La hermandad más allá de la perfección natural

En este texto y audio…

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Para el texto: ver abajo ─sólo en formato web, por ahora─.

… vemos lo desarrollado en el texto colocado abajo, que introduzco, leo, y apenas comento, en el audio.

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Texto

Índice
– Dos tipos de sensación de «hermandad»
– ¿Hermandad más real?
– La sensación de «oportunidad perdida» y un material relacionado
– Las trampas lógicas de los diversos caminos del amor natural, más o menos arrogantes
– Versión parcial en inglés (English partial version)

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Dos tipos de sensación de «hermandad»

Ahora que en este verano del 2023 estamos quizá abriéndonos a sentir de otra manera, quizá, y con algunos de los últimos audios, algunas cosas sobre el arrepentimiento, recordé el caso que vimos acerca de cierta «necesidad» en la que a menudo parecen encontrarse los espíritus perfectos en amor natural (dimensión 6).

Es la necesidad de «visitar dimensiones inferiores», si quieren progresar más allá; es decir, si quieren hacerlo ahora en el camino del amor divino, pues sólo se puede ir más allá de la dimensión 6 si se recibe/pide amor a Dios una primera vez ─o bien, se sigue pidiendo si ya se recibió─.

Así pues, se trata de sentir acerca de cómo es que al parecer los espíritus perfectos en amor natural necesitan muchas veces visitar dimensiones inferiores, una vez que por ejemplo se dan realmente cuenta de la posibilidad de tener una relación directa con Dios, y/o una vez que empiezan a recibir amor de Dios (pues podrían haber estado autoengañados, mucho tiempo, por ejemplo hablando de Dios ─o podría ser que simplemente fueran «ateos de toda la vida», etc.─).

En las enseñanzas que vimos aludían a que sería algo así como que necesitan revivir algunas cosas emocionalmente para así ellos sentir el deseo y acrecentar el deseo de reparar el aspecto «relación con Dios» dañado en cada una de sus «relaciones de arrepentimiento», las iniciadas en la Tierra.

Es decir, en general, en lo que hemos visto sobre el arrepentimiento, parece crucial entender que cada acto de desarmonía (pecado) que hemos hecho, incluye un aspecto «hacia Dios»; es decir, hay un aspecto de nuestros actos en los que afectamos a nuestra potencial relación con Dios, pues si por ejemplo hemos dañado a alguien (mismamente instigando un aborto, cosa que fomenta la degradación de muchas almas a la vez) se ha visto afectada la potencial relación con Dios de muchas personas ─y de nosotros «los primeros»─.

Y así, los espíritus perfectos en el amor natural:

– pese a que necesariamente han de haber sentido ya todas las emociones que les causaron cometer ese u otros pecados en su quizá ya muy lejana (en el tiempo) vida terrestre (todas las emociones relativas a lo particular, es decir, toda la parte dañada en sus almas relativa a las relaciones particulares que son dañadas al recibir nosotros pecado o al cometerlo)…

– pese a que también podrían haber sentido o haberse abierto a sentir lo que les hicieron pasar a esas otras almas (lo cual es un aspecto del arrepentimiento)…

– si bajan a dimensiones inferiores parece que ─o supongo que─  eso entre otras cosas les habilitaría para tener y sentir una «hermandad» digamos más «al estilo de Dios», o sea, más real, más «modo Dios».

¿Hermandad más real?

Aquí se podrá emplear seguramente la expresión hermandad «en Cristo», tal como se decía a veces. Ello es debido a que ese nombre, «Cristo», fue el que se le puso a Jesús. El término designaría, a grandes rasgos, la relación directa con Dios.

Es decir, diciendo «en Cristo» se estaría dando a entender en general que estamos en el mismo camino que se abrió con Jesús, en el que él terminó teniendo el estado de unidad de amor con Dios ─incluso aún encarnado físicamente─.

Y este estado es lo que estos espíritus conseguirán ─y nosotros alcanzaremos─ al reparar los aspectos emocionales que todavía les separan ─y que en general todavía a todos nos separan─ de poder:

– ya sea de poder empezar a tener una relación directa con Dios,
– o bien, de poderla tener plenamente y llegar a la dimensión 8 y posteriores (es decir, «ser de la misma sustancia» que Dios, es decir, del mismo atributo, el primero de los atributos de Dios, que Dios comparte desde su alma infinita a la nuestra finita).

Entonces, creo que el otro día empecé a entender un poco más emocionalmente que esa «hermandad» de la perfección en amor natural, no sería una «hermandad real» (lógicamente, en el nivel de la perfección natural se da sí o sí cierto tipo de hermandad en algún sentido, pero no sería una «hermandad real»).

Esa hermandad, la que sentiría un espíritu perfecto en amor natural pero que no tiene amor de Dios en el alma, no sería una hermandad «modo Dios»: no sería sintiéndose de la manera en que Dios siente el hecho de que todas las almas seamos igual de valiosas en un sentido absoluto, es decir, para Dios, para Ella/Él.

En general, los espíritus perfectos en amor natural (al igual que nosotros) no han sanado el «aspecto arrepentimiento» en lo que atañe a Dios (no se han «arrepentido para con Dios»).

Como dije, sí habrán sentido, con la humildad requerida, todas las demás cosas ─es decir, muchos errores emocionales, etc.─, pero lo habrían sentido sólo:
– en relación a las demás personas («hermanos»: almas finitas),
– y en relación al entorno natural;
pero no en relación al alma infinita que nos creó como almas finitas.

Es decir, esos espíritus, al ser perfectos en el amor cuyo potencial de desarrollo ya es algo intrínseco al alma humana (en este estado caído en el que está la Tierra) se habrán arrepentido de cada cosa en particular.

Y, fijémonos en ese adjetivo: «particular»; con ese adjetivo quizá ya vemos ─o quizá nos salta a la vista, o sentimos, que ese adjetivo nos remite a─ cierta «particularidad» que aún en general sentirían estos espíritus (como nosotros en general).

Es decir, tal como nos pasa a nosotros… un espíritu perfecto en amor natural no habrá sanado ─a no ser que se lo proponga─ esa voluntad, más o menos orgullosa, de tener y de mantener sus propios mundos, creaciones.

Pero en el caso de la perfección natural a menudo se daría una especie de auto-suficiencia «al cuadrado», pues las capacidades creativas naturales y la felicidad natural son «máximas» en la dimensión 6.

E incluso llegan a aceptar que les den adoración, que les hagan cosas como una «merecida adoración», una adoración hacia ellos como espíritus ya perfectos en amor natural, es decir, como desencarnados, que han alcanzado el desarrollo que permite la redención que por diseño todos tenemos a nuestra disposición sin necesitar la intervención personal de Dios (ya tenemos a nuestro alcance la redención natural sin necesitar recibir ni pedir amor a Dios, es decir, sin tener que relacionarnos realmente con Dios).

Como ya vimos, esto sería lo que personas como Buda, etc., todavía estarían recibiendo «con gusto» (esa adoración, y cosas similares), en tanto que son espíritus «perfectos naturales».

E insistamos: esto se da así pese a que, al ser ellos perfectos en amor natural, potencialmente ya pueden ser «amigos-hermanos» de todos (por ejemplo no tendrían ninguna animadversión para con nadie, desde luego).

Pero, si realmente no viven así en plena intensidad («modo Dios»); si no viven del todo la hermandad, si no es del todo auténtica dicha «hermandad», si no es «universal», en el sentido de real-eterna… es porque faltaría el «toque de Dios», ya que, como hemos comentado arriba, resulta que nuestra potencial relación con Dios se vio dañada con nuestros pecados en general, y, en particular, con el mal-trato dado a cada hermano/a que hayamos dañado en el pasado ─y con lo hecho sobre el entorno natural, etc.─.

Entonces, creo que podemos suponer que, en el caso de estos espíritus, las relaciones en sí mismas, en sus aspectos particulares, ya no están dañadas, pues esos espíritus lo habrían perdonado todo, y se habrían arrepentido de todo… de todo salvo lo que toca al hecho de que Dios existe y diseñó las cosas para amarnos (es decir, salvo la relación con Dios, que en realidad es un potencial).

Es decir: queda por hacer la reparación del daño álmico relativo a ese potencial de «divinizarse». Pues Dios sería alguien que, cuando cometimos o recibimos pecados, también se vio afectado por dichos pecados, en el sentido de que con el pecado se dificulta u obstaculiza la relación con Dios: con nosotros y con otras personas ─esa relación directa de amor─, aunque también se dificultaría la relación «indirecta», la que en general se da a través de su verdad, de la conciencia.

Y, entonces, pese a que las «relaciones particulares» ya no estén dañadas en el caso de los «perfectos en amor natural», ellos seguirían en cierto modo «usando» las relaciones, o sea, usando la idea, usando el «patrón» de «las relaciones»… así como de forma muy indirecta, para ─claro está─ apartar a Dios de sus vidas ─sepan o no que con ello están haciendo esto─.

Ellos apartan y todos apartamos a Dios, casi a cada momento, en tanto que es una «posible relación real» (de amor), y no vamos más allá del mero «potencial de una relación intelectual», o de una «relación meramente ideal», o una «relación atea», digamos, etc.

La sensación de «oportunidad perdida» y un material relacionado

Este material que vimos está muy relacionado con el tema de este texto y audio:
– «Jesús habla con un ateo «feliz» y orgulloso, que está en la sexta dimensión, sobre «el último dolor». Y siguen luego ya en la 7ª esfera…»
unplandivino.net/sebastian/

Ahí vimos que en los espíritus se da igualmente esa sensación de cierto «remordimiento» por haber perdido grandes oportunidades en su progresión hacia arriba, en las dimensiones. Es decir, cierta sensación de «tiempo perdido», oportunidades perdidas, digamos.

Viéndolo en retrospectiva, claro está, si uno recibe amor de Dios o considera el empezarlo a recibir o recibirlo más, va a ser más sensible a cómo es que, durante el progreso hacia arriba, en las dimensiones, efectivamente podría haber sido muy bueno aprovechar a sentir qué «opinaba» Dios, emocionalmente hablando, sobre todo lo que nos iba surgiendo en cuanto que «dolores relativos al arrepentimiento y al perdón»… y reparar de paso así la relación con Dios.

Es como cierta «nostalgia», en el sentido de que hubo un bien o una dicha que perdíamos en nuestro más o menos arrogante caminar «sin Dios», es decir, sin todavía tener el amor de Dios en el alma… o bien, sin poner en nuestra vida como prioridad número uno la posibilidad de la relación con Dios ─y así, es como cierta digamos «nostalgia» de la posibilidad de habernos redimido, liberado, de la condición dañada… pero de manera aún más dichosa… reparando de paso los aspectos dañados en cuanto a la relación con Dios─.

Las trampas lógicas de los diversos caminos del amor natural, más o menos arrogantes

Un ejemplo muy evidente de «trampas lógicas» es la pregunta:
«Qué prefieres, tener razón o ser feliz«, pues básicamente habría dos tipos de felicidad alcanzables:

– una es aquella hacia la que nos dirigimos en este camino con Dios, y que a fin de cuentas cumple con el simple propósito del universo y de nuestra creación como almas (que Dios hizo todo para poder amarnos). Ese es nuestro destino «visto desde la perspectiva de Dios», como potencial, pero que nosotros tenemos que «activar», pues el amor no obliga. (Es la eternidad, pues.)

– y, como ya vimos, la «otra felicidad» sería aquella que intrínsecamente alcanzaremos como almas de forma natural, es decir, sin la intervención divina en el sentido del amor divino, sin necesitar la relación directa con Dios, en la cual Dios nos da su amor y podemos vivir en muchas más dimensiones y ser «creativos modo Dios».

Todos podemos ser y seremos «perfectos en amor natural» (dimensión 6); y este otro «destino» conlleva cierta aparente perpetuidad indefinida (pues como vemos, nadie muere, en principio, ya que nadie es ni el cuerpo físico ni el cuerpo-espíritu), pero, al parecer, no se sabe qué pasará dentro de muchos miles de años si en el mundo espiritual las almas siguen en su más o menos «derrotista arrogancia perfecta feliz» (la que muchas tendrían todavía en la dimensión 6) ─es decir, qué pasará en el sentido de si el rechazo de Dios puede o no suponer cierto «suicidio» del alma, y cosas así─.

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Versión parcial en inglés

The other day, as i was feeling a bit more some things about repentance, it occurred to me to talk to you about this thing… (and/or to ask (kind of) you & your guide about it):

We would perhaps understand how it is that spirits perfected in natural love often need to visit lower dimensions when they become truly aware of the possibility of a direct relationship with God, and/or once they begin to receive love from God:

– «The relationship-with-God ASPECT»:

It would be like they need to relive things emotionally in order to feel and increase the desire to repair the «relationship with God» aspect damaged in each of their «repentance relationships», the ones initiated on Earth.

And of course, doing that would qualify them for a «brotherhood» let’s say more God-like, more Godwise  (brothers/sisters «in Christ» they said in Padgett’s… ─as I seem to remember… and as you know….).

And of course, in doing that it would empower them to have that «brotherhood feeling» more in tune with God.

So, I think the other day I began to understand a little more emotionally why it would not be a «real brotherhood» the one that would be felt by a spirit that is perfect in natural love, but has no divine love in the soul. That spirit has not healed the «repentance aspect» as far as God is concerned. It has not «repented toward God».

Yes, he/she has repented of each thing in particular… and this adjective, «particular», let us notice, perhaps it would be obvious that it refers us to the «particularity/specialness» that in general these spirits would feel :

that is, their more or less proud «WILL» to have and to maintain their own worlds, creations… but in a kind of self-sufficiency… and even accepting things like a «deserved adoration».

As it appears to be, that would be what people like Buddha, etc., would still be «gladly» receiving, and this despite the fact that being just that ─perfect in natural love─ they can potentially be «brothers» to everyone ─they have no animosity towards anyone… etc.

But their «brotherhood» would not be entirely real. Let’s say it is not «universal» because the «touch of God» would be missing, let’s say, since the relationship with God was damaged in the mistreatment given to each brother they (we) have damaged in the past (and with what was done to the natural environment, etc.).

Then, I suppose we can say that in the case of these spirits the relationships are no longer damaged, for they have forgiven everything, and have repented of everything, except what touches the fact that God, when we committed or received sins, was also someone ─God─ who was affected by these sins, in the sense that we hindered God’s relationship with us and with other people ─that direct relationship of love, and the «indirect» one in general that is given through the conscience─.

Despite the fact that these all other relationships are no longer damaged (in the case of those spirits), in a certain way they would be still «using the relationships», using the idea or pattern of «relationships»… kind of using it as in a very indirect way to remove God from their lives as a «possible real relationship», and not as an intellectual relationship, not an «ideal relationship», not an «atheistic relationship», let’s say, etc.

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