La vida de María M. después de la muerte de Jesús – Su aportación a los evangelios – Hijos y nietos

De la entrevista del 2012 (12 de enero), a Jesús (Miller):

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1.2. Los relatos evangélicos en la Biblia

Entrevistador: Existen los evangelios sinópticos, tal y como los describen Mateo, Marcos y Lucas. Fueron escritos unos cuarenta años después de tu muerte, ¿es eso correcto?

Jesús: Sí.

Entrevistador: Y Juan, ¿fue alrededor de sesenta años después de Cristo? ¿Cuál de los dos es posiblemente el más exacto?

Jesús: Bueno, todos contienen inexactitudes, por desgracia. Los textos originales eran en realidad relatos precisos. Por ejemplo, a Lucas sólo lo vi una vez en mi vida en la Tierra, y él sólo tenía seis años de edad. Cuando él redactó su evangelio, en realidad se basó en experiencias de primera mano con otras personas a las que fue a Israel a entrevistar. Por supuesto que él tenía el relato de primera mano de María Magdalena, mi compañera, pues se casó con mi hija Sara. Tuvo la experiencia de primera mano que tenía mi alma gemela para obtener mucho de su material, así que lo que escribió era relativamente preciso, en ese momento. Sin embargo, eso también fue distorsionado a través de ese proceso de copia, revisionismo y demás. Lo que escribieron era originalmente bastante preciso, pero desafortunadamente, debido a los cambios que se hicieron y demás, para cuando llegó el concilio de Nicea ya había un montón de fuertes distorsiones. [00:08:08.00]

1.2.1. La aportación de María Magdalena a los evangelios

Entrevistador: De los tres evangelios sinópticos, los teólogos han dicho que posiblemente los tres fueron copiados de otra fuente, a la que llaman Q.

Jesús: Sí, y que en realidad es mi alma gemela.

Entrevistador: ¿Podrías explicar?

Jesús: Bueno, María todavía estaba viva, y María era la persona que más sabía de las enseñanzas que yo di mientras estuve en la Tierra. Pero los discípulos que la rodeaban tuvieron muchos problemas a la hora de plantear que ella seguía viva, porque el ejército romano seguía al acecho de María.

Todavía querían matarla; querían matar a mi hija, y por eso todos los discípulos trataban de mantener la identidad de María a resguardo, y también estaba constantemente en juego la seguridad. Eso significaba que María, que tenía el conocimiento más amplio de mi vida, y también el mayor conocimiento de mí y de mi propia personalidad y demás… conocía a estos otros discípulos -Mateo, Marcos, e incluso Lucas, porque Lucas era nuestro yerno, y todas estas personas podían acudir a María y obtener material de ella-.

Entrevistador: ¿Sólo verbalmente? ¿Ella escribió?

Jesús: Sólo verbalmente. Obtuvieron el material de ella, y tras mi muerte esa es la principal fuente de información acerca de mi vida y de lo que realmente sucedió. María era la fuente principal. Eso sucedió a través de un proceso de entrevistas con ella, pasando tiempo con ella y averiguando.

2. La vida de María después de la muerte de Jesús

Entrevistador: ¿Cuánto tiempo vivió realmente?

Jesús: Ella vivió casi treinta años más tras mi muerte. Fue torturada hasta la muerte por el ejército romano que finalmente dio con ella en el sur de Francia, y murió allí.

Entrevistador: ¿Como parte de la persecución de los cristianos?

Jesús: No, más bien estaban enfocados concretamente en encontrar a mi pareja, la persona con la que estaba casado.

Entrevistador: ¿Por qué tenían aún ese tema entre manos cuando tú ya no estabas? … Ya no estabas agitando la olla, por así decirlo.

Jesús: Bueno, en el momento de mi fallecimiento, el sentimiento original del Sanedrín era que si me mataban, todo el movimiento moriría. Tras algunos años era bastante evidente que no sólo el movimiento no estaba muriendo, sino que crecía. Eso al final se convirtió en una preocupación para los poderes romanos de la época, y también para los judíos. Los judíos tampoco querían que eso sucediera, y por eso hubo muchos esfuerzos de cooperación para encontrar a María y matarla. También se rumoreaba que yo había tenido un hijo, y se hizo todo ese esfuerzo de cooperación para encontrar y también matar a mis hijos. [00:11:10.00]

2.1. Los hijos y nietos de Jesús

Entrevistador: Y tu hija era Sara, ¿y sobrevivió?

Jesús: Nació después de que yo falleciera, obviamente. Nació en Egipto, y poco después de su nacimiento fueron obligados a huir de Egipto. Huyeron en barco al sur de Francia a través de las islas de Malta, Chipre, y a través de Sicilia… y así sucesivamente hasta el sur de Francia.

Entrevistador: Así que existe algo en esa línea de sangre, ¿verdad?

Jesús: No, porque poco después de la muerte de María, tanto Lucas como Sara y sus tres hijos [luego, poco más abajo, matiza que en realidad a Sara no la mataron, no la mataron por equivocación… “se les escapó”… y murió de anciana], mis tres nietos, fueron asesinados, y nadie sobrevivió después de eso.

Entrevistador: ¿Cuál fue la circunstancia de eso?

Jesús: Estamos hablando de treinta años tras mi muerte. En esta etapa María estaba enseñando de nuevo. Ella enseñaba abiertamente en el sur de Francia, y tenía muchos seguidores. Los romanos se enteraron de eso y la encontraron. María estaba avisada, con unos días de antelación, de que iban a por ella, pero María decidió quedarse. María decidió enfrentarse al ejército en vez de huir, pues hasta ese momento había pasado la mayor parte de su vida escondida, y ya había sido bastante vida en la clandestinidad, y estaba bastante cansada de huir. Tenía más de cincuenta años en esta etapa, por lo que estaba muy cansada de eso. Pero Lucas, Sara y los tres nietos todavía querían seguir con vida, por supuesto, así que decidieron huir. Dejaron el sur de Francia y se dirigieron a Italia en barco. Sin embargo, por desgracia, el ejército romano también se enteró de dónde estaban, y en el barco, Lucas y los tres niños fueron asesinados.

En realidad Sara sobrevivió hasta la vejez, porque pensaron que su hija mayor era Sara. Lucas y Sara tuvieron tres hijos. El mayor era mujer, y cuando los romanos mataron a los cuatro, Lucas y los tres hijos, pensaron que la mayor era en realidad su esposa, y por eso no persiguieron más a Sara. Ella, con el tiempo, volvería al sur de Francia. En su vida lo pasó muy mal. Volvió al sur de Francia y comenzó el movimiento que ahora se llama de “monjas”. Era muy similar a eso. Ella cuidó niños por el resto de su vida, enseñó algunas de las verdades sobre la Verdad Divina hasta su propia muerte, y murió de anciana. Nunca se volvió a casar y nunca tuvo más hijos. Ese fue el fin de nuestro linaje. No hay “línea de sangre sagrada” ni nada parecido.