Cómo se usan a menudo los bebés para que el hermanito mayor se haga su fachada, complaciendo a la mamá

En este audio (enlace a transcripción abajo, con aclaraciones)…
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… vemos una situación real, sencilla, que sucedió entre dos hermanitos y una mamá.

– Enlace a la transcripción: pdf, 9 páginas.

Uno de los hermanos es un bebé que llora.

El hermano mayor (5 años de edad) dice: «quiere molestar» (refiriéndose al bebé, atribuyéndole esa voluntad).

Evidentemente, esta situación, si no se trata, si no se entiende con lo que hemos visto sobre el alma… deriva en la literal locura que configura en gran medida esto que llamamos «civilización», o mejor dicho, muchas tendencias importantes en lo que rimbombantemente denominamos «civilización», pues, como vimos en otros audios, en gran parte lo que vivimos es un delirio «autosuficiente» e idólatra de la desarmonía, es decir, idólatra del pecado (actuación en desarmonía con los principios naturales, o de Dios, una actuación que daña el alma, y que por tanto tendrá efectos que habrá que gestionar, ya que el alma «gobierna»)… y ese delirio es superficialmente revestido de «civismo», «técnica», «educación», etc.

El hermano mayor puede terminar usando al bebé para crearse la fachada y complacer así a la mamá, pues el hermano mayor en general simplemente estaría sintiendo una frustración que en realidad es de la madre o del adulto que esté por ahí.

Esa frustración o enfado tampoco es de él, y la está «regalando», la está poniendo en palabras: «eh, el bebé quiere molestar». Está expresando una emoción que seguramente es en general de la madre, vivida en ese mismo momento – estaba con su madre en la situación real -: «siento que el bebé me quiere molestar» (emoción de la madre).

Este audio lo podríamos haber titulado también: «Cómo las mamás enseñan a juzgar», pues si al hermanito mayor se le deja sin más, y si él se cree su interpretación, entonces se le facilitará que él se cree, para sí mismo, esa especie de tendencia a juzgar, interpretar, condenar… etc.