Lucas (1916): Sobre la encarnación del alma

En este audio (ver el texto leído abajo) leo y comento brevemente el mensaje dado a través de Padgett por Lucas, el 13 de enero de 1916.

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Lucas: Sobre la encarnación del alma – Misterio del nacimiento del alma en el ser humano

Estoy aquí, Lucas.

Quiero hablarte esta noche del misterio del nacimiento del alma en el ser humano.

Todas las almas que entran en los cuerpos mortales son, antes de ese advenimiento, existencias reales, vivientes, y hechas a semejanza de la Gran Alma, aunque no tengan las cualidades y potencialidades de esa Alma, y también, aunque no tengan la forma de personalidad individualizada que tienen después de que se conviertan en partes de la composición, o forma, de los cuerpos mortales y espirituales de los seres humanos.

El alma, en su existencia anterior a convertirse en moradora del cuerpo mortal, tiene consciencia de su existencia y de su relación con Dios y con otras partes de la Gran Alma, y más especialmente del carácter doble de su ser; y con esto me refiero a las diferencias sexuales de las dos partes del alma, que, en la forma en que se unen, constituyen el alma única completa.

Cuando llega el momento de que esta alma se convierta en residente en el marco mortal, las dos partes de las que hablo se separan, y solo una de ellas entra al mismo tiempo en un mortal, y nunca en el mismo mortal; y aunque esta separación es necesaria para la individualización de cada parte de esta única alma completa, sin embargo, las dos partes nunca pierden esa interrelación, ni las cualidades vinculantes que existían antes de su separación, y que continúan existiendo después, y en el gran futuro, después de que el trabajo de individualización se haya completado, cuando se unan de nuevo y se reúnan en una unidad completa.

Esta separación puede existir por un tiempo más o menos largo, dependiendo del desarrollo similar de esas cualidades similares que es absolutamente necesario para que esta reunión en el uno original, por así decirlo, pueda tener lugar.

Mientras que, como he dicho, esta alma, antes de su separación, tiene consciencia de su existencia, y en su carácter doble la abandona, o más bien, abandona las dos partes separadas, y después, hasta su reentrada en el mundo espiritual, (esa consciencia) no vuelve de nuevo a estas partes. Pero para recuperar esta consciencia no es necesario que las dos partes al mismo tiempo vuelvan a la vida espiritual, porque si una parte se convierte en espíritu, libre del cuerpo físico, y la otra parte permanece en el cuerpo mortal, la parte que viene al mundo espiritual puede recibir el despertar a esta consciencia, dependiendo de ciertas condiciones y desarrollos.

Sucede a menudo que estas dos partes vuelven al mundo de los espíritus, y sin embargo, durante mucho tiempo, viven como espíritus sin tener un restablecimiento de esta consciencia, debido a diversas razones que pueden darse. Las condiciones de desarrollo de las dos partes pueden ser tan enormemente diferentes que puede ser totalmente imposible darse cuenta de esta consciencia; y muy a menudo ocurre que, cuando estas dos partes individualizadas son informadas de que son almas gemelas la una de la otra, no creerán esa información, y vivirán en una total indiferencia al hecho.

Pero en última instancia, la consciencia de su relación vendrá a ellas, porque su desarrollo, no importa si es intelectual o espiritual, tenderá hacia el despertar de esta consciencia que está siempre presente con ellas, aunque latente.

Ahora bien, en cuanto a lo que es esta alma en sus partes constituyentes o en su forma antes de su separación con el fin de convertirse en habitante del cuerpo mortal, los espíritus no estamos informados y no lo sabemos. A menudo estamos presentes en la concepción, y también en el nacimiento de un niño, y nos damos cuenta de que un alma se ha envuelto en la carne, pero no podemos ver esa alma mientras entra en ese hogar de ambiente mortal, porque en cuanto a nosotros es invisible y no tiene forma; pero después de su alojamiento en el cuerpo humano podemos percibirla y darnos cuenta de su existencia, porque entonces asume una forma, y esa forma varía en diferentes encarnaciones (en las encarnaciones en diferentes humanos).

Nunca hemos visto el Alma de Dios, aunque sabemos que existe esta Gran Superalma, y por lo tanto no podemos ver el alma de ninguna imagen de la Gran Alma hasta que se convierta, como digo, en individualizada.

Sé que los hombres se han preguntado a menudo, y han planteado, la cuestión de la preexistencia del alma que se ha encarnado, y qué cualidades y atributos tenía durante su preexistencia; y en cuanto a estos detalles quiero decir que nosotros, los espíritus, aunque somos habitantes de los Ámbitos Celestiales de Dios, tenemos poca información, aunque sabemos que el alma (y me refiero al alma completa en unidad), tiene una existencia anterior a su individualización. Puedes preguntar, ¿cómo sabemos esto? Bueno, será difícil explicarte esto para que puedas comprenderlo, pero puedo decir que nosotros, los espíritus de desarrollo superior del alma, podemos, por nuestras percepciones del alma, comprender la existencia de estas almas como imágenes de la Gran Alma, y las cualidades de estas imágenes son tales que, aunque no podamos ver, sensiblemente, como diríais vosotros, a estas almas o a sus dualidades, sin embargo somos conscientes de su existencia. Para usar una ilustración que no es del todo apropiada, entiendes que el viento sopla, y sin embargo no puedes verlo.

Y además comprendemos, y tal es el resultado de nuestras observaciones, que cuando el alma (y tened en cuenta que me refiero a las dos partes cuando digo «alma»), una vez se encarna y asume una forma individualizada, nunca pierde después esa individualidad, y por lo tanto, nunca vuelve a su condición de preexistencia, y nunca puede volver a reencarnarse en la existencia de ningún ser humano.

No existe la reencarnación, y todas las teorías y especulaciones de los hombres sobre esta cuestión, que concluyen que un alma, una vez encarnada, puede volver a encarnarse, son erróneas, porque la encarnación de un alma es solo un paso en el progreso que está destinada a tener, desde una existencia invisible sin forma, hasta un ángel glorioso, o un espíritu perfeccionado.

Un alma en este progreso nunca vuelve sobre sus pasos – siempre es un progreso, aunque a veces se produce un estancamiento -, sino que continúa como espíritu individualizado hasta que alcanza su meta en cumplimiento del plan del Padre para el perfeccionamiento de Su universo.

Este es un tema de difícil tratamiento por varias razones, entre las cuales está el hecho de que nosotros, los espíritus, por muy elevados que sean nuestros logros, no tenemos la información necesaria para dar una descripción total y completa del alma y de sus cualidades antes de su encarnación, y vosotros, los mortales, no sois capaces de comprender toda la verdad tal como os la intentamos transmitir.

He hecho este esfuerzo para darte una ligera idea del alma, ya que esta noche estás en buenas condiciones para recibir mis ideas, pero me doy cuenta de lo inadecuado que ha resultado mi intento. Pero a partir de él, puedes comprender que el alma tiene una existencia anterior al momento donde encuentra su hogar en el cuerpo físico, y que es doble, y tiene consciencia de la relación de sus dos partes, y que, tras haber recibido la experiencia de la vida mortal y haber recibido una individualidad, vuelve al mundo espiritual, y que en algún momento esa consciencia volverá a ella y las dos partes se convertirán en una, a menos que en el desarrollo de estas partes separadas hayan surgido barreras que puedan impedir su reunión. Y además, que esta alma no volverá a desandar los pasos de su progresión y reencarnarse.

Concluyo ahora, y con mi amor y bendiciones te doy las buenas noches.

Tu hermano en Cristo, Lucas.

Mensaje original:
https://divinetruth.com/sites/main/en/pje/PJE19160113A.htm