Judas: la segunda esfera del mundo espiritual | 16 de septiembre de 2001

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Al hilo de los mensajes de Padgett -que hemos comentado y usado ya aquí un poco-, durante los cien años que han pasado desde entonces, ha habido mucha gente que los ha seguido.

Algunas de estas personas parece que han desarrollado bien sus capacidades de conexión con los planos de desencarnados, y de vez en cuando han recibido mensajes de personalidades muy cercanas a Jesús, como por ejemplo de «Judas Iscariote» (Judas de Queriote) -e incluso hasta muy cerca de nuestras fechas-.

Con este texto/audio seguimos la pequeña serie que empezamos aquí. Vemos cómo los mensajes de Judas encajan muy bien tanto con partes de lo contado por Alan John Miller/Jesús, así como con lo que se da en los mensajes de Padgett.

De hecho, Miller, aparte de recomendar, lógicamente, los mensajes de Padgett… si recuerdo bien también comentó en algún encuentro que realmente Judas y otros habían hablado a través de varias de estas personas recientemente.

Esta serie trata de forma breve sobre la sucesión de planos y sobre la progresión del alma en ellos.

Nota: Un mensaje anterior, via Padgett, y muy relevante, es este (dado en este caso por Jesús).

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La segunda esfera
16 de septiembre de 2001
Recibido por H.
Cuenca, Ecuador

Estoy aquí, Judas, tu hermano en Cristo. Después de haber expresado mis comentarios sobre esos terribles ataques en los Estados Unidos y sus causas y consecuencias, me gustaría retomar nuestra serie de mensajes sobre el mundo de los espíritus.

He descrito cómo los espíritus atraviesan los diferentes niveles de los planos terrestres, y cómo finalmente llegan a la conclusión de que el materialismo no conduce a la felicidad. Esta comprensión produce un profundo cambio en las almas de estos espíritus, y se dan cuenta de que el único camino que deben seguir es el de la espiritualidad. Se abre un mundo nuevo para ellos, y tienen la oportunidad de entrar en la segunda esfera, una esfera mucho más espiritual pero que hasta entonces estaba oculta y fuera del alcance de sus percepciones.

El camino, entonces, es la espiritualidad. Pero no es un camino uniforme. Puede manifestarse en una variedad de formas. Es en esta segunda esfera donde los espíritus finalmente eligen exactamente qué camino desean seguir, aunque más adelante les será siempre posible cambiar de opinión y volver desde una esfera superior para elegir otra rama de la espiritualidad.

Ha sido más o menos fácil darte cierta impresión de cómo es el entorno en los planos terrestres, pero es mucho más difícil describir la segunda esfera, o la esfera de decisión, como me gusta llamarla. Si te digo que aquí todo es más etéreo, no me entenderás, y el vocabulario humano, por supuesto, solo contiene palabras para describir lo que existe en el entorno de la consciencia de los hombres en la Tierra, o las ideas y modelos que desarrolla la filosofía. Pero incluso en esta esfera bastante baja, el entorno y las ideas van mucho más allá de lo que existe en la Tierra.

Todo lo que se construye en los planos terrestres se construye a mano o con máquinas, tal como se hace en la Tierra. La vida en los planos terrestres realmente puede considerarse una extensión de la vida terrestre, y esto es bueno, pues los espíritus generalmente necesitan tiempo para adaptarse a su nueva vida. Pero en la esfera de la decisión, las cosas ya son un poco diferentes.
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Judas: Salir de los infiernos | 6 de febrero de 2003

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Al hilo de los mensajes de Padgett -que hemos comentado y usado ya aquí un poco-, durante estos cien años que han pasado desde entonces, ha habido mucha gente que los ha seguido.

Algunas de estas personas parece que han desarrollado bien sus capacidades de conexión con los planos de desencarnados, y de vez en cuando han recibido mensajes de personalidades muy cercanas a Jesús, como por ejemplo de «Judas Iscariote» (Judas de Queriote) -e incluso hasta muy cerca de nuestras fechas-.

Espero hacer una pequeña serie que empezamos aquí. En ella se ve cómo los mensajes de Judas encajan muy bien tanto con lo contado por Alan John Miller/Jesús, como con lo que se da en los mensajes de Padgett.

De hecho, Miller, aparte de recomendar, lógicamente, los mensajes de Padgett… si recuerdo bien también comentó en algún encuentro que realmente Judas y otros habían hablado a través de varias de estas personas recientemente.

Esta serie trata de forma breve sobre la sucesión de planos y sobre la progresión del alma en ellos.

Los mensajes de Judas anteriores a este (que también espero poner aquí y comentar) son digamos que más anecdóticos en cuanto al tema que nos ocupa (los diversos planos y las transiciones). Tratan sobre su muerte, y en el audio de este mensaje los comentaré muy brevemente en la medida en que me acuerde. Judas se suicidó, como parece «bien sabido» o establecido.

Aquí empezamos directamente con la transición desde el primer estado, que en este caso es «infernal».

Es decir, en este caso es una transición desde la parte más baja del primer plano, o del plano llamado terrenal, que contiene a su vez muchos subplanos, de los cuales los más bajos se describen como «infernales» y el más elevado como «Tierra de verano» o «Summerland».

En general, en este primer plano parece que hay muchos espíritus aún enlazados o apegados a la Tierra, pero que en realidad tienen su «residencia» en este primer plano (de hecho en general habría ahora más desencarnados en la Tierra que personas vivas «físicas»).

Los que llegan al primer plano tienen que afrontar tarde o temprano la condición de relativa oscuridad en su alma.

La parte más baja del plano se describe como infernal, pero de ahí siempre hay escapatoria.

Nota: Un mensaje anterior, via Padgett, y muy relevante, es este (dado en este caso por Jesús).

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Judas: Salir de los infiernos
Recibido por H. | 6 de febrero de 2003
Cuenca, Ecuador.

Me gustaría continuar con mi mensaje de ayer.

“La clave de nuestro trabajo de rescate está en crear una condición de confianza. Por lo general, es una mala elección que un espíritu brillante se acerque a uno de esos espíritus sombríos, porque se encerrarán en sí mismos de inmediato, hasta el punto de negarse a escuchar lo que el espíritu de buena voluntad les diga. ¿Cómo debemos proceder entonces?».

Con estas palabras terminé mi mensaje. Entonces, ¿cómo debemos proceder?

Como ya habrás adivinado, el primer paso es que los espíritus que en la Tierra fueron amigos de esos pobres condenados en el infierno, se acerquen a ellos y traten de renovar esta amistad y confianza. Y bien, ya conoces un caso en el que sucedió exactamente eso: mi propio caso.

Siempre he tenido una excelente relación con Andrés. Él era, es, mayor que yo, y de alguna manera veía en él una figura paterna. Supo romper muy hábilmente mi resistencia inicial a su presencia, una resistencia debida, entre otras cosas, a que yo no quería que nadie que a mí me importara me viera en mi situación de desgracia y desesperación. Pero una vez que se rompió el hielo y comprendí que su intención era seria y llena de amor, nació dentro de mí esa chispa de esperanza. Y esto sucedió gracias a la confianza que tenía en él, de modo que pude activar mi deseo de avanzar.

Y bien, puedo ver lo que estás pensando: que todos los espíritus en situaciones desesperadas lógicamente tendrían un fuerte deseo de mejorar su situación. Pero esto no es tan fácil como crees. Tienes razón, este deseo sí existe en sus almas, un deseo pobre y débil en un alma demacrada. Pero incluso cuando los espíritus así confinados no reconocen conscientemente que fue su propia falta lo que los condujo a su situación, hay otro deseo que crece inconscientemente dentro de ellos: el ansia de autocastigarse. Este es un deseo mucho más fuerte que el que les permitiría comenzar a progresar. Es un círculo vicioso, y puedes estar seguro de que, en el caso de los espíritus de los infiernos más profundos, nunca podrían romper esta cadena de acero que los ata a sus frías chozas si no fuera por la ayuda de otros espíritus más desarrollados que son capaces de restaurar su autoestima y de transformar sus vacíos sentimientos de culpa en una verdadera penitencia. Pues lo que les ayudará a progresar no será su constante lamento por la “injusticia” que están sufriendo (en opinión de muchos de ellos) ni su autocompasión, sino reconocer su propia culpa, su disposición a asumir las consecuencias, y también, y más importante que cualquier otra cosa, su deseo de reconciliarse con Dios. Esto es lo que se denomina «penitencia»; esto es lo que se llama remordimiento; y esto es exactamente lo que el Padre quiere: que todos Sus hijos descarriados regresen a Él y celebren con Él en las mesas del paraíso.
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Daniel (el profeta) describe su experiencia en el mundo espiritual y su vida en la Tierra

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Un mensaje anterior y muy relevante es este (en este caso dado por Jesús).
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Daniel describe su experiencia en el mundo espiritual y su vida en la Tierra
      (21 Jul 1915)
(Daniel, el profeta de Dios, del Antiguo Testamento)

Estoy contigo esta noche porque tienes razones para creer que has sido seleccionado para realizar la obra de Jesús de transmitir sus mensajes a la humanidad; y quiero sumar mi testimonio al de los demás que me han precedido.

Soy un seguidor del Maestro, aunque viví en la Tierra muchos años antes de que viniera a anunciar la restitución del gran Amor Divino del Padre, y a mostrar el camino por el cual todo hombre que lo desee puede obtenerlo.

Nunca supe lo que era este Amor hasta que Jesús vino y lo declaró al hombre y a los espíritus tal como lo hizo. Y cuando vino al mundo de los espíritus, después de su crucifixión, nos predicó a los que estábamos en las esferas espirituales la gran doctrina del plan de salvación de Dios.

Los hombres no deben pensar que los mortales son los únicos destinatarios de este Amor, o los únicos que tuvieron el privilegio de conocer el camino a este Amor, pues, como te digo, Jesús vino a los espíritus que vivían en los cielos espirituales, dio a conocer este gran plan y enseñó el camino a la Inmortalidad.

Yo era, antes de su venida, un espíritu que gozaba del favor del Padre en tanto que mi amor natural se desarrolló hasta el grado más alto, y en ese amor era comparativamente feliz.

También poseía un gran desarrollo intelectual. Sin embargo, en cuanto al Amor Divino que ahora poseo… de él no sabía nada, ni tampoco sabía nada ningún espíritu que viviera en ese momento.

Esto te puede parecer extraño, pues a partir de mi relato, tal como está contenido en el Antiguo Testamento, podrías suponer naturalmente que yo gozaba del gran favor de Dios, y así era; pero ese favor no iba más allá de recibir de Él una gran cantidad del amor natural que Él había otorgado a toda la humanidad, y de saber -por mis percepciones espirituales y por el poder de la naturaleza psíquica que poseía- que Dios se preocupaba por mí y me utilizaba para convencer a las naciones paganas de que había un solo Dios, y que solo Él debía ser adorado.

Nunca conocí la realidad de lo que era el Amor Divino, ni sabía que me encontraba en otra posición diferente a la que podría haber tenido si ese Amor no le hubiera sido arrebatado a la humanidad cuando nuestro gran padre terrenal cometió su fatal acto de desobediencia.

En aquellos tiempos, antes de la venida de Jesús, ningún espíritu podía progresar de ninguna manera más arriba de la esfera donde existían este amor natural y este desarrollo intelectual, en su mayor grado de perfección.

Así pues, como ves, nunca fui un espíritu poseído por esta naturaleza Divina hasta después de la venida del Maestro; y en ninguna parte del Antiguo Testamento encontrarás ninguna declaración ni promesa relativa al hombre y a su posesión de esta naturaleza Divina, y nosotros -los que vivíamos en aquellos días de mi vida terrenal- estábamos satisfechos, y solo esperábamos los favores y dones de Dios que pudieran afectar a nuestra prosperidad y felicidad terrenales.

Yo era un profeta, tal como está escrito, y a través de sus espíritus Dios me decía aquellas cosas que yo declaraba a la gente. Dios también me capacitó para predecir muchas cosas que iban a suceder, y que de hecho sucedieron. Pero este gran favor y regalo no me trajo la posesión del Amor Divino ni la naturaleza del Padre; y cuando morí, llegué al mundo de los espíritus como uno que poseía sólo el amor natural y el gran desarrollo moral que me habían proporcionado las comunicaciones tenidas gracias a mis asociaciones con los espíritus del Padre. Continuar leyendo «Daniel (el profeta) describe su experiencia en el mundo espiritual y su vida en la Tierra»

Sócrates escribe sobre la experiencia de su progreso

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Un mensaje anterior y muy relevante es este (en este caso dado por Jesús).
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Sócrates escribe sobre la experiencia de su progreso
(Mensaje via James Padgett, 8 julio 1915)

Estoy aquí, Sócrates, el griego.

Supe que pensaste en mí, y tu pensamiento me atrajo hacia ti.

Cierto espíritu puede encontrarse en vinculación contigo, o bien tener una cualidad de alma similar; pues bien, esa condición álmica es lo que hace de medio, de gran medio, por el cual se da dicha atracción.

Ya he estado contigo antes, y hay una creciente vinculación entre nosotros surgida a raíz de las cualidades de tu alma. Ahora soy un creyente en la doctrina cristiana de la inmortalidad del alma, y ​​en las enseñanzas de Jesús sobre la forma de obtener el Amor Divino del Padre, tal como lo estás haciendo tú, y, por lo tanto, nuestras cualidades álmicas son similares.

Ahora soy un seguidor del Maestro, y creo en su misión Divina en la Tierra, aunque él no vino a la Tierra cuando yo vivía. Después de convertirme en espíritu, comprobé mi creencia en la continuidad de la vida después de la muerte, y viví en el mundo de los espíritus hasta muchos años después de la llegada de Jesús, antes de que yo aprendiera y creyera en su verdad más amplia acerca de la inmortalidad.

Por supuesto que, cuando yo enseñaba, solo tenía una esperanza, que casi era certeza, de que seguiría viviendo por toda la eternidad, pero no tenía más fundamento para esa creencia que las deducciones de mi capacidad de razonar, y las observaciones del funcionamiento de la naturaleza.

Había oído hablar de las visitas de los espíritus de los difuntos, pero nunca había tenido ninguna experiencia personal en ese sentido, aunque creía sin reparos que eran verdad.

Mi convicción acerca de la verdad de la continuidad de la vida en el futuro era tan fuerte que equivalía a una certeza, y por lo tanto, cuando morí, consolé a Platón y a mis otros amigos y discípulos diciéndoles que no debían decir que Sócrates iba a morir, sino que su cuerpo era lo que moriría; su alma viviría para siempre en los Campos Elíseos. Me creyeron, y después Platón hizo más extensa mi creencia.

Y efectivamente, Sócrates no murió, pero tan pronto como su aliento abandonó el cuerpo -lo cual no fue muy doloroso, a pesar de que la fatal cicuta hizo su trabajo de manera segura y rápida-, entró en el mundo espiritual como una entidad viviente, lleno de la felicidad que le brindó la constatación de sus creencias.
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Jesús: acerca del amor de los seres humanos

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Este mensaje, dado via James Padgett, fue dado muy poco después del anterior que hice para esta web, y en este caso también habla Jesús.

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Jesús: acerca del amor del hombre
4 de marzo, 1915.

Aquí estoy, Jesús.

Esta noche quiero escribir sobre el amor del hombre.

Este amor es uno que la humanidad no comprende en su particularidad más relevante. Me refiero a que este amor no es suficiente para dar al ser humano el más alto grado de felicidad que pueda obtener en la vida mortal o en la venidera.

Este amor es de una naturaleza tal que cambia dependiendo del cambio en las ideas y en los deseos de los hombres, y no tiene ninguna estabilidad que sirva para que este amor mantenga al ser humano constante en sus afectos.

Ningún hombre que tenga sólo este amor podrá jamás estar en condiciones de decir que continuará teniendo este amor durante más tiempo que el presente; y si piensa que su amor nunca podrá cambiar, o abandonarlo, tan sólo está deseando con sus pensamientos.

Pero este amor es uno que puede durar mucho tiempo y, a veces, parece que nunca puede morir o disminuir; sin embargo, por su propia naturaleza, no tiene ese tipo de constancia que le pueda asegurar una duración más que momentánea.

No quiero decir con esto que este amor natural sea menospreciable, pues sin duda se trata del mayor regalo que el Padre ha otorgado a la humanidad, y sin él, los hombres estarían en una condición muy infeliz.

Sin embargo, no es el Gran Amor del Padre que podrían recibir todos los hombres si tan sólo lo buscaran y se esforzaran por obtenerlo mediante la oración y la fe.

El amor natural es el que hace que los hombres y las mujeres tengan unidad en la Tierra, y les permite acercarse más a una vida de felicidad que cualquier otra cualidad humana; pero todavía tiene un peligro, que siempre lo acompaña, y que consiste en que, en algún momento, de alguna manera, puede dejar de existir.

El amor de las madres es el más fuerte de todos los amores dados a los mortales, y aparentemente nunca puede terminar ni envejecer; sin embargo, puede llegar un momento en que ese amor muera o deje de retener toda su vitalidad o belleza. Sé que se dice que el amor nunca muere; pero esto no es cierto con respecto a este amor natural; y nadie puede asegurar que su amor en el día de hoy vaya a seguir siendo el amor de dentro de unos pocos años.

Sin embargo, hay un amor que puede considerarse como un tipo de amor natural que durará para siempre, siempre y cuando estas almas busquen y obtengan el Amor Divino, y este amor se trata del amor que Dios ha implantado en dos almas que ha diseñado para convertirse en una sola en la vida espiritual.

Este amor no son realmente dos amores, sino un mismo amor manifestado en los dos sexos opuestos [Miller nos comenta actualmente, añadiendo a esto y habiendo recordado su vida durante 2000 años como Jesús en diversos planos, que las almas gemelas en un porcentaje no muy grande pueden también ser homosexuales], y que solo está completo cuando estas dos almas, aparentemente independientes, se unen en perfecta unidad.

Esto es lo que comúnmente se llama amor de almas gemelas, y se trata de aquella esencia de amor espiritual que hace que la felicidad de los dos espíritus de los mortales parezca completa. Sin embargo, este amor no es de naturaleza divina, sino simplemente el tipo más elevado de amor natural.

Entonces, cuando los hombres hablan del amor de un mortal por su prójimo, se refieren simplemente al amor que su naturaleza humana es capaz de tener y dar a otro mortal.

No deseo que se entienda esto como si de alguna manera implique que ese amor no es una gran bendición para la humanidad, porque lo es, y sin él no se daría la armonía que existe en la Tierra; sin embargo, en este momento (Primera Guerra Mundial), el odio y la ira parecen haberse hecho su espacio en los corazones de muchos hombres que hoy luchan por matar y destruir.

Pero esto es solo por una temporada; la guerra cesará, y entonces los hombres se darán cuenta, más que durante mucho tiempo, de que solo el amor mutuo puede hacer de la Tierra un lugar feliz y deseable para vivir.

El amor, cómo sé que se dice… es el cumplimiento de la ley, pero ningún hombre puede comprender esto completamente hasta que sepa lo que es el amor.

No quiero decir que para cumplir toda ley el hombre deba tener el Amor Divino del Padre, porque hay leyes que gobiernan la existencia Divina y leyes que gobiernan la existencia humana y meramente espiritual. El Amor de lo Divino es el cumplimiento de las primeras leyes, y el amor natural es el cumplimiento de las segundas.

Por tanto, debes entender que sólo cuando los hombres tienen el Amor de lo Divino, pueden satisfacer las leyes de la existencia Divina; y así, en tanto que tengan meramente amor natural, podrán satisfacer solo la ley natural.

Pero este amor natural no podrá hacerlos uno con el Padre, como he escrito antes; y el máximo de los poderes y funciones de este amor está en darles la felicidad que recibirán al vivir la vida de un espíritu o de un hombre no redimido.

No diré que el hombre no debería cultivar este amor por su prójimo en la mayor medida posible, porque debería hacerlo; y si esa fuera la única clase de amor que pueda tener, ya sea en la Tierra o en el mundo espiritual, cuanto más posea, más feliz será y mayor será la felicidad de su prójimo y espíritu semejante.

Así pues, cuando dije, cuando estuve en la Tierra, que los hombres debían amar a su Dios y amar a sus semejantes como a sí mismos, quise decir que debían hacerlo con todas las posibilidades del amor que pudieran tener.

Sin embargo, los hombres realmente pueden aprender que no es necesario tener solo el amor natural, sino que todos pueden buscar el Amor Mayor, y obtener una felicidad y una inmortalidad correspondientemente mayores.

No obstante, los hombres no se dan cuenta de esto, y parecen estar satisfechos con este amor natural y con los placeres que resultan de su posesión.

No quisiera que hicieran nada que pudiera disminuir este amor o cerrar sus corazones a su influencia, cuando es puro y bueno; sin embargo, no puedo evitar tratar de inculcales la gran conveniencia de tener el Amor superior en sus almas.

Sí, soy un amante de todos los hombres, y quiero que sientan la felicidad de la afluencia del Amor Divino y, de ese modo, aprendan lo que significa el Amor de Dios y lo que pueden tener si tan sólo buscan.

Este amor por lo puramente natural no será suficiente para las tentaciones que acosan a los hombres en la Tierra; y, además, no asegurará contra las tentaciones cuando se conviertan en espíritus. Lo sé, y por eso lo afirmo con la claridad de quien realmente lo sabe -podrías decir que lo digo con autoridad-.

Como estás cansado, debo detenerme.

Con todas mis bendiciones y amor,
soy tu hermano en espíritu,
Jesús

Index: PJE19150304A
Author: Jesus
Receiver: James E. Padgett
Location: Washington D.C.
Date: 04 Mar 1915
Sources: True Gospel, Vol II, page 21
True Gospel, Vol III, page 74

La abuela de Padgett, Ann Rollins, relata su experiencia en el progreso desde la tercera esfera a los ámbitos celestiales

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Este mensaje, dado via Padgett, es de muy pocos días después del anterior que hice para esta web, aunque en este caso no habla Jesús.

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Mensaje de Ann Rollins, abuela de James Padgett (5 de Marzo, 1915)
(Ann Rollins relata su experiencia de progresión desde la tercera esfera a los ámbitos celestiales.)

Estoy aquí, soy tu abuela.

Sí, soy yo. Quiero contarte mi experiencia de progreso en la vida espiritual.

Y bien, cuando fallecí fui recibida en el mundo de los espíritus por tu abuelo y por mi querida madre, que llevaban muchos años en el mundo de los espíritus. Ella vivía entonces en la séptima esfera y era un espíritu muy hermoso y feliz. Ahora ella está muy arriba en las Esferas Celestiales, y ocasionalmente viene a verme y me habla de la gran belleza de su hogar y de los maravillosos espíritus que habitan las esferas donde vive.

Vive en una alta esfera de los Cielos, y está con muchos de los espíritus redimidos que vivieron en la Tierra hace muchos siglos. Mencionó a algunos de ellos, muy conocidos en la Tierra, como John Wesley y su hermano Charles, o como Lutero y algunos de sus contemporáneos, que estaban comprometidos con las grandes reformas de aquellos días. Whitefield es uno de los que nombró, y también Bunyan. Parecían haber llegado a esta esfera obteniendo el Amor acerca del cual os hemos escrito.

Entonces, cuando pienso que, a través del desarrollo gradual y la progresión de mi ser espiritual, existen estas altas esferas que debo alcanzar, siento que mi fe y mi búsqueda del Amor Divino tienen aún mucho por lograr en el camino del desarrollo del alma.

Y bien, poco después de mi transición progresé hasta la tercera esfera, y pensé que allí debía estar el mismísimo asiento del cielo, porque mi felicidad era mucho mayor de lo que había esperado alguna vez.

Cuando entré por primera vez en el mundo de los espíritus, confieso que me sentí decepcionada, pues no vi al Padre en su trono ni a Jesús sentado a su diestra, como me habían enseñado a creer. Pero no pasó mucho tiempo antes de que me diera cuenta de que tal creencia no tenía fundamento en la verdad, y que Dios no tiene trono, como los escritores de la Biblia habían declarado, sino que Su Espíritu se manifiesta en todas partes y en todos los lugares, y es un Espíritu que no tiene forma en el sentido en que me habían enseñado a creer.

Tras vivir en la tercera esfera durante algún tiempo y haber recibido mucha información de parte de los espíritus que vivían en esferas superiores, y tras haber recibido el Amor de Dios en gran abundancia, progresé hasta la quinta esfera, y encontré un hogar maravilloso, con belleza y armonía, entre otros espíritus que tuvieron experiencias similares a la mía, y que habían recibido el Amor Divino en un grado tal que nos da a todos esta gran felicidad sobre la que te comento.

En algunos de los planos de esta esfera hay muchos espíritus que no han recibido este Amor Divino, aunque sí han alcanzado maravillosas calificaciones morales e intelectuales; sin embargo, no eran tan felices como los que habían recibido el Gran Amor del Padre. Dedicaban sus pensamientos y sus obras más bien a cosas que pertenecen al ámbito del progreso moral e intelectual, antes que al del desarrollo del alma en el Amor Divino.

Puede parecerte extraño que estos espíritus puedan vivir en una atmósfera donde se manifestó tanto del Amor de Dios, por parte de los numerosos espíritus que habían recibido ese Amor, y, sin embargo, no se den cuenta de que la única y gran cosa que es absolutamente necesaria para su mayor progreso y mayor felicidad es este Amor Divino. Pero ese es el hecho, y muchos de estos espíritus de mayor desarrollo intelectual continúan todavía con sus estudios acerca de las leyes, tratando únicamente de cosas relacionadas con el funcionamiento de las leyes espirituales y con las causas de los fenómenos que dejan asombrados tanto a los mortales como a los espíritus.

Por extraño que pueda parecerle a algunos, para la progresión del alma no se necesita la progresión intelectual, pero, con la progresión del alma mediante la obtención de Amor Divino, llega un conocimiento maravilloso de esas otras cosas de las que hablo. Como ya sabes, yo era una persona que había llegado a obtener solo unas cualidades mentales ordinarias; y sin embargo, en este mundo espiritual ya he sobrepasado a muchas grandes mentes que poseen una maravillosa información intelectual. Me refiero no solo en cuanto al progreso de mi alma, sino también en cuanto al logro de los conocimientos que estos hombres están dedicando su tiempo y trabajo a obtener.

También puede parecerte extraño que el desarrollo intelectual llegue al desarrollar el alma en el Amor Divino, pero para nosotros, que hemos experimentado este hecho, no resulta extraño, pues la mente sólo es un atributo o, como podría decir, una cualidad del alma, y a medida que el alma se desarrolla en el Amor Divino, la mente necesariamente debe desarrollarse también.

La filosofía es simplemente la conclusión de mentes que han reflexionado e investigado acerca del tema de esa filosofía y, cuando está determinada por la mera mente, sigue siendo incierta y sigue estando sujeta a revisión y a cambios, a medida que la mente cambie. La mente, en su desarrollo, no necesariamente aprende la verdad completa y real; y en esta vida espiritual, entre estos hombres que tienen puramente unas grandes mentes, y que no poseen el Amor Divino, hay tanta variedad de opiniones y tantas disputas sobre cuál es la verdad, como las hay en la Tierra. La mente, por sí misma, no siempre puede discernir la verdad, pues no es infalible, aun cuando sea la mente de un espíritu y ese espíritu esté altamente desarrollado.

Pero a medida que el alma se desarrolla en el Amor Divino, este desarrollo conlleva que, aquello que le llegue como un hecho, será una verdad -verdad perpetua-. El alma no aprende todas las verdades a la vez, pero la verdad que sí aprende es tal que nunca cambia y no admite ninguna revisión, ni alteración, ni se puede dejar de lado. No, nunca se demuestra que la verdad discernida por el alma sea un error, y ningún error se convierte en parte del discernimiento de la verdad del alma.

Así es que, como ves, el gran camino hacia la constatación de las realidades de Dios es a través, y solo a través, del desarrollo del alma por la afluencia del Amor Divino. El ojo del alma es esa percepción interior que no necesita razonar desde causas y efectos para poder discernir y establecer para siempre las verdades de Dios.

Por lo tanto, cuán necesario es que los hombres y los espíritus aprendan el gran hecho de que, si quieren aprender la verdad de la vida espiritual, deben esforzarse por desarrollar los poderes de percepción del alma buscando la afluencia del Amor Divino en sus almas.

Podría decirte muchas cosas maravillosas para ilustrar estas proposiciones, si tuviera tiempo para hacerlo, pero ahora no lo tengo; aunque en algún momento hablaré con más detalle sobre este tema, y entonces comprenderás mejor lo que quiero decir.

Y bien, después de haber vivido en esa quinta esfera y haber aprendido las grandes y maravillosas verdades que se enseñan allí, progresé hasta la séptima, y allí aprendí lo que es la verdadera felicidad, según creía. Ningún espíritu que no haya recibido este Gran Amor del Padre vive en esta esfera, porque la mente está, por así decirlo, absorbida por el alma hasta tal grado, que sin el desarrollo del alma la mente no tendría cabida. Quiero decir que la mente, como tal, se subordina tanto a los poderes y operaciones de las percepciones del alma que no puede existir como mera mente, independientemente del desarrollo del alma.

En esta esfera, todo es grandioso y hermoso hasta un punto que no puedo describir, pues no tienes una concepción mental con la que te pueda comparar de alguna manera tanta belleza y grandeza.

Nuestros hogares son muy armoniosos y sin mancha ni nada que emane de otro tipo de cosas que no sean la esencia y el poder del alma. No existe una mera felicidad intelectual, y ningún espíritu que no tenga este Gran Amor podría ser feliz allí. Mas, sin embargo, aunque exista toda esta felicidad, me dijeron que la felicidad es mucho mayor en las Esferas Celestiales y, en consecuencia, no me conformé con permanecer en la séptima esfera, aunque no podía comprender cómo es que mi felicidad podría ser mayor de lo que era. Sin embargo, como digo, no estaba contenta quedándome en mi hogar allí.

Y también me dijeron que había una forma de entrar en esta Esfera Celestial, y una forma tan fácil que la mera declaración provocaba dudas. Pero oré por tener fe y Amor Divino, y en una ocasión mi fe trajo el Amor Divino a mi alma en tal abundancia, que progresé a la primera Esfera Celestial, donde ahora estoy.

El Libro del Apocalipsis, en la Biblia, en su descripción más extravagante de la Nueva Jerusalén, no da un concepto verdadero de la belleza y magnificencia de esta esfera; y no intentaré describirlas, porque no puedo. Pero un hombre, o un espíritu, que nunca haya visto la maravillosa belleza de esta esfera, no puede concebir su magnificencia.

Estoy tan feliz que me parece que no puede haber mayor felicidad, y sin embargo, mi madre me dice que la hay, y que el Amor Divino de las esferas superiores es mucho más intenso y está tan mucho más lleno de la Divinidad de Dios, que no puedo hacerme ni la más mínima idea sobre lo que es.

Ahora estoy tratando de alcanzar estas esferas superiores, y se me dice que la fe y la oración por la afluencia del Amor Divino en mi alma son los únicos instrumentos que me permitirán hacerlo. Mis oraciones son constantes y mi fe está creciendo, y me doy cuenta de que progresaré cuando el Espíritu Santo me llene de este Amor Divino, tal como espero que haga.

Como puedes ver, un gran elemento dentro del método de Dios para hacer felices a sus redimidos es poner delante de ellos una marca más alta para que la puedan perseguir, con la seguridad de que pueden alcanzarla.

Y bien, te he escrito una gran carta, y siento que debo detenerme ahora, ya que necesito dejar la atmósfera terrestre por un tiempo.

Así es que, con todo mi amor y bendiciones, se despide,
tu abuela,
Ann Rollins

Index: PJE19150305A
Author: Ann Rollins
Receiver: James E. Padgett
Location: Washington D.C.
Date: 05 Mar 1915
Sources: True Gospel, Vol II, page 24
Angelic Revelations, Vol I, page 297

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Abrirse a la verdad duele, es decir, la verdad expone el dolor, y gracias a ello nos liberamos

Índice
Abrirse a la verdad duele
La cadena de mentiras
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Abrirse a la verdad duele

El proceso de abrirnos a la verdad, parece que duele.

Literalmente por ejemplo Miller comenta que (abajo habrá unas pocas citas así, básicas, de él*):

La verdad nunca es dolorosa, nunca causa dolor, la verdad expone el dolor en el que ya te encuentras, debido a las mentiras que aceptaste.

A quién no le ha pasado que un verdadero amigo nos dice algo que nos toca la fibra sensible, algo que incomoda, que no se siente agradable (aunque quizá mucha gente nunca tuvo amigos de verdad, y quizá tampoco nosotros representamos este papel para nadie).

Parece que tiene algo de sentido aquello de que «quien bien te quiere te hará llorar», pero este dicho es tan malinterpretable…

Entonces, desde algo meramente desagradable, hasta un dolor agudo -emocional o físico-, en realidad muy a menudo quizá se trata del mismo fenómeno: una prueba de que la verdad expone el dolor que casi todo el mundo alberga, al haber aceptado mentiras.

Y si la verdad libera sería gracias a eso, ya que nos permite disolver o dejar fluir las emociones bloqueadas, los bloqueos que son ese dolor, o que nos lo provocan… y que no queremos atender.

El dolor a menudo apunta a esos bloqueos, y cuando el alma está -digamos- muy congestionada (recordemos que es «grabada» con emociones, creencias, deseos, etc., desde muy pronto en la vida física)… cuando está muy congestionada y necesita que se liberen cosas sí o sí**, el dolor puede ser muy intenso.

Pero necesitamos abrirnos a esas verdades concretas, personales, que a veces tanto nos incomodan, para sentirlas con humildad, para sentir la emoción y el dolor relacionados con esas verdades.

De esta manera es como parece que cultivaremos cada vez más el anhelo de tener y de expresar aquí la relación que nos une con el Creador/a de nuestras almas, y podemos recibir cada vez más verdad y amor divinos.

Como ya vimos, si no se sienten esos dolores como un niño pequeño lo haría, humildemente, entonces no se puede abrir el canal a más amor y más verdad.

Y, por cierto, es muy importante situarnos con claridad en esa relación, para poder discernir muy bien todo, ya que a veces, al abrir una herida del yo herido, esos dolores pueden verse aumentados o distorsionados por las personas desencarnadas que tenemos a menudo medio pegadas a nuestro cuerpo espiritual (y tan perdidas o más que nosotros en cuanto al proceso emocional, o en cuanto a saber acerca de la vida de progresión del alma, etc.).

Así es que, como vimos, por eso parece ser muy importante la relación con Dios, es decir, establecerse en una tierna relación con Dios, hablando claramente con Dios y nuestros verdaderos guías celestiales, para tener cada vez más claridad sobre los dolores y los miedos, etc.

Parece que necesitamos esa claridad en cuanto a de qué tratan realmente esas emociones, en cuanto a qué es lo que realmente tenemos entre manos en cada momento, pues, insistamos, a menudo la vida se embrolla tanto, que a veces son emociones de otros seres -tal como ya he comentado un poco también en la página sobre las emociones-.

En la vida se acumula mucha falsedad, y entonces, como en realidad somos un alma (en realidad, la mitad de una), aparece el dolor para que podamos corregir, simplemente para eso.

Lo hace de forma automática, ya que se trata de leyes, de las leyes amorosas de Dios que funcionan perfectamente para recordarnos que somos un alma, y que la verdadera dicha proviene de hacer las cosas en armonía con la verdad y con el amor.

A veces se trata de dolores físicos enormes… de emociones extrañas y abrumadoras…

Y, por supuesto, como ya sabemos, la gente meramente los aliviamos con adicciones de todo tipo para evitar sentir… o las aliviamos con todo tipo de cosas y rasgos de nuestra máscara o «yo de fachada».

Y esto es así porque nuestra cultura es o era directamente «anti-espiritual», es decir, estaba literalmente en contra de todo este conocimiento tan elemental sobre las cosas del alma.

Y, por cierto, es por eso que este mundo parece que ya es insostenible para nuestras almas, y también parece que es por eso que se permite que sucedan las cosas tan raras y bestiales que están sucediendo durante estos años (2020, 2021, etc.) con todas estas muestras de totalitarismo mundial**, etc.

Entonces, lógicamente de cierto modo hay que agradecer que «duela» el acto de abrirnos a la verdad, al exponerse ese dolor, esa herida… pues así podemos dejar que fluya de nuevo todo (cultivando ese sentido de la humildad que estamos viendo un poco en la página que trata sobre los elementos más básicos en este recorrido).

La recepción del amor de Dios suele provocar lloro, llanto. Pero muchas veces, antes de que eso suceda, la persona se abre por ejemplo a eventos que estaban olvidados, y estos eventos, recuerdos, pueden venir con dolor.

Ese proceso, tal como lo acabo de describir, parece automático, y lo vemos en muchas de las canalizaciones que tiene Miller de gente más o menos perdida que está en varios de los planos de la evolución del alma, o bien de gente que está aún apegada a la Tierra, y que de alguna manera contribuye a liar más las cosas aquí.

Ese proceso de llorar de gozo y liberación, ante el amor divino, se da muchas veces después de que la persona desencarnada se abra -al ser entrevistada por Miller- por ejemplo a recordar algo doloroso de su vida pasada en la Tierra.

En todas las pocas ocasiones en las que que, a día de hoy, creo haber tenido pequeños accesos de amor divino, me parece que ocurre lo mismo.

La cadena de mentiras

Y por cierto, ¿cuál es la falsedad, el error más grande, la mentira más grande, «monstruosa» -como la llama Miller-?

Es que podemos ser Dios, ser exactamente Dios, ser creadores de nuestras propias leyes universales, etc.

Pero no: siempre vamos a ser dependientes de las infinitas leyes del único Creador/creadora.

Pero entonces, a partir de esa monstruosa mentira, la humanidad -las humanidades- se adentran en la anarquía. Y como ya sabemos, al contar una mentira, tienes que contar muchas más para sostenerla.

A todo error lo acompaña la penalización del dolor relativo a ese error. Y el miedo es siempre ese dolor. Siempre hay miedo asociado a cualquier error. Cada vez que negamos la verdad, se crea automáticamente miedo sobre ese asunto.

Así pues, como hemos visto en las citas, todo error, toda mentira, conlleva automáticamente una especie de penalización de dolor.

El miedo es un resultado directo de que nosotros no comprendamos la verdad en un momento dado.

Entonces, ese dolor y miedo relativos al error, surgen para «avisarnos» de lo que realmente pasa, y poder corregirlo. Lo hemos visto ya un poco en el contexto de los fundamentos, acerca de la cualidad siempre amorosa de todas las leyes de Dios.

Esa «penalización» estará inmediatamente en el alma; la sentiremos inmediatamente ahí, aunque podríamos decir que «no solemos darnos cuenta de lo que pasa» debido a que estamos así como anestesiados (es decir, habitamos muy poco «en el alma»).

Y fijémonos en la simple conexión dolor-error-miedo que se presenta en la cita arriba: el dolor del error es siempre miedo.

Siempre hay pues una mentira previa que creó miedo, y a partir de ese miedo solemos fabricar más mentiras… etc.

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* Y como sucede a partir de la navidad del 2020 en muchos de los textos que estoy haciendo para esta web (con o sin formato audio), en ellos entrevero citas casi literales, y muchas ideas básicas, de los materiales de Miller y Mary.

** Sobre esta aparente necesidad de que se «limpien» o se liberen cosas, sí o sí, a nivel personal y a la vez planetario, he comentado un poco últimamente por ejemplo aquí:

La misma influencia que operó en los totalitarismos parece que opera hoy en muchas élites

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Materiales en internet sobre el tema, de Miller y Mary:
What are the original causes of fears & terrors that dominate the planet?:
https://www.youtube.com/watch?v=Ud7hm6fRMr8

Lo que nos muestran muchas de las canalizaciones «nueva era» es nuestra herida emocional. El mensaje no es la información, sino la emoción por sanar

Al hilo de lo que estamos viendo en cuanto a la influencia de otros planos o dimensiones (por lo tanto, dentro de nuestro punto B.4), vemos este texto, que voy a titular aún más largamente (me gustan los títulos feos y largos 🙂 ):

Lo que nos muestran muchas canalizaciones "nueva era" es nuestra herida emocional. El mensaje no es la información, sino el hecho de que apuntan a los bloqueos o heridas emocionales (de la persona humana, y del colectivo). Estas heridas son aprovechadas por espíritus de hasta la 6ª dimensión que no están en el camino de la verdad divina

Antes de nada, ese camino de la verdad y el amor divinos, que aparece en el título… conlleva que todos como almas somos iguales.

Somos iguales a muchos de esos «espíritus» (los llamaremos así de forma clásica), esos espíritus avanzados, que llegaron a dimensiones más avanzadas en «lecciones de amor» (amor natural).

¿Qué hacen? Describamos primero lo que hacen los espíritus que llamaremos «listillos», «cariñosamente»:
– transmiten información y sensaciones a los humanos, por su cuenta,
– para ello, usan a los canales humanos en gran medida a través de sus heridas emocionales…
– a veces no se presentan por lo que realmente son,
– no tienen un verdadero interés por todo lo que existe «por encima» de ellos (a lo cual nosotros y nuestros guías personales sí están y estamos conectados).

Esas personalidades «listillas» están o estaban en el juego de hacerse dioses por su cuenta, cosa esta que pueden hacer hasta la dimensión 6.

Parece que tienen buenas intenciones… hablan de la realización de la persona, etc… Y así, «capturan» o intentan capturar, algo de libre albedrío humano, ya que no quieren una relación directa con el creador de sus almas.

Pero todos somos iguales como almas.

Así, los Seths y otros tienen -como ya vimos- palabras que, sacadas de su contexto y sacándolas de la compañía de algunas creencias falsas… son o parecen ser útiles.

Sin embargo, podríamos decir que embaucan para poder vender, dentro del paquete completo, algunas grandes mentiras que ellos consideran que es muy importante preservar.

Lo consideran así porque están en el camino de la autodependencia, y quieren preservar su identidad. Pero, por muy buenas intenciones que haya en este camino del amor natural más o menos polarizado en depender-de-uno-mismo…, no saben lo que hacen -al no tener el cuadro completo-.

El paquete entero es falso, y la intención está teñida de control, etc., aunque sea con muy diversos matices.

Estos «espíritus», por cierto, pueden en cualquier momento entregarse a la vía que sí es efectivamente eterna, el camino del amor divino.

Y no hay condena, por supuesto.

Pero sí que en algún momento necesitamos cierta claridad, que aquí empezamos a abordar.

Concretamente en un caso Miller nos dice lo que ha experimentado
al hablar con Ramtha:

Ramtha ya se habría pasado al camino de la verdad divina, hace unos años, después de canalizar -durante la primera parte de sus transmisiones- muchas cosas del camino de la autodependencia (sin la relación directa con Dios, autoendiosándose, digamos, al estilo de lo que conocemos de Seth -algunos de cuyos libros inéditos en español ahora me arrepiento de haber traducido 🙂 para la versión antigua de esta web, anterior a navidades del 2020-).

Así pues, siempre habrá que tener claro que, si pueden conectar con nosotros, es por resonancia con nuestras heridas profundas en cuanto a la vida.

Son heridas que sentimos, y se nos imprimen, a menudo muy profundamente en el mismo estado de feto.

Esas heridas nos ponen en resonancia de profunda amargura con respecto al creador de la vida y de nuestras almas, y esos matices de amargura tiñen el camino del amor con matices autodependientes (polarizado hacia esa autodependencia con más o menos dramatismo, en ese camino que de entrada es «sin Dios»).
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