Odiar «Israel» es seguirles el juego, el «guión»

Odiar «Israel» es al parecer lo que quieren quienes manipulan esto,
pues es darles «energía».

Mientras odiamos, no estamos eliminando el miedo personal, nuestro.

Y toda forma de violencia
(sea de pensamiento o de obra)
es vivir protegiendo el miedo.

Dios es amor, y no tiene nada en contra del peor de los asesinos;
y sí tiene mucho «en contra» de sus pecados.

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Para más cosas relacionadas, ver por ejemplo la etiqueta «geopolítica«

La escatología dirige la geopolítica

[En este audio
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vemos este texto y lo comentamos un poco, añadiendo algunas cosas más en relación con «la verdad divina»]

Recordemos que con la palabra ‘escatología‘ se haría referencia a todo lo que tenga que ver con la vida tras la muerte, el destino de la humanidad, el fin del mundo…

En el vídeo enlazado y presentado abajo incluyendo su título, el profesor Jiang presenta las escatologías como guiones que sirven para la coordinación inconsciente.

Vamos a ver y parafrasear lo expuesto ahí.

Él defiende además la idea de que las escatologías son convergentes.

Entonces, ante la pregunta: ¿cómo nos cohesionamos, o se intenta cohesionar, a los grupos humanos?… Podríamos decir que esto se hace «inconscientemente», o se suele decir así.

Es decir, nos cohesionamos via relatos compartidos, creencias… pero respecto a cosas «de gran calado» ─destino, origen…─.

Estos relatos o esquemas que vamos a ver son en realidad plenamente compartidos sólo por una minoría de personas dentro de cada religión o cultura.

Jiang propone seis diferentes versiones de escatología, pues son muy diversas, además de ser dinámicas, en cuanto que historias que, digamos, pretenden competir para mejor capturar la imaginación de los creyentes ─y que entonces pueden compartir elementos entre sí, dinámicamente─.

Jiang insiste en que no son lo principal de las religiones en las que existen, es decir, que los grupos que sostienen estas cosas serían más bien los más extremistas dentro de sus respectivas religiones o culturas ─los más «fanáticos»─.

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¿Por qué tanto lío con el nombre de «Israel»?

[Este texto es comentado, extendido y leído un poco en un audio de los que estoy haciendo sobre los mensajes de Padgett, ya que allí Jesús habla del tema «mesías», etc.]

Estas, a continuación, son algunas cosas muy sencillas, que quizá saltan a la vista sin más, y que vimos hace tiempo.

Son unos ingredientes que, como receta, casi se reúnen por sí solos para dar cierto «plato», es decir, cierta comprensión… pues lo siguiente es sólo una «receta» para que cada cual pueda entender, si se quiere, «lo que está pasando», en esta batalla que en realidad se da en el alma de cada uno:

─ Cuando se conoce lo que realmente conlleva Jesús, y lo que rodea a Jesús, se entiende lo que sucede con este lío con Israel y demás batallitas.

─ A nivel superficial, se trataría básicamente de realizar el plan mesiánico «a la antigua usanza», es decir, imperialista.

─ Se trataría de aquel plan que conlleva que un «nombre» (Israel), como lugar y/o como gente, consiga establecerse por encima de las demás naciones (como faro, que además sería un faro pretendidamente «espiritual», parece).

─ Y por ejemplo se trataría de que dicho «nombre» nunca más sea llevado a esclavitud, como sí sucedió históricamente a eso que llaman «Israel».

─ Parece que, para lograr eso, pueden esclavizar a su vez «ellos» a quien sea necesario esclavizar. Y por cierto, esto, como vemos, parece despuntar ahora como posibilidad en cuanto que el «imperio americano» podría desvanecerse, y habría de ser seguido por otro imperio o por otra «configuración de fuerzas», digamos.

─ Y en los deseos de la gente que defiende «el nombre de Israel» suponemos que lo ideal sería que fuera sucedido por un imperio centrado en «lo israelita» ─tanto de manera quizá geográfica como «conceptual»─.

─ Esto es contrario a una interpretación muy conocida de lo que simbólicamente representa el nombre de Israel en la lectura bíblica clásica: Israel representa la humanidad esclavizada y la posibilidad de liberarla (históricamente de liberarla de Egipto, como representación también simbólica del pecado).

─ Esa esclavitud es pues, en realidad, la esclavitud por el pecado, es decir, el hecho de que colectiva e individualmente somos esclavos del pecado (es decir, de las «malas emociones» ─miedo, vergüenza…─ dentro de nosotros, que, al ejercer el libre albedrío, nos llevan a querer cosas que en el fondo son degradantes para nosotros, los demás, y el ambiente).

─ Como siempre, todos estos «manejos controladores» (para controlar una definición de humanidad y de cómo se ama o se deja de amar a la humanidad) sólo pueden funcionar (y sólo se pueden intentar monopolizar por quien sea), si nosotros en general cedemos «nuestra alma», es decir, si no nos sanamos realmente, si no sanamos realmente las heridas emocionales, y, en vez de sanarlas nos seguimos protegiendo en el miedo, viviendo en el miedo y demás «emociones heridas», como la vergüenza.

─ Es sabido que Jesús tuvo que forcejear con ese tema del «mesías», de su concepto: Muchas personas que Jesús tenía alrededor al parecer querían que él fuera aquel «mesías político» que llevara a brillar a la nación de los israelitas (y que lo hiciera con poderes incluso «divinos», que ayudaran a que la «nación» tuviera ese papel mundial director).

─ Recordemos que el despliegue y el desarrollo de la condición del alma de Jesús habría sido algo que efectivamente pareció ser «sobrenatural», ya que fue transformando su alma gracias al amor de Dios, cosa que por fin alguien por primera vez pudo recibir y «demostrar» ─primera vez en la tierra y en el mundo espiritual, pues nunca habría estado abierta esa posibilidad hasta el evento con Jesús, después de que la humanidad la hubiera perdido, al principio de la historia humana en la tierra─.

─ Un tema fundamental, entonces, en estas batallitas que vemos en su aspecto superficial (guerras, etc.), también parecería ser el de querer demostrar que Jesús «no tenía razón», y que aquellos gobernantes o creyentes en dogmas bíblicos sí tenían la razón en creer que el «mesías» debía ser uno político, «imperialista» incluso ─digamos─, además de sobrenatural.

─ Esto es importante, pues en las diversas «dimensiones» del mundo espiritual, y mientras la gente allí (y aquí) no se enfoquen (no nos enfoquemos) realmente en Dios, resulta que muchísimos desencarnados (y nosotros) todavía tienen (tenemos) apegos por las tradiciones, lenguajes, religiones y «anti-religiones», etc.

─ Dichos apegos son contrarrestados por lo que vino Jesús a demostrar con el ejemplo: Jesús habría sido quien primero pudo demostrar que todos podíamos ser transformados efectivamente por el amor de Dios, cosa que nunca habría pasado antes de ese evento con Jesús, y cosa esta que se abrió como posibilidad en aquel entonces, para todos, incluyendo la gente que hay (miles de millones) en las dimensiones o «esferas» del mundo espiritual.

─ Esa relación real con Dios, por cierto, es «incontrolable», y realmente muy poderosa, aunque, como sucede con todo amor, el amor de Dios no es obligatorio, y por eso es un regalo que estamos rechazando y podemos rechazar, pues somos libres.

─ Mientras estamos en conflicto, estamos entretenidos con algo que no es ese foco en Dios, en recibir amor de Dios.

─ Así, en los conflictos, siempre pierde ese sustrato «no visto», «no entendido». En todo conflicto y guerra parece que siempre se pierden «posibilidades superiores», si las hay ─como en este caso la habría: la posibilidad de recibir amor de Dios, que sería la «posibilidad suprema» para el alma de cualquier ser humano─.

─ [y lo siguiente, como contexto y recordatorio, es siempre necesario saberlo: ]
hay una influencia continua por parte de desencarnados en las personas como nosotros, las aún encarnadas. Es una influencia que lógicamente también puede ser de nuestra parte hacia ellos, aunque de otra manera y con otra intensidad. (Gracias a esto se puede entender la obsesión globalizada con un nombre como el de «Israel», o con cualquier otra cosa que, digamos, parece «abstracta».)

─ Estos desencarnados se alían en grupos para guiar y/o controlar «la tierra», y lo hacen con muy diversos fines, aunque si hay un matiz de control en tal proceso de guía o dirección, aunque sea un matiz muy ligero ─y por muy «buenos» que sean los fines─, entonces, las labores de los desencarnados no están realmente en armonía con Dios, pues Dios no controla, sino que ama y libera realmente (si queréis creer que existe, y si lo definimos tal como se define normalmente).

El juego de los desencarnados negativos con nuestras identidades, adicciones emocionales… ¿los casos quizá más notorios de la historia?

Índice
– Introducción
– La locura de lo que pasa en torno a Israel como ejemplo paradigmático
– La unión Israel – Estados Unidos
– Es lógico que nos gobiernen desalmados (por ley)
– Los desastres naturales
Juego con identidades por parte de desencarnados
– Espiritualidad “popular”, y un cambio completo en el concepto de historia y de antropología
– Antropología, relato, etc., algunas notas

[Texto en formato pdf junto los otros dos principales de agosto 2021: pdf]
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Introducción

Previamente hemos hablado (en este agosto del 2021, donde propuse varias invitaciones a sentir algunas cosas muy básicas de la verdad divina…), hemos hablado… de cómo la Nueva Era va “contra Dios”, de diversas formas (es decir, esta especie de nueva era que se cierne en el horizonte tras los posibles “reseteos” globales). Ver:
La “Nueva Era” como intento de anestesiar el alma humana contra Dios
https://www.unplandivino.net/nueva-era-brecha-tecnologia/

En este tercer texto y vídeo quiero invitaros a completar o corregir por vuestra cuenta estas observaciones… y a sentir el tema de cómo muchos tipos de políticos y de gente así, por todo el mundo, también actúan conjuntamente “contra Dios”… tal como nosotros lo hacemos, cada uno personalmente, al repeler la conciencia -como ya vimos en el primer texto de agosto-:
Desmitificando completamente a Dios
https://www.unplandivino.net/contra-la-verdad-de-dios-desde-peques/
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Durante milenios se repiten temas o siguen dándose patrones de acciones que crean caos y destrucción, gracias en parte a la influencia de desencarnados… y en una especie de “objetivo compartido”, es decir, por ejemplo con el objetivo de poder seguir jugando al juego de las naciones, imperios, dominio… “sin Dios”, es decir, negando el alma (al reforzar la idea de superioridad, de muchas maneras).

La locura de lo que pasa en torno a Israel como ejemplo paradigmático

La locura de lo que pasa con Israel y todo lo que rodea a este Estado quizá nos sirve como un caso clave a la hora de estudiar la influencia milenaria de desencarnados en los asuntos humanos colectivos, políticos.

La historia es muy compleja, claro está, pero sí existe un rasgo muy claro: hace casi 2000 años los romanos destruyeron el Estado judío, en un territorio que, por lo que se ve, la tradición judía considera en realidad su tierra, su tierra prometida, etc.

Como siempre, a los desencarnados más negativos les interesa buscar el conflicto por el mero conflicto (con la excusa que sea…)… buscan la confrontación, el caos, la destrucción y el sometimiento o control de humanos, con diversas excusas.

Ha habido varias oleadas de emigración pacífica de judíos hacia ese territorio “prometido” de lo que es ahora Israel, así como también ha habido muchos movimientos y acciones ya no tan pacíficas por parte de musulmanes y de judíos (y cristianos).

Podemos conjeturar que en el fondo es como que hubiera ocurrido una especie de “sacrificio” de judíos, por todas partes (la persecución de los nazis, dentro de la eliminación de muchas etnias y grupos, la eliminación que hicieron… habría sido el colofón más terrible).

Esto es un sacrificio de personas de esa tradición judía, en Europa… es decir, una especie de sacrificio de un “pueblo”, pero el pueblo ¿de quién?

Ya sabemos al final cómo muy a menudo sucede que se termina usando la “energía de víctima” para fines relativos al poder, al control… pues “ser víctima” puede justificar muchas desigualdades e injusticias más o menos “vengativas” contra los verdugos o perpetradores, o contra los supuestos perpetradores (y da igual el bando, lo que interesa a los negativos es que sigan vivas las actitudes como la de: “ojo por ojo, diente por diente”).

Entonces… “su” pueblo… ¿“su”, de quién?

¿Sería en parte el “pueblo” de algunos desencarnados muy aburridos y muy adictos a la sensación de superioridad, etc.?

Quizá sucede que una gran parte de los desencarnados que ahora están asociados a las heridas emocionales de muchas personas que están en ese conflicto y juegos de poder… quizá sean las mismas personas desencarnadas que se harían llamar “Dios” o “dioses” en los relatos de las diversas épocas bíblicas, los relatos de la Biblia… donde había mucha influencia espiritual de todo tipo de espíritus más o menos brillantes, o directamente negativos del plano 1. Continuar leyendo «El juego de los desencarnados negativos con nuestras identidades, adicciones emocionales… ¿los casos quizá más notorios de la historia?»