Es muy curioso el hecho de que tener hijos parece ser usado muchas veces para apoyar más «al sistema», en nuestras vidas.
¡Cuántos adultos renuncian a poner en práctica sus «ideales»!
Claro, tenemos todos esos «problemas» básicos, en todo el lío que a menudo se monta al tener que cuidar a un ser indefenso.
Y, encima, ahora estamos con una pareja, con la cual nos unió vete a saber qué cosa.
Y ahora, ambos miembros de «la pareja» ─los que tienen cierta responsabilidad natural evidente sobre la «nueva criatura»─, si aplican la «lógica económica» más básica, ven que «no deberían separarse», pues con un solo sueldo no se puede ni sobrevivir ─por ejemplo, en una gran ciudad es imposible, en esa lógica, a no ser que se tengan herencias ya, etc.─.
Así pues, si pensamos «en frío», si hubiera una excusa «buena» para desear el antinatalismo, el «no querer tener hijos», podría ser esa:
La que observa cómo las partes más feas del sistema parecen ahora poder chantajear y sobornar a gusto a padres e hijos.
¿Las partes más feas del sistema? Sí, su mayor cantidad de «pecados», con sus nocividades concomitantes:
─ comida industrial,
─ educación basura,
─ borreguismo consumista inercial, donde todos hemos de comprar y pagar el mismo tipo de facturas para alimentar monopolios, monopolios y procesos ya cansinamente aburridos (gasolina, luz, papel higiénico, etc.).
¿»El sistema»?
Me refiero a la actitud de «supervivencia», que protege el hecho de que literalmente vivimos en terror:
«Tenemos que comprar más barato», por ejemplo (pues «somos más bocas que alimentar»)…
Y así, por ejemplo la comida «industrial» está más que justificada, con todo lo que provoca a la larga de degradación y pérdida de los suelos terrestres, etc.
Aparte, los niños están sujetos a enormes presiones para comer comida basura, para consumir, para vestirse con marcas de moda, comer dulces de colorines envenenados, etc.
Aunque aquí, más que «los niños», diríamos que son sus heridas emocionales las sometidas a tal presión… unas heridas que en principio no tienen cuando recién avivan el cuerpo físico y el cuerpo espíritu (en el útero, como almas), pero que, como sabemos, en seguida absorben ─absorbemos todos─.
Pero, por cierto, como hemos comprobado ya muchos hombres y mujeres, abortar es peor.