Dos Partidos universales. Notas sobre el gobierno de las granjas de egos

«Según esta manera de hablar, vuestros pensamientos siguen ciertas leyes. Su comportamiento y su
actividad obedecen ciertas leyes que no comprendéis, a pesar de que decís que vuestros pensamientos son
vuestros. Así pues, de manera independiente a vosotros, otros tipos de conciencia los manipulan como
fenómenos naturales siempre cambiantes. La conciencia innata en este tipo de sistemas no es consciente del
origen de estos fenómenos, ni tampoco de vuestra realidad. Ellos toman la evidencia que aparece ante sus
sentidos como realidad, al igual que hacéis la mayoría de vosotros, y ni siquiera se les ocurre que estos
fenómenos se han originado fuera de su propio sistema.» (Habla Seth II)

Índice
…contextualizando.
El partido de la separación
El partido de la Fuente
El juego
Granjas de egos
El desencajamiento del marco del campo de batalla del ego
Imaginemos que es cierto eso que venimos diciendo y trabajando por aquí (eso que lleva diciendo la literatura por activa y por pasiva toda la vida):
— el universo es nuestro propio sueño desde otro nivel aparente de nuestra propia mente.
El universo es por tanto un mero truco; y es también un truco el hecho de que este sueño, el universo, adonde venimos a repetir ciclos de «vida»-muerte —a este matadero—, nos parezca tan natural, o ajeno, enorme, extraño…, o fascinante… Todo esto sería un mero truco de la mente, y, por tanto, nuestro propio truco (y este truco es en realidad una defensa; de ello ya hemos hablado por aquí).
Si esta es la verdad, y si esto es así de simple —como creemos, y como vamos trabajando, interiormente, para liberarnos de la pesadilla—, entonces, en este sueño, si esto es así, existe la posibilidad de que la mente que aquí está aparentemente encarnada —por ejemplo en cuerpos del estilo de los nuestros, pues parece que «existen» muchos tipos de humanoides en el universo-ilusión…—, es posible que, ya digo, esa mente…, tenga o haya tenido una cierta estructuración, muy visible, muy polarizada, en una especie de dos «partidos» universales: dos paradójicos partidos o «causas» universales, y con historias más o menos «de ciencia ficción». Continuar leyendo «Dos Partidos universales. Notas sobre el gobierno de las granjas de egos»

El órgano del verdadero universo: la verdad.

«No estáis «programados». Nada sucede porque tiene que suceder. Cada uno de los pensamientos que tenéis ahora cambia la realidad. No sólo la realidad como vosotros la conocéis, sino todas las realidades. Ningún acto vuestro predispone a un ser futuro a actuar de una manera concreta. Existen depósitos de actividad que podéis utilizar o no, según escojáis.» (Habla Seth II)

En el artículo «La verdad como vector de un feliz exilio…» hemos citado un poco al célebre Heidegger, muy poco, para simplemente comentar acerca de una sensación bastante clara: la de «no ser de este mundo», que diríamos que todo ser humano tiene, en el fondo (ya sea o no reconocida en tanto tal). Heidegger ya ha sido al parecer, por cierto, muy comentado al respecto del no-dualismo en el ámbito «intelectual».
Volvamos a esa sensación de «no ser… de este mundo»: ¡esa sensación tiene consecuencias cósmicas! No solo no se trata de una «tontería», sino que tiene que ver con el origen de este universo, como hemos hablado en artículos anteriores.
Esta sensación la podemos alimentar y nos podemos ayudar a «concebirla», con escritos, conceptos…, etc. Aunque debemos tener en cuenta el hecho de que todo trabajo conceptual sigue siendo «para el ego» a no ser que estemos alerta…, y en principio no tiene por qué «servirnos» para mucho —o no más que ninguna otra cosa en particular— a la hora de nuestro trabajo práctico en tanto que gente que practica o empieza a trabajar un sistema de «no-dualismo puro» para ir «deshaciendo» la ilusión (deshaciendo el ego con trabajo para empezar sobre todo mental, es decir, yendo a la causa). Digamos que «los conceptos» no tienen por qué «servir» a no ser que recordemos, como siempre —y haciendo lo que sea que estemos haciendo…—, nuestra verdadera función —de la cual hablaremos aquí esta vez a cuento del «órgano».
De todas maneras digamos que podría parecer a veces que es fácil alimentar la sensación —o la convicción— de «no ser de este mundo» con escritos como los de Heidegger así como con los del también comentado Badiou (así como con muchos más tipos de escritos, filosóficos o no, por supuesto).
Al final, podemos también dar otro tipo de «conclusión» sobre todo esto que venimos contando o resumiendo en el blog, diciendo que somos órganos de la verdad; somos un órgano, si queréis, de un «organismo» llamado «verdad» (o «Cielo»).
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