Repaso: progresar

– Hemos atraído situaciones y relaciones a partir de nuestro yo herido (el de la infancia).
Es decir, las atraemos a partir de bloqueos alojados en el alma.
O sea, cosas a perdonar o de las que arrepentirse, en el simple sentido de:

– volver a sentir ese daño que nos han pasado (perdonar) así como «sin querer»…
(por/desde los padres y madres, etc.)

– o cosas que hemos hecho o transferido a otras almas, así «como sin querer» (arrepentimiento), de alma a alma…

– En esas situaciones, tenemos que empezar a ser conscientes, al menos intelectualmente al principio… de que no estamos teniendo «amor por nosotros mismos».

– No nos queremos.

– Tenemos que sentir un arrepentimiento real, emocional, sobre ese hecho, esa verdad: no nos queremos.

– Tenemos que ser reales con eso, para poder acceder a la razón emocional, a la causa, a la emoción causal
(relativa al yo o niño herido)…
…a la causa que está detrás de que no nos queremos.
Tenemos que aceptar eso y sentir esa emoción… esa parte del yo herido.

– Es decir, la inercia de la vida nos lleva a esos momentos donde «nadie sabe qué está pasando», pero es así: estamos en unas situaciones, relaciones, etc., donde estamos mostrando o se está mostrando una «falta de amor a nosotros mismos» (entre otras cosas, como falta de amor a los demás, etc.).

– Y esa tendencia inercial nuestra también sigue por el derrotero que conocemos bien, que tenemos bien programado, o sea:
el de querer cambiar a los demás, cambiar superficialmente la situación… querer cambiar las cosas desde el exterior hacia el interior (al revés de cómo realmente funciona).

– Entonces, tenemos que hacer lo posible para tener «fe real» en que hacer el procesamiento emocional funciona.

– Es decir, una fe en que todo lo que vimos funciona:
tema de adicciones, de sentir humildemente… etc.
Una fe/deseo de saber más verdad emocional sobre nosotros mismos, más verdad intelectual sobre lo que realmente nos pasó, en el alma… fe/deseo de más amor…
…fe/deseo de más humildad para poder volver a ser y sentir como niños pequeños, si es que queremos recibir más amor divino al pedirlo, etc.

– Luego, una vez que siquiera tenemos fe real en que la cosa marcha
(esa fe fundada en algo que hayamos experimentado realmente en cuanto a la validez del camino que nos presenta Miller, Jesús…
…que se basa en humildad, verdad y amor tal como los vimos…)…
una vez que tenemos algo de esa fe…
de esa fe que no es nada esotérica, nada «subjetiva» (nada de la fachada…)…
entonces, podemos afrontar realmente más y más «verdad» personal, es decir:
Podemos permitirnos sentir más los errores en el alma, nuestra verdad personal, relativa al niño herido, al yo herido, etc… para que, «rezando», etc., pueda disolverse en el alma ese error y ser sustituido por verdad de Dios sobre nosotros y sobre el universo…,
una verdad que podemos celebrar, y que «sirve» para poder crecer en la expresión del amor natural e intrínseco al alma, e incluso para poder recibir amor divino o más amor divino si lo pedimos.
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“Si nuestra vida, y el mundo, se rigen por el miedo, es porque individual y colectivamente no estamos dispuestos a recibir la verdad. No queremos la verdad, y esto lo veo como un gran problema en el planeta -el hecho de que no queremos la verdad-.

Nuestra evitación de la verdad es lo que crea todo el dolor, y desafortunadamente pensamos que al recibir la verdad estamos en realidad sintiendo más dolor; pero no. Lo que se nos muestra, en ese proceso, es el dolor en el que ya nos encontramos”.
[Jesús (AJ Miller)
20140604 Interview With Jesus – Emotions S07 ]