Mensaje del judío errante (no era leyenda) | Padgett, 1917; más mensajes de Juan y Helen corroborando

En este audio vemos varios mensajes sobre el tema del judío errante (ver abajo enlace a audio y los textos).

Enlaces audio: en ivoox / descarga

En primer lugar es un mensaje directamente del mismo «judío errante», dado el 21 de junio de 1917, a través de Padgett. También en el mismo día escribieron Juan y Helen para corroborar. Coloco también esos dos mensajes debajo.

21 de junio de 1917
El judío errante

Soy el hombre que dijo a Jesús mientras llevaba su cruz al Calvario: «Sigue/muere (pass on)», y a quien él dijo: «Quédate hasta que yo venga»; y durante años y años esperé, hasta que por fin vino a mí, no como el Jesús reencarnado, sino como mi hermano y amigo en la posesión del Amor Divino, que recibí en mi alma después de los largos años de espera y sufrimiento en la tierra.

Sé que esto es considerado una leyenda por los mortales, pero para mí fue un hecho vital y doloroso. Yo era verdaderamente el judío errante y no encontraba descanso en ninguna parte, y ni siquiera la muerte venía a liberarme de una vida que era una tortura, y una causa de recuerdo de mi inhumanidad hacia el verdadero Jesús.

Ahora ya llevo en la vida espiritual muchos siglos, y estoy en los Ámbitos Celestiales, porque el Amor Divino del Padre es suficiente para redimir al más vil de los mortales y a los autores de los mayores pecados, de sus condiciones de oscuridad y sufrimientos.

Si hubiera sabido qué hijo amado de Dios era el Maestro cuando pronuncié mis viles palabras y crueles maldiciones, nunca habría abierto la boca excepto para bendecirle y consolarle mientras recorría su fatigoso camino hacia la cruz; pero no lo sabía, y pensaba que estaba sirviendo a mi Dios cuando le injuriaba, diciendo que, tal como yo creía, él era un blasfemo y destructor de nuestra religión.

Pero pagué la pena incluso mientras estaba en la tierra, y sufrí unas torturas que ningún hombre puede entender, pues mientras seguía viviendo, y la muerte siempre huía de mí, empecé a darme cuenta, y lo hice, de que había cometido un pecado contra los elegidos del Padre, y su, quiero decir, la sentencia de Jesús sobre mí, se convirtió en una cosa de maravillosa realidad y siempre presente realidad.

Pero ahora sé que él me amaba incluso a mí, y que mientras yo vagaba y sufría él estaba conmigo tratando de ayudarme a abrir mi alma al Amor Divino, que era mi único liberador de mi condena.

Sé que esto puede parecerte extraño e increíble, y que no es posible en el funcionamiento de la economía de Dios en el trato con sus criaturas, pero fue cierto, y lo sé. ¡Pero el maravilloso amor! Oh, ¿cómo puedo expresar mis sentimientos de gratitud hacia el Padre y hacia Jesús? Mientras yo permanecía en mi estado de ignorancia y descorazonamiento, ese mismo Jesús estuvo conmigo muchas veces en su amor, tratando de ayudarme. Muchos espíritus me han dicho esto, y es verdad.

Escribo esto porque quiero que tú y el mundo sepáis que ese Amor está esperando a toda la humanidad, y que no hay pecador tan vil al que no pueda convertir en Ángel Divino de los Ámbitos Celestiales de Dios.

No escribiré más ahora, excepto para decir que siempre que leas de mí, recuerda que ya no soy el judío errante, sino un hijo redimido del pecado y del error, y muy querido por ese mismo Jesús al que traté tan cruelmente.

Con mi amor te diré, buenas noches.

Firmaré como mejor se me conoce,
El judío errante

Juan: Confirmando la experiencia que le llegó al «Judío Errante».

Estoy aquí, Juan, Apóstol de Jesús.

Bien, te sorprendió el último mensaje y no es extraño, pues sé que para ti esta historia era una mera leyenda, como lo es para la mayoría de los demás de la vida mortal, que han pensado en el tema.

Y además, el judío errante no estaba en tu mente, como yo sé, pues estuve presente antes de que empezaras a escribir y sé exactamente cuál era el contenido de tu mente y qué expectativas tenías.

Recito estos hechos para imprimir en ti que este mensaje no es el resultado de ninguna mente subconsciente de la que hablan los filósofos, sino que el mensaje vino únicamente porque el espíritu que escribió vino a ti y tomó el control de tu cerebro y tus manos, y realmente escribió el mensaje.

Es verdaderamente el hombre conocido como el Judío Errante, y la leyenda es cierta en cuanto a que trató al Maestro como él dijo y la sentencia del Maestro sobre él de «quedarse hasta que él venga».

Naturalmente, surge la pregunta de cómo pudo el Maestro imponer semejante sentencia, o qué poder tenía el Maestro para hacer algo tan contrario a todas las leyes ordinarias conocidas de Dios.

Bien, la pregunta es pertinente y adecuada y merece una respuesta. En el momento de la crucifixión del Maestro, este estaba rodeado de una gran hueste de espíritus, en los que estaban investidos los más maravillosos poderes del mundo espiritual, y le acompañaron en su fatigosa marcha hacia la cruz maldita, todos ellos tratando de sostenerle, y escuchando sus palabras, y muchos de ellos conociendo sus pensamientos y los afanes de su alma; y cuando descansó a causa de la carga de llevar la cruz, estaban con él y escucharon la inhumana orden del judío y la respuesta del Maestro, y entonces determinaron que la sentencia se cumpliera y no terminara nunca hasta que el judío hubiera recorrido el fatigoso camino del sufrimiento que vio que Jesús estaba recorriendo, y hasta que buscara alivio en ese camino que el propio Maestro vino a la tierra para dar a conocer a los mortales, y este judío estaba entre ellos (los mortales).

Los espíritus estaban con el judío sosteniéndolo continuamente en su vida física para que el amigo por el que esperaba y oraba -me refiero a la muerte- no llegara a él hasta que primero viniera el Gran Amor del Padre a redimirlo de los resultados de la sentencia. Y por extraño que te parezca, al mismo tiempo que estos espíritus ejercían sus poderes para prolongar la vida física del hombre, también trataban de influir en él para que abriera su alma a la afluencia del Amor; y entre los que así trabajaban estaba el propio Maestro.

Pero las viejas creencias de este judío en las enseñanzas de las leyes de Moisés, y en Abraham como su padre y gran medio de su salvación, y ese gran poder que poseía -la voluntad humana-, impidieron la apertura de su alma durante muchos y largos años, y no fue hasta que se convenció de que la sentencia del Maestro se estaba cumpliendo, que comenzó a darse cuenta de que las enseñanzas de su iglesia y de su padre Abraham no eran suficientes para su salvación de la terrible condena pronunciada sobre él; y le vino el pensamiento de que el hombre al que había maldecido podría ser el verdadero hijo de Dios, y que sus enseñanzas del único camino hacia el Padre y la felicidad eran a través de este Amor; pues entretanto había vivido entre los cristianos y había aprendido cuáles eran las enseñanzas de este amor, y que este esperaba a todos, y podía ser obtenido por todos mediante la oración y la sumisión de la voluntad humana.

Pues bien, sufrió y buscó por todos los medios obtener esta muerte, pero siempre le evadía, hasta que al final su voluntad se quebró y le llegó la verdad y con ella la oración, y entonces llegó la libertad; porque debo deciros que cuando el alma de un mortal ora con fervor y con verdaderos anhelos, todos los poderes de todos los espíritus de los Cielos espirituales o Celestiales no pueden impedir que ese Amor responda a las oraciones, y haga que el alma anhelante sea libre y se una, hasta cierto punto, con el Padre.

Las oraciones de los espíritus y de los ángeles no pueden existir en contra de las exigencias de ese Amor. Y siendo así, los mortales pueden comprender fácilmente que todos los poderes de los infiernos y de los malvados no pueden prevalecer contra ese Amor. Y así comprenderás además que las verdaderas oraciones de un alma anhelante son más poderosas y traerán la respuesta del Padre, que todos los poderes de los ángeles, los espíritus y los demonios combinados. Así podrás comprender qué importante criatura es un pobre ácaro de un mortal cuando con verdad y fervor viene al Padre, buscando Su Amor.

Pues bien, cuando vine esta noche, no pensaba escribir un mensaje como este, pero como me di cuenta de que puede que, al pensar en el mensaje del judío errante, dudéis de que las leyes de la naturaleza puedan ser relegadas incluso por orden del Maestro, pensé que lo mejor era escribiros como lo he hecho. De hecho, ninguna ley de la naturaleza fue relegada, sino que los poderes de los espíritus fueron ejercidos para preservar los órganos y las funciones físicas de este judío, de modo que la vida permaneciera, y el principio vitalizador realizara su trabajo para preservar al judío como mortal vivo.

No os asombréis de esto, porque debo deciros que antes de que estos mensajes se completen se os informará de muchas verdades que serán más asombrosas y contrarias a lo que los hombres llaman las leyes de la naturaleza, que el caso del judío errante.

No escribiré más ahora, y con mi amor para ti y tu amigo, me despido.

Tu hermano en Cristo,
Juan

Helen: Comentarios sobre el mensaje del Judío Errante.

Estoy aquí, tu verdadera y amorosa Helen

Bueno, querido, esta noche has recibido unos mensajes muy sorprendentes y no me extraña que pienses que no sean justamente de quien representan ser, pero el hecho es que las personas que profesan escribir lo hicieron realmente.

El judío es un espíritu muy brillante de las esferas celestiales, pero muy humilde, y el efecto de su gran sufrimiento en la tierra se muestra claramente en su gran humildad. ¡Qué maravillosa es esta experiencia!

Y cuando te habló de sus largos y fatigosos años en la tierra, pareció por un momento que repasaba la experiencia de nuevo; pero, por supuesto, no lo hizo, porque el amor que hay en él impidió que el dolor de esos años encontrara algo más que un alojamiento temporal en sus recuerdos. Pues bien, se puede creer en la verdad de lo que escribió, no sólo porque Juan lo corroboró, sino porque muchos otros espíritus que estuvieron presentes en aquel momento dicen que es verdad.

Tu propia y verdadera,
Helen

Mensaje original (solo el primero):
https://divinetruth.com/sites/main/en/pje/PJE19170621A.htm

Resto encontrable en:
https://divinetruth.com/sites/main/en/index.htm#padgett.htm