Emmanuel Swedenborg: Escribe sobre los infiernos

Este mensaje abajo es del célebre Swedenborg. Dado en 1915, se trata del mensaje al que hace referencia Herodes en su breve comentario sobre los infiernos que vimos aquí (enlace a la entrada con los enlaces a vídeo, etc.).

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17 Dic 1915

Emmanuel Swedenborg: Escribe sobre los infiernos.

Permíteme escribir unas líneas, ya que deseo escribirte algunas verdades sobre lo que tú y tu amigo estaban discutiendo; a saber, si existen los infiernos que se describen en los mensajes contenidos en el libro («La Inmortalidad» del Dr. Peeble) que has estado leyendo esta noche.

Pues bien, debes saber que en los planos espirituales el infierno es un lugar además de una condición, y que como lugar tiene todos los aditamentos que lo hacen realidad para los espíritus que lo habitan. Por supuesto, las condiciones de los espíritus que están en estos infiernos están determinadas por sus recuerdos elaborados por sus conciencias [«consciences», es decir, hacer referencia a ese sentido de la verdad de Dios en el alma]. Pero a pesar de que estos recuerdos son los que causan sus sufrimientos, sin embargo, las apariencias de los lugares en que viven se deben a algo más que estos meros recuerdos, pues, como se os ha informado, todos estos espíritus están en la oscuridad, siendo el grado de oscuridad en que viven determinado por sus recuerdos. Quiero decir que cuando el espíritu tiene recuerdos de obras que han sido hechas o no hechas, que no son tan malos como los recuerdos de otro, el primer espíritu está en un lugar donde hay menos oscuridad que el segundo.

Estos lugares tienen su propia condición fija de oscuridad y de penumbra, y muchos otros aditamentos que aumentan los sufrimientos que los espíritus tienen que soportar.

No hay, por supuesto, fuegos y lagos de azufre, y diablos con horcas que aumenten los sufrimientos de los espíritus, pero, sin embargo, hay ciertas condiciones y apariencias que están fuera de los propios espíritus, lo que hace que sus recuerdos se agudicen y obren de manera que produzcan un mayor grado de sufrimiento.

Estos infiernos pueden ser lugares de cavernas y rocas y yermos y agujeros oscuros y otras cosas como las que se han escrito; y los mortales deben saber que los espíritus malignos no viven en lugares agradables y solo sufren los castigos que sus recuerdos les traen.

Y aunque los infiernos de los ortodoxos son en sus descripciones muy exagerados, sin embargo hay algo de verdad en las ideas que estas descripciones transmiten en cuanto a que los infiernos son lugares en los que hay tinieblas y muchas apariencias acompañantes que se suman a las torturas de los espíritus del mal.

Os digo esto porque veo que queréis saber la verdad, y por la razón adicional de que no creéis que existan lugares tan distintos como los infiernos; y que las tinieblas de que hablan los espíritus en sus comunicaciones a vosotros son, en vuestra opinión, producidas por las condiciones de las mentes y de las almas de los espíritus que escriben.

Pero tal opinión no es del todo correcta, y es mejor que los hombres sepan que los meros recuerdos no incluyen todo lo que son los infiernos.

Decís que a veces tenéis vuestros infiernos en la tierra, y eso es cierto hasta cierto punto, y muchos hombres sufren mucho por sus conciencias y remordimientos, pero cuando vienen al mundo de los espíritus, si no han salido de la condición en la que estos recuerdos y remordimientos los colocan, encontrarán que les espera ese lugar o sitio que se sumará a sus sufrimientos que surgen de los recuerdos de las malas acciones cometidas mientras estaban en la tierra. Estos espíritus malignos viven en comunidades, porque la ley de la atracción opera en estos planos oscuros e inferiores como lo hace en las esferas superiores, y hace que los espíritus de condiciones similares o parecidas se congreguen y encuentren consuelo, o lo que a veces pueden creer que es consuelo, en la compañía de los demás.

Estos infiernos están en los planos más próximos a la tierra, y estos espíritus no están confinados todo el tiempo en un infierno particular; tienen el privilegio de moverse a voluntad a lo largo de este plano, pero dondequiera que vayan encuentran que están en estos infiernos, y no pueden escapar de ellos, a menos que acepten la ayuda de espíritus que puedan instruirlos (en) lo que deben hacer.

Pues bien, cuando vienen a escribir no están muy lejos de estos infiernos, porque el plano en el que viven es una parte del plano en el que viven los habitantes de la tierra.

Por supuesto, no quiero decir que esa porción del plano terrestre que rodea a vuestra tierra esté compuesta enteramente por estos infiernos, pues eso no es cierto, ya que la esfera terrestre tiene en ella una luz considerable y algo de felicidad. Y debéis recordar además que hay muchos planos en este plano terrestre.

Estos espíritus, mientras tienen sus moradas en estos infiernos, tienen el privilegio de dejar estas localidades particulares y vagar por un corto tiempo en y sobre otras partes de este plano terrestre; pero esto es sólo por un corto tiempo, y tienen que regresar a los lugares donde han sido colocados, y a los cuales esta ley de atracción, de la que hablo, los atrae.

Pues bien, hay miles de millones de espíritus malignos, y nunca hay un momento en que algunos de ellos, miles de ellos, no estén rodeando y tratando de utilizar sus malas influencias sobre los mortales. No sabemos por qué se permite esto, sólo sabemos que es así. Y aquí también opera la gran ley de la atracción, pues muchos mortales se encuentran en condiciones de desarrollo y de malos pensamientos similares a las de estos espíritus malignos, y naturalmente, estos espíritus malignos son atraídos hacia ellos y vienen a ellos. Y con frecuencia sucede que, mientras visitan a estos mortales de condiciones similares a las suyas, intentan influir en los mortales que están en un mejor estado de condición moral y espiritual, y a veces consiguen hacerles daño.

Pero el gran hecho es que estos espíritus malignos tienen un lugar de vida, donde tienen que permanecer, hasta que por la operación de la ley de compensación son aliviados de algunas de sus tendencias y deseos malignos, cuando se les permite progresar.

La razón principal por la que os escribo es para que sepáis que hay infiernos tanto de lugares como de condiciones, y que estos lugares, por lo que contienen y por sus apariencias, aumentan el sufrimiento de los espíritus.

Como he escrito mucho tiempo me detendré, y diré que soy un cristiano y un habitante de las Esferas Celestiales, y uno de la banda de espíritus que os está ayudando en vuestra gran obra del Maestro. Así que al dejaros me despido,

tu hermano en Cristo,

SWEDENBORG

el Vidente.
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Mensaje original:
https://divinetruth.com/sites/main/en/pje/PJE19151217A.htm

Index:

PJE19151217A

Author:

Emmanuel Swedenborg

Receiver:

James E. Padgett

Location:

Washington D.C.

Date:

17 Dec 1915

Sources:

True Gospel, Vol II, page 283