidad aquí y la de la Tierra son tan diferentes como el desarrollo del alma es mucho mayor que el desarrollo de la mera mente.

Mi trabajo no se limita exclusivamente a esta enseñanza; también me dedico a ayudar a los mortales a alcanzar una verdadera concepción de la vida aquí, y me refiero a la parte espiritual de esta vida. Ningún hombre está completamente libre de la influencia de espíritus, ya sea buena o mala. Muchos son susceptibles a la influencia de espíritus malignos, y por esa razón el trabajo de los espíritus buenos es mucho más difícil. Hay en la naturaleza del hombre algo que le lleva a tener pensamientos malvados con mucha más facilidad que pensamientos buenos. Sé que esto es un dicho antiguo, pero es cierto, y el hecho de que se haya repetido tantas veces y durante tanto tiempo no le resta importancia como verdad. Así que, mientras los hombres hayan sentido esta inclinación al mal en su naturaleza, la lucha entre las influencias buenas y malas será algo desigual. Sin embargo, la ventaja de las influencias buenas es que lo que sugieren es la verdad, que nunca morirá, mientras que las sugerencias de las influencias malas solo duran un tiempo relativamente corto.

Cuando la materia abandona al ser espiritual al que reviste, ese ser se libera de muchas de estas tendencias naturales hacia pensamientos y actos malvados; y aunque esta mera separación no convierte a un demonio en un santo, hace que al espíritu le resulte mucho más fácil deshacerse de muchas de estas tendencias malvadas, y lo vuelve más susceptible a la influencia de la verdad y la bondad.

No debes pensar por ello que, tan pronto como llevan un poco de tiempo en el mundo espiritual, se convierten en espíritus buenos, pues eso no es cierto. Muchos espíritus malignos llevan muchos años en el mundo espiritual y, sin embargo, siguen teniendo sus pensamientos y deseos malignos, y todas las cualidades malignas de odio, malicia, envidia, etc., como cuando estaban en la Tierra.

El hecho de abandonar la vida terrenal no les privó de su voluntad, la mayor fuerza o poder que Dios le dio al hombre, excepto el del amor. Y muchos de estos espíritus se niegan a ejercer su voluntad de una manera que les permita deshacerse de estos malos pensamientos y deseos.

Así pues, como ves, el mero hecho de convertirse en espíritu no significa que el mortal se haya convertido en un espíritu bueno y santo. No, lamento decir que muchos hombres que eran muy malvados en la tierra lo siguen siendo como espíritus; y la felicidad que creen tener es solo aquella que, como hombres, creían alcanzar mediante el ejercicio de pensamientos y actos malvados. Sin embargo, hay un gran hecho redentor relacionado con su oscura y triste condición, y es que, al final, cuando Dios lo disponga, todo el mal será desterrado del mundo espiritual, y todos los espíritus recibirán aquella felicidad que proviene de una naturaleza libre de pecado y error. Y no por decreto de Dios, sino mediante hombres que buscan y que hacen aquellas cosas que liberarán al alma del pecado y el error, que la volverán a poner en armonía con las leyes de Dios. Imagino que es precisamente la que disfrutaron Adán y Eva en el histórico Jardín del Edén.

Pero esa felicidad, aunque es de un carácter que aporta mucha satisfacción y paz, no es la verdadera felicidad que Dios espera dar a todos sus hijos que piden y buscan el influjo del Amor Divino en sus almas.

Esta noche no voy a hablar de esta gran felicidad, ya que llevaría demasiado tiempo y estás algo cansado; pero sí diré que todos los hombres deberían buscarla, tanto en la tierra como en el mundo espiritual. Cuando estaba en la tierra yo no la tuve, pero desde que llegué aquí la encontré, y ahora la poseo, gracias a Dios y a su amorosa bondad.

Todos vosotros la tenéis [suponemos que se refiere a Padgett y algunos amigos suyos que le acompañan en esto], y muchos otros demasiado numerosos para mencionarlos.

Permíteme detenerme ya, pues estoy cansado y tú necesitas descansar. Así que, con todo mi amor y mis mejores deseos, soy tu viejo profesor,
Joseph H. Salyards

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Nota sobre el primer mensaje de esta serie de cinco:

En esta recopilación, el primer mensaje de estos cinco está recortado, para hablar sólo de ese tema sobre los celestiales y su trabajo. El contexto del mensaje era hablar sobre la influencia de espíritus en sesiones de mediumnidad a las que al parecer a veces seguían asistiendo Padgett y su/sus amigo/amigos.

Coloco aquí el principio de ese mensaje:

Estoy aquí, Juan:

Estuve contigo esta noche en la sesión espiritista y escuché lo que dijo la médium. Vi que, mientras transmitía los diversos mensajes, recibía órdenes de espíritus de muy bajo nivel de desarrollo, quienes disfrutaban enormemente del engaño que practicaban sobre la médium y los oyentes.

Estos espíritus no son de la clase con la que deberías relacionarte, y aunque tu grupo estuvo presente e impidió que cualquiera de ellos se conectara contigo o te afectara con su influencia, no te conviene relacionarte con ellos.

La médium cree que los espíritus que acudieron a ella son en realidad parientes o espíritus interesados en los asistentes, pero en realidad, estos espíritus son en su mayoría impostores que se han apoderado de la médium y la utilizan para su propio disfrute. Cuando intentó describir a los espíritus presentes, no solo se dejó engañar, sino que los espíritus que veía ─como ella dijo─ no eran los espíritus que los asistentes podrían suponer. Aunque algunos de estos espíritus que ella vio realmente eran quienes ella describió, y estaban interesados en las personas a quienes acudían, pero eran del plano terrenal, con muy poco desarrollo.

Cuando intentó hablarte de tu condición y falta de desarrollo espiritual en el conocimiento de la verdad, algunos espíritus fraudulentos, que desconocían la verdad y no estaban en condiciones de interpretar tu estado de desarrollo espiritual, le dictaron que lo hiciera. Te tomaron por uno de los visitantes habituales de sus sesiones espiritistas, y, por lo tanto, hicieron que la médium cometiera el error que cometió.

Los espíritus que, según ella, acudieron a ti no eran tus abuelos, pues debes saber que no se manifestó ninguno de los de tu grupo espiritual, y los que ella vio, y de los cuales dijo que estaban interesados en ti, eran algunos de los espíritus que la acompañan muy a menudo, intentando engañar a la gente.

La médium tiene el poder de ver y oír las cosas del mundo espiritual hasta cierto punto, y generalmente es honesta al intentar transmitir lo que recibe, pero a veces se deja llevar por sus propios pensamientos e inventa el mensaje que entrega.

Es una lástima que se dé una situación así, pero es una verdad, y esto continuará mientras estos espíritus engañosos tengan la oportunidad de manifestarse.

Y diré, además, que si bien el Dr. Stone tenía a su alrededor a varios de sus amigos espirituales, estos no se manifestaron, y los indios que la médium describió no tenían ninguna relación con el doctor. Por supuesto, en estas sesiones siempre hay varios indios presentes que se deleitan en manifestarse a la médium, pero esta noche ninguno de estos indios formaba parte de los guías ni de la banda del doctor, y no debe creer que él tiene a su alrededor a estos indios quejosos [howling], pues no hay nada en común entre él y tales espíritus, y está demasiado bien protegido como para que estos espíritus establezcan alguna relación con él.

Si bien a veces el doctor puede ser de algún beneficio para algunos de estos espíritus errantes que asisten a estas sesiones, por lo general no reciben ayuda de él, pues la mayoría de los espíritus que asisten a ellas no buscan ayuda, sino placer o, si son espíritus preocupados y ansiosos, buscan comunicarse con sus amigos.

Su trabajo no reside en la sala de sesiones, donde se congregan grandes cantidades de espíritus de todo tipo y condición, sino en la tranquilidad de su propia habitación, o al caminar por las calles, o en las reuniones de la iglesia donde se enseñan verdades espirituales y donde se reúnen personas con cierto desarrollo espiritual. A su alrededor hay muchos de estos espíritus que buscan fervientemente luz y alivio a sus sufrimientos, y si él, en esos momentos de tranquilidad, o cuando se encuentre allá donde prevalezca la atmósfera espiritual, permite que sus pensamientos se dirijan a estos espíritus de oscuridad, y su mente formula y proyecta el consejo y el conocimiento que posee sobre las cosas espirituales, será de gran beneficio y ayudará a muchos espíritus a progresar.

Por supuesto, los médiums del tipo que visitasteis esta noche, tienen un trabajo que hacer, y a pesar de todas las condiciones indeseables que los rodean, hacen algún bien tanto a los espíritus como a los mortales, y deben ser animados y ayudados a entender las posibilidades que tienen; mas esto no significa que tú y el doctor, quienes a menudo os habéis asociado con un orden de espíritus muy diferente y superior, y teniendo ante vosotros un trabajo de un carácter diferente al de estos médiums, no debáis buscar tales lugares y encontrar esas influencias retardadoras que siempre están presentes, para hacer el bien que podáis hacer.

Comprendo que esto pueda parecer cruel con estos médiums, pero lo que afirmo es un hecho, y no pretendo desacreditar su trabajo, sino simplemente mostraros que esos lugares que frecuentáis no son vuestro lugar de trabajo, sino que es como ya he dicho arriba.

Comprenderéis el propósito de mi mensaje, y no es necesario escribir más sobre el tema, pero entended esto: para realizar vuestro trabajo con mayor eficacia, se supone que no debéis ir donde estos espíritus bajos y perversos, o simplemente oscuros, se congregan para controlar a los médiums y también a los asistentes, sino que, por el contrario, exigid que estos espíritus oscuros acudan a vosotros allá donde las influencias sean más útiles y que busquen vuestra ayuda. No temáis que no lo vayan a hacer, pues, de hecho, están con vosotros siempre que tienen la oportunidad, si es posible. Cada mortal, por su propio trabajo y en su propio lugar.

Y bien, estuve allí porque, como te dije, soy tu guardián especialmente designado para guiar el desarrollo de tu alma, y no es una pérdida de tiempo ni un descenso a unos lugares a los que podrías pensar que yo no debería asistir para realizar esta labor de cuidarte y acompañarte en tus visitas a sesiones espiritistas, iglesias o dondequiera que te encuentres. Tú eres el instrumento que utilizamos para realizar nuestra gran y vital labor por la salvación de la humanidad, y yo puedo realizar una labor aún mayor para ayudar y proteger a ese instrumento. Y por el hecho de que acuda al plano terrenal y me dedique a esta labor, no soy menos ese Juan de los Ámbitos Celestiales.

Y lo que he dicho sobre ti se aplica al doctor, pues Santiago [James, el apóstol] estaba con él, protegiéndolo y cuidándolo, y realizando la labor que, como su guardián especial, le encanta realizar.

Versión en inglés

Celestials Must Work Until the Celestial Kingdom Will Be Closed (St. John – Apostle of Jesus) (15 Mar 1917)

We are Celestial Spirits of the highest order, but the fact does not prevent us from realizing the necessity for the salvation of man, and even though we have to come to earth to bring about this salvation in work and association with the spirits of the earth plane, yet it is a labor of love, and humility is the touchstone that brings to us happiness in our work.

No, we are with you often and in close association, and we would not be fellow workers with the Master, if for one moment we should have the feeling that, because of our high estate we should not come in rapport and helpful association with sinful mortals, and so long as the Father requires his great truths to be taught and men’s souls saved from the effect of the great fall, and made Angels of Divinity, our work will continue. But sometime our work on earth, as well as in the spirit spheres will cease , and then our homes in the Celestial Spheres will be our only places of labor and love.

The Kingdom will be completed – the door of the Heavenly Kingdom closed, and the angelic laborers become separated from the spiritual or perfect man. Such is the decree.

And as the Father desires all men to become at one with Him in His Divinity of Love, we must work until the great day of the consummation of the Kingdom arrives, and spirits who have not on the wedding garment shall suffer the doom of the second death.

And when Jesus said, «work while it is day, for the night cometh when no man can work,» he meant that while the Kingdom is open for men to enter therein we must work, for when its doors shall be closed the work of the angelic laborers must cease, and man and spirits be left to an eternity in the spiritual spheres.

And so we work, and so must you work until the time of the separation, and as the Master said, the wheat and the tares must be permitted to grow together until the great time of the harvesting shall take place.

But until then we must mingle and work and pray without ceasing.
Your brother in Christ,
JOHN.

Describes the Difference Between the Spirits of the Celestial and the Spirit Spheres and Their Happiness (St. John – Apostle of Jesus) (25 Sep 1915)

I AM HERE. St. John. (Apostle of Jesus.)

I come tonight to write a short time about the truths of the Celestial Spheres in which I live and enjoy the happiness which my Father gives me.

As you may know these Celestial Spheres are above the spiritual spheres, and are inhabited only by spirits who have received the New Birth and who believe in the truths as taught by Jesus. No other spirits are permitted to enter these spheres, and no other spirits could possibly find any happiness in them, for in them Divine Love is so developed in the souls of the spirits who live there that any spirit not having that Love would find that he is in an atmosphere that is entirely foreign to his qualifications, and he would be most unhappy. But as I say, no spirit who has not that Divine Love, which we tell you about, can possibly enter into these spheres. The walls of demarcation are just as solid and forbidding as are walls of demarcation in your prisons on earth from the outside world.

I live in a city that is most wonderful in its beauty and magnificence, and is filled with structures that surpass anything that you possibly conceive of.

This city is inhabited by spirits who have a wonderful soul development, and are capable of understanding the deep truths of God, which are not given to mortals or spirits in the spiritual spheres.

This may seem a little strange to you, but it is true; for it would be utterly impossible for the spirits of these lower spheres, or for mortals, to understand these higher truths. They cannot be comprehended with what you call the intellectual faculties or the mind, but can be only understood by the soul’s perceptions, developed to such a degree that nothing that partakes of the purely material can have an abiding place in that soul.

The mind must stop in its progress at the sixth sphere, and after that only the soul can progress. But this does not mean that the spirit who makes such progress in the Celestial Heavens does not increase in knowledge and understanding, for he does to a greater extent than it could be possible for the mere mind to progress; but this progress of a spirit in knowledge and understanding is a progress of the soul perceptions, of which I speak. The faculties of the soul are as far superior to and above the faculties of what you call the mind as are the heavens above the earth.

So you see the soul does not merely embrace the affections and love of a spirit, but also qualities which enables it to understand and develop the qualities of knowledge at a place where the progress of the mind ceases. It is hard to explain this to you or for you to comprehend its meaning, but this you will understand, that as the soul progresses in its development of its perceptions, knowledge and understanding of all things pertaining to the Celestial World increases.

When you properly consider this you will find that it is a wonderful provision of the Father’ Love and Grace.

What an important thing to both mortal and spirit is the soul. It can be starved on earth and also in the spirit world; and on the other hand, it can be developed on earth as well as in the spirit world. If mortals would only understand that as regards eternity, the soul is the great thing which they possess, and should be given more care and development than any and all other parts of man’s being.

I may come again soon and go fuller into a statement concerning the soul and its functions and importance.

To night I will not write more.
With my love and blessings, I am
Your brother in Christ,
JOHN.

Condition of Spirits and Their Experiences and Beliefs That Are Below the Celestial Heavens; How They Congregate Together (St. James – Apostle of Jesus) (25 Sep 1915)

Let me tell you a few things concerning the spirit world, that is the world that is below the Celestial Heavens of which John wrote.

In the several spheres, which are seven in numbers, are many planes, inhabited by spirits of many nations and races of mankind, and these various races have to a certain extent the customs and beliefs that they had when on earth. The lines of demarcation are just as strictly drawn as are those of the several nations on earth. The result of this, that many spirits who live in this exclusive manner never learn anything other than what their own leaders tell them and what their various sacred books may teach them.

The Mohammedan is a Mohammedan still, and so likewise the followers of Zoroaster, and also those of Buddha and of Confucius, and all of the various founders of religious sects.

Sometimes these spirits in their wanderings will meet spirits of other races than their own, and interchange thoughts, but very rarely do they discuss matters pertaining to their respective beliefs.

There are undoubtedly truths in the sacred writings and beliefs of all these races of spirits, and to the extent that these truths are taught and understood these spirits are benefitted. I am now speaking of spiritual truths, because as to the mere truths pertaining to the natural or material world, they all have the same opportunity to  investigate and understand them. There are no race or creed or doctrinal beliefs and teachings as to these truths affecting the material, and by this I mean, material as it exists in both the spiritual and earthly worlds.

But as I say, each of these races or sects has its own ideas and doctrines of the truth, and it can progress no further than the limits of these ideas permit it to progress.

No founder of any race or sect has ever taught the New Birth, or the inflowing of the Divine Love in contradistinction to that of the natural love. And the teaching of Jesus are the only ones that reveal to man the existence of this Divine Love, and how to obtain it. So you see the importance of this Truth coming to man. I must say here, that without the possession of this Love no spirit can enter the Celestial Spheres.

The teachings of the other founders will show men the way to a life of happiness, and to what they may suppose, continuous existence. But the teachings of Jesus are the only ones that declare and lead men to a realization of the true Immortality of the soul.

I have written too long already, and must stop.
Your brother in Christ,
ST. JAMES.
Yes, I am that James. No the Saint is only used as a means of identification – it has no significance in our Spirit World.

Tells of His Beliefs When on Earth. Sacrifice to the Devil (Inaladocie – Ancient Spirit) (25 Sep 1915)

I am a spirit who has never written you before, and would not now, except that I have the opportunity to tell you of some things that you may not know.

I am a spirit who lived as a man when the earth was young, and men had not become so filled with sin and error and all those evil things which cause so much unhappiness on earth.

In my time men had not the ambition and greed for accumulating worldly possessions that they have now, and consequently worth – individual interior worth – determined a man’s standing in our community and his real character before us.

I don’t want to write much at this my first coming, as I desire to come again and write. I am not able to tell you how many thousand of years ago I lived, but it was before the time of the Bible description of creation.

I now live in the Celestial Spheres, for I am a Christian and a follower of Jesus.

I was an Indian and lived in the Himalaya mountain country, far removed from where your large cities now are. We were pastoral people and hunters.

We were followers of our own doctrines which were not those of any sect or people that you know of. My race is not now in existence, and the teachings of our seers have never been preserved.

My name was Inaladocie.

I was a ruler of my people when I lived on earth. We believed in one God only, and in doing justice to our fellow man. We did not believe in any possible blood atonement or in any Messiah to come who would save us by his death and sufferings.

We had our creeds too, and elaborate ceremonies and even sacrifices, but these were not exercised to avert the wrath of any angry God; but rather to preserve us from the evil influences and harm of a Devil. We loved God, but feared the Devil.

Now, I know how the plan of salvation teaches no such doctrine of sacrifice and vicarious atonement.
I must stop now, so good-night.
INALODOCIE.

Various Experiences of Spirits When They Arrive in the Spirit World (Professor Salyards – Celestial Spirit) (25 Feb 1915)

I AM HERE. Prof. Salyards. (Celestial Spirit)

Well I am very happy and desire to write you on some phases of spirit life that I have observed in my experience of progressing.

I have noticed that the spirit when it first comes into this life, is very often in a condition of darkness, not realizing where it is or what its surroundings are, and in many instances, it requires quite a long time for the spirit to realize that it is not still of earth. But in many cases this is not the condition of the spirit, for it seems to have an immediate understanding of its condition and surroundings. I attribute the first mentioned condition to be due to the fact that, when on earth, the mortal had no definite belief as to what the future life might be; and in many instances believed that the soul went into the grave with the body, to await the great resurrection day.

Some of your religious denominations are preaching that doctrine now, and, the consequence will be, that all those who believe the doctrine will experience the condition of darkness and the want of knowledge of the continuity of life that I have spoken of.

The second class of spirits, or those who appear to realize immediately that they have passed from earth to spirit life are those, who, while on earth, believed that the spirit when it left the body passed immediately into the Heavenly Spheres, or into the opposite – I mean the place of the wicked. I know that many of this class have hardly realized that they were in heaven or hell, for some little time after their entrance into spirit life.

Well, as soon as the spirits realize fully that they are no longer of earth, they commence to inquire as to where they are, and many of them ask questions that indicate that they are disappointed in not realizing the expectations that they had while on earth. It is very difficult at times to convince them that there are no such places as the heavens and the hells as taught by the churches; for while our spirit world may be a heaven or hell to them, yet the heaven or hell that they expect to find is not here.

Some, on the other hand, do not seem to understand that they have really left the earth, because, they say, if we had left the earth life, we would know nothing – quoting Job and some of the preachers: «the dead know nothing.»

I have been very much interested in observing these different phases of the departed spirits’ beliefs and thoughts. Now all this shows the absolute necessity of mortals understanding the truths pertaining to life and death.

This affords a very strong argument why Spiritualism should be more extensively and earnestly taught to mortals and why the false doctrines of those who teach either that the dead know nothing, or that the departed spirit goes either to heaven or to hell in the orthodox sense, should be shown to be not only a false belief, but injurious to mankind.

Let the believers and teachers of Spiritualism make greater and stronger efforts to refute these harmful teachings, and they will be doing the cause of truth and of man’s happiness a great good.

I am not only interested in these phases but in all others, which show that the spirits, even after they realize that they are still alive, and must live as spirits continue to show the fact that their orthodox teachings are false. Some say, that they may yet be able to go back into the body and await the great resurrection day for deliverance, and say that they will soon see God, and that He will take them into His heavens, where they will find that eternal rest and peace that they were taught to expect when on earth; and the wicked, even, look in dread to have some devil come and carry them to the hells where torture of the most terrible kind they think awaits them.

From all this you may understand that we spirits who know the truth have a great work to do, to enable these darkened spirits to understand and believe that their false hopes and dreadful fears have no foundation in truth and will never be realized.

This work many spirits are engaged in doing, and these spirits are not necessarily of the higher kind, for many spirits who occupy the earth plane and have no real spiritual enlightenment, are engaged in this work.

I am not now engaged in causing these dark spirits to see the truth, for I have progressed to higher things, and my mission is to teach the truths of the higher life, which I have been taught by spirits who live in higher spheres.

This work to me is one that is not only interesting, but which gives me the great happiness that comes with the realization that I have been the means of leading a spirit to learn to love God, and to receive the happiness which the love of God gives to spirits. I tell you that this teaching is the grandest that I ever engaged in in all my life. When on earth, as I taught and saw the young mind develop, I found much happiness in the knowledge that I was doing some good, but here, in my teachings, when I see a soul develop, I realize that I am doing a spirit that greatest of all good in bringing it at one in love with the Father; and happiness here and that of earth, is as the soul development is so much greater than the development of the mere mind.

My work is not confined entirely to this teaching; I also am engaged in trying to assist mortals to a true conception of the life here – I mean the spiritual part of this life. No man is entirely without spirit influence, whether good or evil. Many are susceptible to the influence of the evil spirits, and for that reason the work of the good spirits is so much more difficult. There is in man’s nature that which leads him to evil thoughts so much easier than to good thoughts. This is an old saying, I know, but is a true one, and the fact that it has been said so often and for so long a time, does not decrease the importance of it as a truth. So while men have felt this evil inclination in their nature, the fight between the good and evil influences will be somewhat unequal. The advantage though with the good influences is that what they suggest is truth which will never die, while the suggestions of the evil influences last only for a comparatively short time.

When the material gives up the spirit being which it clothes, that being will then be relieved of many of these natural tendencies to evil thoughts and deeds; and while this mere separation does not make a devil a saint, it makes it so much easier for the spirit to get rid of many of these evil tendencies, and makes him more susceptible to the influence of truth and goodness.

You must not think from this, as soon as they have been in the spirit world for a little time, they become good spirits, for that is not true. Many evil spirits have been in the spirit world for a great many years, and yet have their evil thoughts and desires, and all the evil qualities of hatred, malice, envy, etc., as when they were on earth.

Their giving up the earth life did not deprive them of their will, the greatest force or power that God gave to man, except that of love. And many of these spirits refuse to exercise their will in a way that will enable them to rid themselves of these evil thoughts and desires.

So you see, the mere fact of becoming a spirit does not mean that the mortal has become a good and saintly spirit. No, I am sorry to say that many men who were very evil on earth are still evil as spirits; and their happiness, which they think they have, is only that happiness, which they, as men, thought they realized from the exercise of evil thoughts and acts. Yet there is one great redeeming fact connected with their dark and sad condition, and that is, that in the end, whenever it so pleases God, all evil will be banished from the spirit world, and all spirits will be given that happiness which comes from a nature free from sin and error. Not by the fiat of God, but by men seeking and doing those things that will free the soul from sin and error and again come into harmony with God’s laws. Just such I imagine as Adam and Eve enjoyed in the historical Garden of Eden.

But that happiness, while of a character that brings much contentment and peace, yet is not the true happiness which God is waiting to give all His children who ask and seek for the inflowing of the Divine Love in their souls.

I will not discourse on this great happiness to-night, as it would take too long and you are somewhat tired; but will say, that all men should seek for it both on earth and in the spirit world. When on earth I did not have it, but since I came here I found it, and now possess it, thanks be to God and His loving kindness.

You folks all have it, and many others too numerous to mention.

Let me stop now as I am tired and you need to rest. So with all my love and best wishes, I am your old professor,
JOSEPH H. SALYARDS

 

1/9:3-4) 9. La expiación (siguientes mensajes) | El verdadero evangelio – Revelado de nuevo por Jesús | Vol. 1. / 9:3-4

Índice
─ Introducción y enlace al audio
─ Versión en español
─ Versión en inglés 

___

 

Introducción

─ Enlace al audio: en ivoox // enlace descarga

A continuación vamos a ver una parte del apartado:

9) La expiación

Vemos los siguientes mensajes contenidos en el tema 9.

El tema es la expiación («atonement»).

Para ver la lista con todos los enlaces a los textos y audios ver:

unplandivino.net/padgett/

Forma parte de un libro que es el primer volumen de los mensajes recibidos a principios del siglo XX por James E. Padgett de parte de varios desencarnados, entre otros, Jesús de Nazaret.

Estos volúmenes fueron preparados o compartidos así por Divine Truth (entre otras personas).

El primer volumen incluye los siguientes temas y apartados (los 11 temas numerados sirven para organizar temáticamente los mensajes):

a) ─ Retrato de James E. Padgett
b) ─ Mi testimonio (por Leslie R. Stone)
c) ─ Foto espiritual de Mary Kennedy con su alma gemela, el Dr. Stone.

           d) ─ La verdadera misión de Jesús

I. Jesús y su relación con Dios.
II. Dios y el alma humana.
III. El problema del pecado.
IV. Redención del pecado.

─ 1. Los mensajes
─ 2. Ámbitos celestiales
La oración
─ 3. Inmortalidad
─ 4. ¿Quién y qué es Dios?
─ 5. Espíritu Santo
─ 6. Resurrección
─ 7. El alma
─ 8. Perdón
─ 9. Expiación [estamos aquí: Vemos los siguientes mensajes en este apartado 9]
─ 10. Infierno
─ 11. Expiación vicaria
e) ─ Mensajes adicionales

Versión en español
9. La expiación (cont.)

Confirma que Lucas escribió sobre la expiación (Jesús) (4 enero 1916)

Estoy aquí, Jesús.

Escribiré solo unas pocas líneas, pues deseo confirmar lo que Lucas ha explicado tan claramente sobre lo que es la expiación.

Él ha expuesto el verdadero plan de Dios para la redención de la humanidad, es decir, para situarla en la misma relación con nuestro Padre que ocupaban nuestros primeros padres, relación que les fue arrebatada por su desobediencia y que no se restableció hasta mi venida. Los hombres deben aprender el verdadero significado del gran plan para su salvación y para que se vuelvan en unidad con el Padre en Su naturaleza divina. No se ha proporcionado ningún otro plan, y no hay ningún otro camino abierto para que los hombres reciban esta naturaleza divina del Padre y la inmortalidad. Continuar leyendo «1/9:3-4) 9. La expiación (siguientes mensajes) | El verdadero evangelio – Revelado de nuevo por Jesús | Vol. 1. / 9:3-4»

1/9:1-2) 9. La expiación (primeros mensajes) | El verdadero evangelio – Revelado de nuevo por Jesús | Vol. 1. / 9:1-2

Índice
─ Introducción y enlace al audio
─ Versión en español
─ Versión en inglés 

___

 

Introducción

─ Enlace al audio: en ivoox // enlace descarga

A continuación vamos a ver parte del apartado:

9) La expiación

Vemos los primeros mensajes contenidos en el tema 9.

El tema es la expiación («atonement»).

Para ver la lista con todos los enlaces a los textos y audios ver:

unplandivino.net/padgett/

Forma parte de un libro que es el primer volumen de los mensajes recibidos a principios del siglo XX por James E. Padgett de parte de varios desencarnados, entre otros, Jesús de Nazaret.

Estos volúmenes fueron preparados o compartidos así por Divine Truth (entre otras personas).

El primer volumen incluye los siguientes temas y apartados (los 11 temas numerados sirven para organizar temáticamente los mensajes):

a) ─ Retrato de James E. Padgett
b) ─ Mi testimonio (por Leslie R. Stone)
c) ─ Foto espiritual de Mary Kennedy con su alma gemela, el Dr. Stone.

           d) ─ La verdadera misión de Jesús

I. Jesús y su relación con Dios.
II. Dios y el alma humana.
III. El problema del pecado.
IV. Redención del pecado.

─ 1. Los mensajes
─ 2. Ámbitos celestiales
La oración
─ 3. Inmortalidad
─ 4. ¿Quién y qué es Dios?
─ 5. Espíritu Santo
─ 6. Resurrección
─ 7. El alma
─ 8. Perdón
─ 9. Expiación [estamos aquí: Vemos los primeros mensajes en este apartado 9]
─ 10. Infierno
─ 11. Expiación vicaria
e) ─ Mensajes adicionales

Versión en español
9. Expiación

Expiación – Parte I (San Lucas – del Nuevo Testamento) (30 diciembre 1915)

Estoy aquí, San Lucas.

Vengo esta noche para hablaros de una verdad que es de gran importancia para vosotros y para la humanidad, y deseo que prestéis mucha atención a lo que voy a decir. Me encuentro en un estado de amor que me permite saber de lo que escribo y hacer que lo que diga sea aceptado por vosotros como verdadero. Continuar leyendo «1/9:1-2) 9. La expiación (primeros mensajes) | El verdadero evangelio – Revelado de nuevo por Jesús | Vol. 1. / 9:1-2»

Dos cosas inspiradoras: Fernando G. de Vinuesa, The Regen Podcast

Un saludo veraniego más por aquí (mucho rollo, con perdón), para enlazar dos cosas «inspiradoras» (aunque de esto tenemos de sobra 🙂 , pero son «casualidades» que por ejemplo nos conectan con esta «deriva portuguesa»… etc.):

1)

Hay un hortelano que tiene mucha fuerza en internet y en «la realidad»: Fernando G. de Vinuesa, que tiene una historia «rápida» y bonita en su vida.

Hizo una gira de grabación por Portugal, visitando varias personas que viven de huertos en Portugal.

De entrada, todos los huertos son «eco», por supuesto: o sea, sin productos «químicos» que no sean los aceptados en lo eco, claro…

Son pequeños proyectos, pero viven de ello.

Uno muy simpático es el que enlazo abajo.

Años atrás, en buena lógica, es como que muchos «íbamos a haber terminado viviendo» un poco más así, más o menos… pero en realidad suele quedarnos algo de camino para poder «comprobar bien» aquello de que, si realmente conectamos con Dios, nos irá saliendo más espontáneamente todo lo que tiene que ver «reparar» lo que hemos hecho (ayudar a Dios a reparar cosas… pues no vamos a poder reparar todo solos). Continuar leyendo «Dos cosas inspiradoras: Fernando G. de Vinuesa, The Regen Podcast»

¿Por qué «el sistema» depende de la falta de arrepentimiento?

En este vídeo del 6 de julio 2025:
enlace a vídeo en YT

… del que hice esta versión en audio
(en ivoox // enlace descarga),

… repasamos un poco el tema de cómo «todo» depende del alma y de la dinámica de su condición (tanto colectiva como individualmente): muy en particular, de la falta de arrepentimiento.

Pongo aquí abajo la especie de guión que fui escribiendo al hacer la versión en vídeo:

─ ¿»El sistema» depende del arrepentimiento?

Psicopatía
«conciencia / verdad»
«política» – tribalismo
identificación – partidos
Simone Weil
Rubén Gisbert – Trevijano
«El sistema político»
En el franquismo no había «control al poder»: corrupción en-nichada, y sin embargo, en «la transición» es más «caos», barra libre, etc.
Diputados votan aunadamente
Político se siente justificado
Tiene una «causa» («que no gane la derecha»)…
Pucherazos
Ídolos sagrados
(representada la dinámica global álmica)
«Eso no hay que sentirlo», «estamos justificados en no sentir», «en seguir con nuestra huida hacia delante»…
Derecha/Izquierda
Fachada/Fidelidad
(actitud interna profunda, más o menos arrogante… con las heridas emocionales: eso, los padres y las madres nuestros, lo pasan «sin querer queriendo»…
Miedo/juicio a sentir… «global»
Niños heridos: «cofabricando»
«Estoy justificado con sentirme en sentirme tal como siento; justificado en ser como soy… (fachada)»
Estoy justificado en proteger el castillo de dolor
Adicciones emocionales, codependencia con «masas» de borregos, que queremos ser más o menos normales… más o menos buenitos, «ser buenos» … querer eso… nos lleva a esa identificación «tribal» con políticos, o con dogmas religiosos, el Papa…
Casa Real: reina
miedo a sentir … nos hace manipulables
monigotes títeres
divinetruth.com

1/8:2-3) 8. El perdón (siguientes mensajes) | El verdadero evangelio – Revelado de nuevo por Jesús | Vol. 1. / 8:2-3

Índice
─ Introducción y enlace al audio
─ Versión en español
─ Versión en inglés 

___

 

Introducción

─ Enlace al audio: en ivoox // enlace descarga

A continuación vamos a ver parte del apartado:

8) El perdón

Vemos los dos siguientes mensajes contenidos en el tema 8.

El tema es el perdón.

Para ver la lista con todos los enlaces a los textos y audios ver:

unplandivino.net/transicion/

Forma parte de un libro que es el primer volumen de los mensajes recibidos a principios del siglo XX por James E. Padgett de parte de varios desencarnados, entre otros, Jesús de Nazaret.

Estos volúmenes fueron preparados o compartidos así por Divine Truth (entre otras personas).

El primer volumen incluye los siguientes temas y apartados (los 11 temas numerados sirven para organizar temáticamente los mensajes):

a) ─ Retrato de James E. Padgett
b) ─ Mi testimonio (por Leslie R. Stone)
c) ─ Foto espiritual de Mary Kennedy con su alma gemela, el Dr. Stone.

           d) ─ La verdadera misión de Jesús

I. Jesús y su relación con Dios.
II. Dios y el alma humana.
III. El problema del pecado.
IV. Redención del pecado.

─ 1. Los mensajes
─ 2. Ámbitos celestiales
La oración
─ 3. Inmortalidad
─ 4. ¿Quién y qué es Dios?
─ 5. Espíritu Santo
─ 6. Resurrección
─ 7. El alma
─ 8. Perdón [estamos aquí: Vemos los siguientes mensajes en este apartado 8, para completarlo]
─ 9. Expiación
─ 10. Infierno
─ 11. Expiación vicaria
e) ─ Mensajes adicionales

Versión en español
8. El perdón (cont.)

Cómo un alma debe recibir el amor divino del Padre para convertirse en habitante del Reino de Dios y llevar a cabo esa inmortalidad de la que te he escrito (Jesús) (28 febrero 1916)

Estoy aquí, Jesús.

Deseo escribirte esta noche sobre el tema de cómo un alma debe recibir el Amor Divino del Padre para convertirse en habitante del Reino de Dios y llevar a cabo esa inmortalidad de la que te he escrito.

En primer lugar, debe entenderse que el Amor Divino del Padre es un tipo de amor completamente distinto del amor que el Padre concedió al hombre en el momento de su creación, y que el hombre ha poseído en una condición de más o menos pureza desde aquel entonces.

Este Amor Divino nunca le fue conferido al hombre como un don perfecto y completo, ni en el momento de su creación, ni desde mi venida a la tierra, sino como un regalo que espera las propias aspiraciones y los propios esfuerzos del hombre para obtenerlo, y sin los cuales nunca puede llegar a ser suyo, aunque siempre esté cerca de él, a la espera de responder a su llamada.

Entonces, comprendiendo lo que este Amor es, y que el hombre debe buscarlo, y cuál es su efecto sobre el alma del hombre, se vuelve muy importante que el hombre haga, de la obtención del mismo, el único gran objeto de sus aspiraciones y deseos. Pues cuando lo posee en un grado tal que lo aúna con el Padre, deja de ser un mero hombre y pasa a tener una naturaleza de existencia álmica tal que lo hace Divino, con muchas cualidades del Padre ─la principal de las cuales es, por supuesto, el Amor─, y que también le hace darse cuenta absolutamente del hecho de su inmortalidad.

La mera bondad moral, o la posesión del amor natural en su grado máximo, no conferirá al hombre esta Naturaleza Divina que he mencionado; ni los buenos actos, la caridad y la bondad conducirán por sí mismos a los hombres a la posesión de este Amor; sino que la posesión de este Amor, en verdad y de hecho, conducirá a la caridad, a los buenos actos, a la bondad siempre desinteresada y a una hermandad de hombres en la tierra hacia la cual el mero amor natural no puede conducir ni puede hacer que exista.

Sé que los hombres predican acerca de la Paternidad de Dios y la hermandad del hombre, y exhortan a los hombres a tratar de cultivar pensamientos y obras de amor, abnegación y caridad de manera que se logre la tan deseada unidad de vida y propósito por parte de los hombres; y en razón de este amor natural pueden, por sí mismos, hacer una gran obra para dar lugar a esta hermandad. Sin embargo, la cadena que los une no puede ser más fuerte que el amor natural que la forja; y cuando éste se vea eclipsado por la ambición y los deseos materiales, la fraternidad se debilitará enormemente o desaparecerá por completo, y los hombres se darán cuenta de que sus cimientos no estaban construidos sobre roca, sino más bien sobre débil arena que no puede sostener la superestructura cuando se ve azotada por las tormentas que surgen de la ambición de los hombres y de sus deseos de poder y grandeza ─y de muchas otras cosas materiales─. Por eso es que digo que hay una gran necesidad de algo más que el mero amor natural del hombre para ayudarle a formar una hermandad que permanezca firme y estable bajo todas las condiciones y entre todos los hombres.

Así que este amor natural, bajo las circunstancias más favorables para preservar la constancia de la felicidad del hombre y la liberación del pecado y el error, demostró por sí mismo no ser suficiente para mantener esa condición, y entonces, qué se puede esperar de él cuando las circunstancias son tales que este amor ha degenerado de su estado puro y se ha contaminado por todas estas tendencias de los hombres a hacer lo que está en violación, no sólo de las leyes de Dios, sino de todo aquello que en otro caso ayudaría a los hombres a llevar a cabo una verdadera hermandad.

Como he dicho anteriormente en mis escritos, llegará un momento en que este amor natural se verá restaurado a su estado original de pureza y liberación del pecado, y en que esta hermandad pueda existir en un grado de perfección que hará felices a todos los hombres.

Sin embargo, ese tiempo está muy lejos y no se realizará en la tierra en absoluto hasta que surjan el Nuevo Nacimiento y los Nuevos Cielos [will not be realized on earth at all, until the New Birth and the New Heavens appear, …], y mientras tanto, los sueños de los hombres sobre esta gran fraternidad no van a verse realizados.

Sé que los hombres esperan que alguna vez, en un futuro muy lejano, por medio de la educación, las convenciones y las predicaciones de la verdad moral, este sueño de una hermandad ideal se vea establecido en la tierra, y que desaparezcan todas las almas de odio y guerra, y la opresión de los débiles por los fuertes. Pero yo os digo que si, para dar lugar a esta condición tan deseada, los hombres dependen de este mero amor natural y de todos los grandes sentimientos e impulsos que puedan surgir de él, se encontrarán con decepciones y perderán la fe en la bondad de los hombres, y a veces se las verán con un retroceso no sólo en dicho amor, sino en la conducta de los hombres entre sí, y en el trato de las naciones entre sí.

Me he desviado un poco de mi tema, pero he creído oportuno mostrar al hombre que su dependencia de sí mismo ─que es su dependencia de este amor natural─ no es suficiente y adecuada para llevarlo a una condición de felicidad siquiera en la tierra, y por tanto totalmente inadecuada para llevarlo al Reino del Cielo.

El Amor Divino del que hablo es, por Sí mismo, no sólo capaz de hacer de un hombre un habitante del Reino del Padre, sino que es suficiente para permitirle dar lugar y llevar a cabo esa gran hermandad hasta el nivel máximo de sus sueños, incluso mientras está en la tierra.

Este amor del Propio Ser del Padre [of the Father’s Own Self] es de naturaleza inmutable, y en todos los lugares y bajo todas las condiciones está produciendo los mismos resultados y convirtiendo las almas de los hombres en la tierra, así como las de los espíritus en el mundo espiritual, no sólo en la imagen sino en la Sustancia de la Naturaleza Divina. Puede poseerse en menor o mayor grado, dependiendo del hombre mismo; y este grado de posesión determina la condición del alma y su proximidad al Reino del Padre, tanto si el alma está en la carne como en el espíritu.

El hombre no tiene por qué esperar a convertirse en espíritu para buscar y obtener este Amor, pues el alma es la misma en la tierra que cuando está en el mundo espiritual, y su capacidad para recibir este Amor es tan grande en un lugar como en el otro. Por supuesto, en la tierra hay muchas circunstancias, entornos y limitaciones en el hombre que impiden el libre funcionamiento del alma en el camino de las aspiraciones y la fe, y que no existen después de que el hombre se convierta en un habitante del mundo espiritual; pero, sin embargo, y a pesar de todos estos inconvenientes y escollos de la vida terrenal, el alma del hombre puede recibir este Amor Divino sin limitaciones y en una abundancia tal que lo volverá una nueva criatura, como dicen las escrituras.

La posesión de este Amor Divino significa también la ausencia de esos deseos y anhelos de lo que se llama el hombre natural, que producen egoísmo, falta de bondad y otras cualidades que crean el pecado y el error, e impiden la existencia de esta verdadera fraternidad que los hombres desean tan fervientemente como precursora de la paz y la buena voluntad; y cuanto más de este Amor Divino entra en el alma del hombre, menos hay de esas tendencias y deseos malos, y más de la Naturaleza y Cualidades Divinas.

El Padre es todo Bondad, Amor y Verdad, y Perdón, y Generosidad [Kindness], y cuando los hombres reciben y poseen el Amor Divino, estas Cualidades llegan a dominar sus almas. Y cuando el hombre es sincero y fiel, y posee estas Cualidades, nunca le abandonan ni cambian; y cuando esta hermandad se fundamente en ellas, será algo construido sobre roca, y que continuará viviendo y haciéndose más puro y firme en su efecto vinculante y en los grandes resultados que de ello fluirán, pues la roca de sus cimientos será la Naturaleza Divina del Padre, que es sin variabilidad ni cambio, y nunca decepciona.

Una hermandad así creada y unida es, como digo, «la única hermandad verdadera que hará para el hombre una especie de cielo en la tierra, y desterrará las guerras, el odio, la contienda y el egoísmo, y el principio de lo mío y lo tuyo. Lo mío se cambiará por lo nuestro, y toda la humanidad será verdaderamente hermana, sin referencia a raza, secta o adquisiciones intelectuales. Todos serán reconocidos como hijos del único padre».

Tal será el efecto de la existencia de este Amor en las almas de los hombres en la tierra, y cuando tales almas dejen su envoltura de carne, encontrarán sus hogares en el Reino de Dios ─partes de la Divinidad del Padre, y partícipes de su Inmortalidad─.

Pero sólo este Amor Divino capacitará a las almas de los hombres para este Reino, pues en este Reino todas las cosas participan de esta Naturaleza Divina y nada que no tenga esa Cualidad puede entrar en él.

Así que los hombres deben entender que ninguna mera creencia, ceremonia de la iglesia o bautismo ─ni cualquiera de este tipo de cosas─ basta para capacitar a un alma para convertirse en un habitante de este Reino. Los hombres pueden engañarse y se engañan, a sí mismos, en sus creencias de que cualquier cosa que no sea este Amor Divino pudiera asegurarles una entrada en el Reino.

Las creencias pueden ayudar a los hombres a buscar y aspirar a la posesión de este Amor, pero a menos que y hasta que este Amor Divino sea realmente poseído por las almas de los hombres, no podrán llegar a ser partícipes de la naturaleza divina y disfrutar de la felicidad y la paz del Reino del Padre.

Cuando el camino para obtener este Amor es tan fácil y la alegría de su posesión tan grande, es sorprendente que los hombres se contenten con las cáscaras del formalismo, la satisfacción, el engaño de la mera adoración de boquilla y las creencias intelectuales.

Como he dicho, este Amor está esperando a ser poseído por todo hombre que lo busque sinceramente y con verdaderas aspiraciones del alma. No es una parte de cada hombre, sino que lo rodea y lo envuelve, pero sin formar parte de él a menos que sus anhelos y oraciones hayan abierto su alma para que pueda fluir y llenarlo con su presencia.

El hombre nunca está obligado a recibirlo, así como nunca está obligado a hacer otras cosas contra su voluntad, pero como en este último caso, cuando en el ejercicio de esa misma voluntad se niega a dejar que el Amor Divino fluya en su alma, debe sufrir la pena, que es la privación total y absoluta de cualquier posibilidad de convertirse en un habitante del Reino de Dios ─o Reino Celestial─ y de cualquier consciencia del hecho de su inmortalidad.

Que los hombres dirijan sus pensamientos y aspiraciones a Dios, y en verdad y sinceramente rueguen al Padre por una afluencia en sus almas de su Amor Divino, y tengan fe, y así siempre encontrarán que el Padre les otorgará su amor, de acuerdo con la extensión de sus aspiraciones y anhelos, que son las mediaciones [mediums] para abrir sus almas a las obras del Espíritu Santo, que, como he escrito antes, es el mensajero de Dios para la transmisión de su amor divino de su Fuente de Amor a las almas de los hombres orantes y aspirantes.

De ninguna otra manera puede el Amor Divino ser poseído por el hombre, y siempre es un asunto individual entre el hombre particular y el Padre. Ningún otro hombre, ni cuerpo de hombres, ni iglesia, ni espíritus ni ángeles pueden hacer el trabajo del individuo. En cuanto a él, su alma es lo único implicado, y sólo sus aspiraciones, sus oraciones y su voluntad pueden abrir su alma a la afluencia de este Amor, que lo vuelve parte de su propia divinidad.

Por supuesto, las oraciones, los pensamientos bondadosos y las influencias amorosas de los hombres buenos y de los espíritus divinos y de los ángeles pueden ayudar y ayudan a las almas de los hombres a volverse hacia Su amor y a progresar en su posesión, pero en cuanto a la cuestión de si un hombre llegará a ser poseedor o no de este amor, depende del hombre.

Bueno, ya he escrito suficiente por esta noche y debo parar.
Así que, mi querido hermano, con todo mi amor y bendiciones, buenas noches.
Tu hermano y amigo,
Jesús

¿Cuál es la razón por la que los mortales no buscan el amor del Padre, en lugar de esforzarse por creer en los credos y sacramentos de la Iglesia a la que pertenecen o con la que están afiliados? (San Juan, apóstol de Jesús) (4 junio 1917)

Estoy aquí, San Juan.

He venido esta noche para escribirte un mensaje que considero muy importante, y como te encuentras en buenas condiciones, me esforzaré por hacerlo.

En primer lugar, deseo decirte que te encuentras, mucho más que antes, en esa condición de desarrollo del alma tal que nos permite establecer una relación contigo; y nos complace que así sea, ya que cuanto mayor sea tu desarrollo, más fácil nos resultará expresar nuestras ideas sobre las verdades superiores que tanto deseamos revelar a través de ti.

Bien, el tema sobre el que deseo escribir es: ¿Cuál es la razón por la que los mortales no buscan el Amor del Padre en lugar de esforzarse por creer en los credos y sacramentos de las iglesias a las que pertenecen o con las que están afiliados?

Ahora bien, puede parecerte que los propios mortales podrían explicar mejor la razón de esta preferencia y sus acciones al llevar a cabo sus preferencias, pero esta suposición no sería cierta porque en realidad no lo saben. El conocimiento de la verdad que podrían obtener, y el supuesto conocimiento de la verdad que tantos de ellos se contentan con creer que poseen, son dos cosas distintas, y muy diferentes.

En primer lugar, creen que los credos de sus iglesias contienen y revelan las verdades sobre Dios y sobre la relación de los mortales con Él, y que, si siguen estos credos, harán lo que agrada a Dios y está de acuerdo con Su voluntad; por lo tanto, se conforman con permanecer en ese conocimiento y no buscan aprender más sobre las verdades de su existencia y de su salvación.

Los credos, en la mayoría de los casos, no contienen las verdades de estos asuntos espirituales, ya que se basan en el error y, por consiguiente, no pueden tener ninguna verdad como superestructura, y a partir de ellos los mortales no pueden instruirse sobre el verdadero conocimiento de las cosas espirituales.

Estos credos son creados por el hombre y no se basan en las verdades reales que nunca pueden ser cambiadas por los credos, ni por ninguna otra cosa que sea resultado de la creación del hombre.

Pero los mortales no saben que estos credos no les revelan la verdad, y esta es una de las razones por las que prefieren seguir las enseñanzas de los credos y confiar en ellos. No tienen nada más a lo que recurrir, excepto las muchas afirmaciones de verdad que contiene la Biblia; e incluso, aunque recurrieran a estas afirmaciones, en su estado de desarrollo mental y espiritual no serían capaces de descubrir las verdades que allí se revelan, ni de darse cuenta de la diferencia entre esas verdades y lo que ellos creen que son las verdades de sus credos.

Durante largos años, generación tras generación, estos credos han sido aceptados, creídos y proclamados como verdades por las respectivas iglesias a las que los mortales pueden haber pertenecido; y han visto a sus padres y abuelos creer y descansar en la seguridad de que los credos contenían la verdad, y han visto a estos familiares vivir y morir aparentemente felices en sus creencias, y por lo tanto se han conformado con hacer lo que hicieron aquellos que les precedieron y no cuestionar ni buscar la verdad en otra parte ─ni siquiera pensar que se puede encontrar en otra parte─.

Y tal como está constituido el hombre, se podría decir que tal posición y condición son naturales, y que nosotros o vosotros, que conocemos la verdad y también sabemos que los credos no contienen la verdad, no deberíamos sorprendernos.

Una vez más, los mortales prefieren sus credos, pues en la mayoría de los casos, cuando una iglesia o denominación ha existido durante mucho tiempo, aquellos que, por así decirlo, han heredado estas creencias en los credos nunca consideran por un momento que tengan que hacer otra cosa que creer sin cuestionar las enseñanzas de sus credos y que, en tal creencia, están en la verdad y no se les pide que duden o cuestionen. Y así, al crecer, como muchos hacen, en esta creencia, en muchos casos se convierte para ellos en algo meramente formal, sin vitalidad y sin crear en quienes la poseen ninguna preocupación especial por si su creencia está bien fundada o no. Esta creencia les ahorra la molestia de ejercitar sus mentes en profundidad, y dicen: «Estoy satisfecho con el credo de mi iglesia y no deseo preocuparme por cuestionarlo». Y, por lo tanto, verás que no les resulta difícil tener una preferencia, ya que, de hecho, no hay ninguna preferencia, sino una condición mental que no deja lugar al ejercicio de ninguna preferencia.

Y, además, esta preferencia existe debido a la vida social de las personas que creen en los credos de las iglesias, ya que si no creen de esa manera, no se les permite convertirse en miembros de las iglesias, pues deben suscribir el credo, sin importar qué otras cosas vitales se requieran creer o declarar ser creídas por parte del mortal que desea afiliarse.

La iglesia es el mayor centro social en la vida de los hombres, y su influencia y poder son muy grandes y llegan más lejos en la economía de la vida social de lo que las personas irreflexivas pueden darse cuenta. Así pues, cuando el solicitante suscribe el credo y se convierte en miembro de la iglesia, suele quedar satisfecho con su posición social, y sus pensamientos sobre las verdades espirituales dejan de ser flexibles para volverse fijos, y, con el paso del tiempo va actuando de manera automática y quedándose satisfecho en vez de prestar más atención a lo que los credos puedan exigirle. Su posición se vuelve entonces muy cómoda, y su mente se libera del esfuerzo al aceptar sin dudar las doctrinas de los credos de su iglesia.

Por supuesto, hay muchas excepciones a esta condición entre los miembros de las iglesias, ya que, aunque suscriban los credos, sus almas no están satisfechas y muestran su anhelo por el amor del Padre, un amor que muchos poseen, aunque intelectualmente no sepan lo que significa. No obstante la mayoría ya tiene su elección hecha, por las razones que he expuesto, y será muy difícil despertarlos de esta satisfacción y de la sensación de que en sus creencias reside la certeza de hacer la voluntad del Padre y de su propia salvación.

Ahora bien, aunque todo esto sea cierto, estos mortales no se dan cuenta de que es precisamente así, en el sentido que he descrito, y la gran labor que nos espera tanto a vosotros como a nosotros es hacer que las verdades que estáis recibiendo se presenten a estas personas de tal manera que no se conformen con descansar en la seguridad de sus antiguas creencias, sino que se sientan persuadidas a buscar la verdad fuera de las enseñanzas de sus credos. Y puedo decir que, si estas personas tuvieran tal despertar y buscaran la verdad con seriedad y honestidad, no dudarían en creer que se han equivocado en sus creencias y no estarían satisfechas hasta aprender la verdad.

Simplemente pensé en escribir esto porque, aunque más bien se trata de un tema relacionado con la mera vida de los hombres en la tierra, sin embargo, en sus resultados y consecuencias, si la vida es cambiada, las cosas espirituales se convertirán en las cosas más cautivadoras.

Estos credos excluyen la verdad, y los hombres nunca podrán encontrarla hasta que excluyan de sus mentes y almas las doctrinas de los credos.

No escribiré más por esta noche.
Así que, con mi amor, te daré las buenas noches.
Tu hermano en Cristo,
Juan

Versión en inglés

How a Soul Must Receive the Divine Love of the Father in Order to Become An Inhabitant of the Kingdom of God and Realize That Immortality of Which I Have Written You (Jesus) (28 Feb 1916)

I AM HERE. Jesus.

I desire to-night to write you on the subject: How a soul must receive the Divine Love of the Father in order to become an inhabitant of the Kingdom of God, and realize that immortality of which I have written you.

In the first place, it must be understood that the Divine Love of the Father is an entirely distinct kind of love from the love which the Father bestowed upon man at the time of his creation, and which man has possessed in a more or less condition of purity ever since that time.

This Divine Love was never conferred upon man as a perfect and completed gift, either at the time of his creation, or since my coming to earth, but as a gift which is waiting for man’s own efforts and aspirations to obtain, and without which it can never become his, although it is always close to him, waiting to answer his call.

Then understanding what this Love is, and that man must seek for it, and what its effect upon the soul of man is, it becomes very important that man should make the obtaining of it, the one great object of his aspirations and desires. For when he possesses it to a degree that makes him at one with the Father, he ceases to be a mere man, and becomes of a nature of soul existence that makes him Divine, with many qualities of the Father, the chief of which is, of course, Love; and also causes him to absolutely realize the fact of his immortality.

Mere moral goodness, or the possession of the natural love to its fullest degree will not confer upon man this Divine Nature that I have mentioned; nor will good acts, and charity and kindness, of themselves lead men to the possession of this Love, but the possession of this Love in truth and in fact, will lead to charity, and good deeds, and kindness, always unselfish, and to a brotherhood of men on earth that the mere natural love cannot possibly lead to or cause to exist.

I know that men preach about the Fatherhood of God, and the brotherhood of man, and urge men to attempt to cultivate the thoughts and deeds of love and self-sacrifice and charity in a way to bring about the greatly to be wished for unity of life and purpose on the part of men; and by reason of this natural love can, themselves, do a great work in bringing about this brotherhood. Yet the chain that binds them together cannot possibly be any stronger than the natural love which forges it; and when that becomes overshadowed by ambition and material desires, the brotherhood will become greatly weakened, or disappear entirely, and men will realize that its foundation was not built upon a rock, but rather upon the infirm sand, which could not sustain the superstructure, when the storms arising from men’s ambition and desires for power and greatness, and many other material things, beat upon it. So I say, there is a great necessity for something more than man’s mere natural love to help him form a brotherhood that will remain steadfast and firm under all conditions and among all men.

So this natural love, under circumstances the most favorable to preserve the constancy of man’s happiness and freedom from sin and error, proved itself to be not sufficient to maintain that condition, then what may be expected of it when circumstances are such that this love has degenerated from its pure state and has become defiled by all these tendencies of men to do that which is in violation not only of God’s laws, but of everything that would otherwise help men to realize a true brotherhood.

As I have heretofore said in my writings, there will come a time when this natural love will be restored to its original state of purity and freedom from sin, and when this brotherhood may exist in a degree of perfection that will make all men happy.

Yet that time is far off and will not be realized on earth at all, until the New Birth and the New Heavens appear, and in the meantime men’s dreams of this great brotherhood will not be realized.

I know that men expect that sometime, in the far distant future, by means of education and conventions and preachments of moral truth, this dream of an ideal brotherhood will be established on earth, and all the souls of hatred and war, and the oppression of the weak by the strong will disappear. But I tell you that if men depend upon this mere natural love and all the great feelings and impulses that may arise from it, to bring about this condition so much desired, they will find disappointments and lose faith in the goodness of men, and at times a retrogression, not only in that love, but in the conduct of men towards one another, and in the treatment of nations by one another.

I have digressed somewhat from my subject, but I thought it best to show to man that his dependence upon himself, which is his dependence on this natural love, is not sufficient and adequate to bring him into a condition of happiness even on earth, and therefore totally inadequate to bring him into the Kingdom of Heaven.

The Divine Love that I speak of, is of Itself not only able to make a man an inhabitant of the Father’s Kingdom, but is sufficient to enable him to bring about and realize to the fullest of his dreams that great brotherhood, even while on earth.

This love of the Father’s Own Self is of a never changing nature, and in all places and under all conditions is working out the same results and converting the souls of men on earth as well as of the spirits in the spirit world, into not only the image but the Substance of the Divine Nature. It may be possessed in smaller or greater degree, depending upon man himself; and this degree of possession determines the condition of the soul, and its nearness to the Father’s Kingdom, whether the soul be in the flesh or in the spirit.

Man does not have to wait to become a spirit, in order to seek for and obtain this Love, for the soul on earth is the same soul as when in the spirit world, and its capacity for receiving this Love is just as great in one place as in the other. Of course on earth there are many circumstances and surroundings and limitations on man that prevent the free workings of the soul in the way of aspirations and faith that do not exist after man becomes an inhabitant of the spirit world but, nevertheless, and notwithstanding, all these drawbacks and stumbling blocks of the earth life, the soul of man may receive this Divine Love without limitations and to an abundance that will make him a new creature as the scriptures say.

The possession of this Divine Love also means the absence of those desires and longings of what is called the natural man, which produce selfishness and unkindness and other qualities which create sin and error, and prevent the existence of this true brotherhood which men so earnestly desire as the forerunner of peace and good will, and the more of this Divine Love that enters into the soul of man, the less there is of evil tendencies and desires, and the more of the Divine Nature and Qualities.

The Father is all Goodness and Love and Truth, and Forgiveness, and Kindness, and these Qualities the souls of men become possessed of, when they receive and possess the Divine Love. And when man is sincere and faithful, and possesses these Qualities, they never leave him or change; and when this brotherhood shall be founded on them, it will be built on a rock and will continue to live and become purer and firmer in its binding effect, and in the great results that will flow from it, for its foundation stone will be the Divine Nature of the Father, which is without variableness or change and never disappointing.

A brotherhood so created and joined together is, as I say, «the only true brotherhood that will make for man a kind of heaven on earth, and banish wars and hatred and strife and selfishness, and the principal of mine and thine. The mine will be changed to ours, and all mankind will be truly brothers, without reference to race or sect or intellectual acquirements. all will be recognized as the children of the one father.»

Such will be the effect of the existence of this Love in men’s souls on earth, and when such souls leave their envelope of flesh, they will find their homes in the Kingdom of God – parts of the Divinity of the Father, and partakers of his Immortality.

But only this Divine Love will fit the souls of men for this Kingdom because in this Kingdom all things partake of this Divine Nature and nothing which has not that Quality can possibly enter therein.

So men must understand, that no mere belief or ceremony of church or baptism, or any of these things are sufficient to enable a soul to become an inhabitant of this Kingdom. Men may do and deceive themselves in their beliefs that anything short of or other than this Divine Love can ensure them an entrance into the Kingdom.

Beliefs may help men to seek and aspire to the possession of this Love, but unless and until this Divine Love is actually possessed by the souls of men, they cannot become partakers of the divine nature and enjoy the happiness and peace of the Father’s Kingdom.

When the way to obtain this Love is so easy and the joy of its possession is so great, it is surprising that men will be satisfied with the husks of formalism and the satisfaction and delusion of mere lip worship and intellectual beliefs.

As I have said this Love is waiting for every man to possess, who sincerely and with true soul aspirations seek it. It is not a part of, but surrounding and enveloping every man, but at the same time forming no part of him unless his longings and prayers have opened up his soul, so that it may flow in and infill him with its presence.

Man is never compelled to receive it, as he is never compelled to do other things against his will, but as in the latter case, when in the exercise of that same will, he refuses to let the Divine Love flow into his soul, he must suffer the penalty, which is the utter and absolute deprivation of any possibility to become an inhabitant of the Kingdom of God, or Celestial Kingdom, and of any consciousness of the fact of his immortality.

Let men turn their thoughts and aspirations to God, and in truth and sincerely pray to the Father for an inflowing into their souls of his Divine Love, and have faith, and they always find that the Father will bestow his love upon them, in accordance with the extent of their aspirations and longings, which are mediums of opening up their souls to the workings of the Holy Spirit, which, as I have before written, is the messenger of God, for the conveying of His Divine Love from his Fountainhead of Love to the souls of the prayerful and aspiring men.

In no other way can the Divine Love be possessed by man, and always it is an individual matter between the particular man and the Father. No other man or body of men or church or spirits or angels can do the work of the individual. As to him, his soul is the only thing involved, and only his aspirations, and his prayers, and his will can open up his soul to the inflowing of this Love which makes him a part of its own divinity.

Of course, the prayers and kind thoughts and loving influences of good men and divine spirits and angels can and do help the souls of men in turning to His love, and in progressing in its possession, but as to the question, will a man become possessor or not of this love, it depends upon the man.

Well I have written enough for to-night and must stop.
So my dear brother I will say with all my love and blessings, good-night.
Your brother and friend,
JESUS.

What is the Reason That Mortals Will Not Seek the Love of the Father, Rather Than Endeavor to Believe in the Creeds and Sacraments of the Church to Which They Belong or Be Affiliated With? (St. John – Apostle of Jesus) (4 Jun 1917)

I AM HERE. St. John.

I came to-night to write you a message that I consider very important, and as you are in good condition I will endeavor to do so.

In the first place, I desire to say that you are much more in that condition of soul development that enables us to make a rapport with you than you have been, and we are pleased that this is so, for the greater development you have the easier it is for us to express our ideas of the higher truths that we so much desire to disclose through you.

Well, the subject about which I wish to write is: What is the reason that mortals will not seek the Love of the Father rather than endeavor to believe in the creeds and sacraments of the churches to which they belong or be affiliated with?

Now it may appear to you that mortals themselves, could better tell the reason of this preference and their actions in carrying out their preferences, but this supposition would not be true because they do not really know. The knowledge of the truth which they might obtain, and the supposed knowledge of truth which so many of them content themselves with believing that they possess, are two and very different things.

And first, they believe that the creeds of their churches contain and disclose the truths as to God and as to mortals relationship to Him, and that, if they follow these creeds – they will do that which is pleasing to God and in accordance with His will; and, hence, they rest satisfied to abide in such knowledge, and seek no further to learn the truths of their being and of their salvation.

The creeds in most particulars do not contain the truths of these spiritual matters, for they are based upon error, and consequently, can have no truth as a super-structure, and from them, mortals cannot learn the true knowledge of things spiritual.

These creeds are man made and are not based upon the real verities that can never be changed by creeds, nor any other thing that is the result of man’s making.

But mortals do not know that these creeds do not disclose to them the truth, and this is one reason why they prefer to follow the teachings of the creeds and believe in them. They have nothing else to which they can resort, except the many statements of truth that the Bible contains; and even, though, they should resort to these statements, yet in their condition of mental and soul development they would not be able to discover the truths as therein disclosed, and to realize any distinction between such truths and what they believe are truths of their creeds.

For long years – generation after generation – these creeds have been accepted and believed in and proclaimed to be the truths by the respective churches to which the mortals may have belonged; and they have seen their parents and grandparents believing and resting in the assurance that the creeds contained the truth, and have seen these relatives live and die apparently happy in their beliefs, and hence they become satisfied to do that which those before them did and not question or search for the truth elsewhere, or even think that it can be found elsewhere.

And as man is constituted it may be said that such a position and condition is natural, and we or you, who know the truth and also that the creeds do not contain the truth, should not be surprised.

Again, mortals prefer their creeds, because in the majority of the instances when a church or denomination has existed for a long time those who have, as I may say, inherited these beliefs in the creeds never consider for a moment, that they should do anything else than give an unquestioning belief to the teachings of their creeds and that in such belief they are in the truth and are not called upon to doubt or question. And thus growing up, as many do, in this belief, it becomes to them in many cases, a thing of mere form, having no vitality and creating in those who possess it, no special concern as to whether their belief is well founded or not. This belief saves them the trouble of exercising their minds to any comprehensive degree, and they say: «I am content with the creed of my church and do not desire to be troubled by questioning the same.» And, hence, you will see, it is not difficult for them to make the preference, for in fact, there is no preference, but a condition of mind existing that has in it no room for the exercise of any preference.

And then again, this preference exists, because of the social life of the people who believe in the creeds of the churches, for if they do not so believe it is not permissible for them to become members of the churches, as the creed must be subscribed to, no matter what else that may be vital is required to be believed in, or declared by the mortal who desires affiliation to be believed.

The church is the greatest of social centers in the lives of men, and its influence and power are very great and reaches further in the economy of social life than unthinking people may realize. So then when the applicant subscribes to the creed and becomes a member of the church he becomes satisfied, usually, with his social position and his thoughts of spiritual truths are no longer plastic but fixed, and as time goes by he pays less attention to what the creeds may require of him, but in a kind of automatic manner acts upon them and rests satisfied. His position then becomes so comfortable and his mind free from efforts by the undoubting acceptance of the doctrines of his church creeds.

Of course, there are many exceptions to this condition existing among members of the churches, for while they subscribe to the creeds, yet their souls are not satisfied and go out in longings to the Father for His Love and many who possess this Love, though intellectually they do not know what it means. But with the majority the preference is made because of the reasons that I have stated – and the difficulty will be great to cause an awakening from this satisfaction and feeling that in their beliefs lie the certainty of doing the Father’s will and of their own salvation.

Now, while all this is true, yet these mortals do not realize that it is true just in the sense that I have described it, and the great work that lies before you and us is to cause the truths which you are receiving to be presented to these people in such a way that they will not be satisfied to rest in the security of their old beliefs, but be persuaded to seek for the truth outside of the teachings of their creeds. And this I can say, that if these people will have such an awakening, and seriously and honestly seek for the truth, they will not hesitate to believe that they have been mistaken in their beliefs, and will not be satisfied until they learn the truth.

I merely thought I would write this, because, while it is more of a subject pertaining to the merely living of men on earth, yet in its results and consequences, if the living be changed the things spiritual will become the things of absorbing interest.

These creeds shut out the truth, and men will never be able to find the truth, until they shut out from their minds and souls the doctrines of the creeds.

I will not write more to-night.
So with my love, I will say good-night.
Your brother in Christ,
JOHN.

 

 

 

Sobre el encuentro del 2 de julio, 2025: Nuestra perspectiva distorsionada sobre nuestra condición

En la foto tenemos dos toneles que representan nuestra alma.A la izquierda, está la visión distorsionada de nuestra alma, en la que solemos estar, y donde creemos que lo más grande es el "dolor del terror" (pain of terror) y el "dolor de infancia" (childhood pain), mientras que arriba tenemos, minimizado falsamente, el dolor actual (current pain), representado como una pequeña capa superficial. En el tonel de la derecha tenemos la realidad, la verdad sobre nuestra alma: Jesús está señalando al dolor actual, que es la parte mayor, y debajo vemos las "capas" del terror y del dolor de infancia, representadas más pequeñas.
Momento del vídeo del 2016, al que nos referimos aquí

Ayer 2 julio 2025 tuvimos ese encuentro online que fue anunciado en el canal en telegram, y que también subí al canal de youtube aquí.

Al final estuvimos comentando rápidamente un poco
sobre algo que sería un «punto álgido» de las enseñanzas.

Es una parte que enlazo abajo * ─un momento de las enseñanzas de Jesús─.

Ahí se habla de la distorsión que tenemos en cómo nos vemos… la perspectiva distorsionada que tenemos sobre nuestra condición, sobre nuestra alma.

En un momento de la charla me surgió el recuerdo de las emociones que Jesús llama «globales».

Y por cierto, algo importante que no recordé es que la fe
(fe en las leyes de Dios, en la bondad de Dios, etc.)
es una emoción que Jesús llamó en aquel momento «emoción global positiva», o sea, del tipo de las positivas…
y que sería como la más importante.

De las negativas, de las que llama «globales» a falta de mejor nombre,
tenemos:

─ el miedo a sentir dolor de infancia

─ y el miedo a sentir el terror «global».

Y esos miedos, esas emociones, serían así como «los motores de la fachada», de las fachadas… es decir, los motores que nos hacen seguir acumulando pecado, con el consiguiente «dolor de compensación»
(un dolor que minimizamos falsamente).

Minuto 1:00:48 * ─ transcripción, con comentarios entre paréntesis: Continuar leyendo «Sobre el encuentro del 2 de julio, 2025: Nuestra perspectiva distorsionada sobre nuestra condición»