Al hilo de este vídeo reciente (26 noviembre 2025) del canal de Guillermo… va un comentario.
Por cierto, este canal fue un bonito hallazgo, es decir, lo fue el encontrar alguien tan joven* hablando y mirando seriamente estas cosas que han marcado ciertos «hitos» (11-S, etc.), etc.
Por cierto, estuve en la presentación en Madrid del libro de Guillermo sobre Jünger (enhorabuena).
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Vivimos en una época de gran «cosecha de almas», al parecer; y ese sería una especie de concepto clave.
Como Julia, también tuve una especie de «navegación» o exploración por mundos de la «nueva espiritualidad» ─lo que llamarían «nueva era»─, y para bien y para mal creo que no fue tan larga, la exploración, como la que entiendo que atravesó ella (y, por cierto, a trancas y barrancas la apertura me sirvió, pues me llevó a algo muy definitivo).
Lo que me condujo a este giro algo brusco (aunque, claro, viniendo ya de «ser alternativo»… de estar alertado sobre el 11-S más fuertemente… y enterado de cosas como Hamer, etc.)… lo que me llevó a este giro** digamos más «loco espiritualista» pro new age, creo que fue una especie de «crisis emocional» que deriva de un pecado muy grande, que fue el de instigar un aborto en una pareja que tuve.
Ahora lo puedo ver algo mejor, en retrospectiva, creo, y entender como que esos grandes eventos (pecados grandes recibidos y/o cometidos… o eventos fuertes en general) pueden detonar que nuestra alma (la que responde a la «conciencia«, la parte de la «conscience», no la «consciousness» a secas) «grite» aún más… o «grite de otra manera»… ***
El diseño de las cosas en el nivel espiritual tiene una base simple, en el fondo, y análogamente a lo que ocurre con lo físico, donde hay cosas muy sencillas de entender, de constatar.
En lo físico esto es por ejemplo lo que tiene que ver con la gravedad a un nivel muy básico, y por ejemplo con el hecho de que dos cuerpos no pueden ocupar el mismo espacio a la vez, etc.
En «lo espiritual» hay equivalentes a esas cosas así de básicas y simples, con consecuencias muy profundas, claro está, así como las «cosas simples» en lo físico tienen consecuencias enormes (esos fenómenos tan homogéneamente aburridos… como el hecho de la gravedad, y que dan pie a esta estabilidad que vemos, esta permanencia, homogeneidad, comunidad posible, etc….).
En lo espiritual esto ocurre en relación al alma, por ejemplo.
En realidad no queremos entender estas cosas simples en el nivel de lo espiritual, y en eso la humanidad es mantenida y se automantiene artificialmente en pañales, como vemos (siendo que en realidad en otros «ciclos» históricos que nosotros no consideramos historia, previos a este… «ya siempre se habría sabido» casi todo lo básico).
Por eso habría tanto ataque de los controladores por ejemplo contra el hecho del libre albedrío ─»parte» básica del alma─, contra el mismo concepto de alma, etc.
Con «los controladores» me refiero a tipo Harari, y demás; es decir: a ellos y/o los desencarnados que los manejan en gran medida, ya que la influencia de desencarnados es indispensable para empezar a entender siquiera un poco la historia y lo que realmente sucede, o entender qué es la humanidad, etc.
No queremos entender las cosas simples del «tema espiritual» porque preferimos el lodo de lo complejo, lo misterioso, o engaños politiqueros como el de «la Trinidad» en el «cristianismo» (esa gran traición a «lo simple» que fue Jesús), etc.
No sé si se diría que vivimos literalmente como «cerdos» (perdonen los cerdos, ya que no son asi), autoenterrados en montañas de dolor emocional en cuya preservación nos hacemos daño (terror, vergüenza, miedo, ira sin soltar, etc.)… pero vestidos de colores y sonrisas y lloros y enfados de cartón (aunque estos últimos, al proyectar, causan más pupa directa 🙂 ).
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* Ya que hablé de juventudes y precocidades ajenas… nací en el 1974, 25 marzo para más inri.
** Por cierto, ese «giro brusco» ahora sé cómo se da: básicamente por medio de «aperturas» diferentes, a las cuales nos expone la condición de nuestra alma; cambios en el modo en que estamos abiertos a la influencia de desencarnados en nuestras heridas; cambios bruscos en nuestras heridas en general en cuanto a su «salir a la luz» debido a los eventos…
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Parece que siempre estamos un poco viviendo en reacción contra la verdad profunda emocional (para no sentir nuestro verdadero estado como almas). Es como que vivimos en la fachada**** para «no tener que sentir heridas»… y para no sentir esa «conciencia» (conscience), etc.
**** fachada:
Todo el mundo vive mucho o poco en la/s fachada/s, y ya se sabe que eso tiene o es «muchas caras»: que si fachada espiritual… de «salvador» o gurú… etc.; o fachada de «listo», «tonto», rebelde, madre/padre/abuelo…, pareja, amigo, etc…. ─en gran medida las relaciones las usamos en general así como para seguir «bloqueados»─.