(Este texto es solo un recordatorio breve, y un dejar ahí la pregunta del título.)
Una clave para entender las maniobras con lo físico, es decir:
─ la obsesión con manipular el cerebro, unirlo a máquinas, etc.
─ el hecho de llenarlo todo de radiaciones, etc.
… una clave, ahí, como ya vimos, sería nuestro cuerpo espíritu, es decir,
el hecho de que los desencarnados tienen la ventaja, por ahora,
de que ven el cuerpo espíritu con más claridad ─el suyo y el de cualquier «mortal»─,
y nosotros en general no lo vemos.
A dicho cuerpo lo llaman a veces «cuerpo energético», pues literalmente los desencarnados podrían ver, en colores, el fluir de las emociones, etc., con más precisión que nosotros, y por tanto, nos pueden manipular mejor… y en general nos dejamos manipular, para «bien» y para «mal»
(desde pequeños nos hacemos «a imagen de los adultos» y sus creencias, etc., al compartir los miedos generalizados… y así, perdemos la posibilidad de una buena percepción de los cuerpos energéticos).
Las maniobras que hacemos con lo físico, ya sea las más directas con el cerebro y máquinas… o bien en el tema general de meter mucho «ruido» en el entorno con radiaciones… todas esas cosas, pueden afectar a las conexiones entre nosotros y nuestra alma.
Es decir: afectarían a las conexiones primero entre nuestro cuerpo físico y nuestro cuerpo espíritu; y luego, a su vez, a las conexiones del cuerpo espíritu con el alma que «permite» la vida a ambos cuerpos.
El alma estaría directamente asociada al cuerpo espíritu, con su respectivo «cordón», y el cuerpo espíritu lo está con el físico, con el célebre «cordón plateado», cuya ruptura sería el momento que llamamos «muerte» ─por cierto, irreversible, tal ruptura del tal cordón─.
Los desencarnados simplemente ya están en su cuerpo espíritu, sin el físico. Son por ejemplo ese «demonio» benevolente (ese «eu-demon», por decirlo así) que le aconsejaba a Sócrates ─según parece registrado─ sólo lo que Sócrates NO debería hacer…
Y son, como nosotros, «almas», es decir, ese «ánimo», esa vida que es en realidad nuestro ser real (susceptible de la verdadera eternidad), y que sería también una sustancia en sí misma, pero no «corporal» en el sentido usual.
El alma sería lo que nos habilita para tener esta experiencia en el cuerpo físico y el cuerpo espíritu, una experiencia que es esencialmente diferente a la de los animales (muchos también tienen cuerpo espíritu, como se nota cuando se les ve soñando, muriendo, etc., pero no alma).
Ningún humano muere (tampoco los animales superiores). Así que todo el mundo va al mundo espiritual, y en general la gente puede visitar o medio permanecer en la Tierra, con diversos fines y adicciones (y a menudo en estados de bastante inconsciencia, por así decirlo).